El Jefe de Inspección Turística prevé solicitar una excedencia en su puesto, uno de los más importantes de la conselleria de Turismo. Según han confirmado a este diario dos fuentes distintas, Josep Francesc Ensenyat ya ha comunicado su intención de dejar temporalmente su plaza de jefe de los inspectores de Turismo, y se está pendiente solo de los trámites burocráticos. La salida anunciada por el alto funcionario de la Conselleria coincide con el clímax del escándalo del Rocamar, el desaparecido hotel en el Port de Sóller que fue comprado y derribado por el Govern con un presunto sobrecoste de 700.000 euros. Sus beneficiarios habrían sido el propio Ensenyat y su familia.

La Fiscalía Anticorrupción investiga si el Jefe de la Inspección urdió una operación desde dentro de la Conselleria para que el hotel fuera adquirido con fondos públicos por un precio tres veces superior a su valor y borrado literalmente del mapa, despejando las vistas de su vivienda, en la propiedad colindante.

Se sospecha que por el camino se produjo un pelotazo, con la supuesto complicidad de otros tres altos funcionarios de Turismo: Bernardino Seguí, arquitecto jefe de la Conselleria; Josep Oliver, jefe de los servicios jurídicos; y Bartomeu Alcover, ex alto cargo en gobiernos del PP y jefe del departamento de servicios generales. Los cuatro están imputados y declaran esta misma mañana ante el juez sobre este caso. El exconseller de Turismo del PP Jaime Martínez también está siendo investigado por este asunto.

Medidas cautelares

El quid del caso estriba básicamente en si los funcionarios se confabularon para supuestamente hinchar la tasación de un perito externo, que había dictaminado claramente que el valor de los terrenos del Rocamar era de solo unos 300.000 euros, debido a que estaba en ruina física y económica. El conseller de Turismo de entonces, Carlos Delgado, ordenó finalmente su compra por un millón de euros, a los que hubo que sumar otros 600.000 euros después por la demolición.

A día de hoy la Conselleria no ha adoptado todavía medidas disciplinarias contra los cuatro funcionarios. No se descarta que se les abra un expediente en los próximos días, en función de sus declaraciones y de cómo quede su situación procesal tras deponer ante el magistrado y la Fiscalía Anticorrupción.

Una vía sobre la mesa pasa por apartar cautelarmente de todas o parte de sus funciones a los tres supuestos colaboradores necesarios de Ensenyat, aunque no hay nada decidido aún. En cuanto al principal investigado, su anuncio de acogerse a una excedencia allana el camino a la Conselleria. El puesto de Jefe de los inspectores es especialmente sensible con el inicio de esta temporada turística, ya que se implanta el cobro del impuesto turístico y las inspecciones para velar por el cumplimiento de la ley estarán a la orden del día.

Durante las pesquisas, un dato que ha llamado poderosamente la atención de los investigadores es que en el acuerdo de compra entre la propiedad del hotel y el Govern del PP aparecen tres firmas, en lugar de las dos correspondientes. Esa tercera podría ser la de Ensenyat, según se apunta en la denuncia presentada por la hoy presidenta del Govern, Francina Armengol.