El 1 de julio se abrirá una nueva campaña extraordinaria de inspecciones contra el fraude laboral, que en esta ocasión se extenderá a lo largo de ese mes y el de agosto con la llegada de 32 inspectores y subinspectores y un trabajador de apoyo, que se encargarán de desarrollar 1.300 controles, de los que más de 650 se darán en Mallorca. La relevancia que este tema ha adquirido para el Govern se refleja en que para su presentación comparecieron la presidenta y el vicepresidente, Francina Armengol y Biel Barceló respectivamente, junto al conseller de Trabajo, Iago Negueruela.

Tres son los objetivos básicos que van a justificar semejante movilización de personal de la Inspección de Trabajo: la transformación en indefinidos de los contratos que son temporales sin una justificación real, la conversión en empleos a jornada completa de los falsos tiempos parciales, y la detección de prolongaciones del tiempo de trabajo que no se cotizan.

En esta materia, se recuerda que además de la vigilancia que van a imponer durante los dos meses 'punta' de la temporada turística los refuerzos llegados desde otras comunidades autónomas, el personal estable de la Inspección en Balears también va a desarrollar este año más actuaciones en relación a los citados objetivos que las fijadas para 2015 (se han previsto 1.786 controles para 2016), y además concentradas durante la temporada alta.

Un aspecto a destacar es que éste va a ser el segundo verano en el que se va a desarrollar esta campaña extraordinaria de inspecciones, con la salvedad de que en 2015 se ejecutó durante la segunda quincena de agosto y septiembre, lo que supone que la del presente ejercicio no solo va a ser 15 días más larga, sino que además se va a desarrollar durante las fechas con mayor actividad económica en el archipiélago y, consecuentemente, cuando mayor volumen de contratación irregular se registra.

Un aspecto que sirve al Govern para defender esta iniciativa son los resultados conseguidos durante el pasado año: más de 4.000 trabajadores vieron como sus condiciones laborales mejoraban tras las inspecciones realizadas, con un incremento del 60,5% en la conversión de contratos temporales en indefinidos al tiempo que se duplicaron las transformaciones en fijos discontinuos. Eso permitió que a lo largo del pasado año estas transformaciones de contratos se incrementaran de media un 31,7% en las islas, una tasa que duplica la nacional, del 15,4%.

Un caso excepcional

Francina Armengol señaló que Balears es la única comunidad que ha decidido poner en marcha un plan de choque contra la precariedad laboral o que ha diseñado unas cláusulas sociales para garantizar que el empleo que se genera por las adjudicaciones de la Comunitat Autònoma presenta unos niveles de calidad.

En este sentido, recordó que la economía de Balears crecerá este año un 3,5%, y que de número de personas que trabajan en el archipiélago es ya superior al que había antes de la crisis, por lo que consideró que ahora el objetivo es elevar la calidad de las contrataciones, a lo que añadió la necesidad de que los salarios se revaloricen.

La presidenta señaló también la colaboración que se ha encontrado en el ministerio de Empleo (del que depende la Inspección de Trabajo) para desarrollar esta iniciativa, y el respaldo de patronales y sindicatos, punto sobre el que recalcó que los beneficios del plan contra la precariedad alcanzan tanto a los asalariados como a las empresas que actúan correctamente, al combatir la competencia desleal que generan las que se incumplen la legislación. A su vez, Biel Barceló recordó que la lucha contra la precariedad laboral forma parte del pacto suscrito para la constitución del actual Govern.

El conseller Negueruela destacó que los controles van a afectar a todos los sectores económicos, y que uno de los criterios fundamentales a la hora de vigilar las empresas es seleccionar a aquellas que presentan una mayor tasa de contratos temporales o a tiempo parcial. Además, recordó el convenio suscrito con el ministerio de Empleo que ha permitido no solo desarrollar la citada campaña de controles, sino también reforzar el personal estable que la Inspección mantiene en las islas, que ha pasado de 48 a 51 inspectores.