Mariano de España y el obispo hablaron "de hombre a hombre" los días 2 y 8 de septiembre de 2015, antes y después de las bodas de plata de la pareja del aristócrata con Sonia Valenzuela, oficiadas en el palacio episcopal por Javier Salinas el 5 de septiembre.
En casa, el marido escuchaba a todas horas lo que consideraba conversaciones "impropias" de una mujer casada. El obispo y Valenuela estaban juntos cada día, incluidos horarios intempestivos. De España habla de casi 15 horas diarias, aparte de unas clases que daba Valenzuela en la Universitat.
En septiembre, De España descubrió las facturas de Vodafone a su nombre, donde su esposa había conversado durante 140 horas con Salinas, a menudo en horario de madrugada. Al destaparse el escándalo, el prelado destacó que "siempre llamaba ella". No está demostrado que sea así, porque no se dispone lógicamente de las facturas correspondientes a las llamadas que hacía el obispo.
Las crecientes sospechas de Mariano de España sobre la estrecha relación de su esposa con el obispo se acrecentaron en la celebración de los 25 años del matrimonio. A la misa asistía el círculo íntimo de la pareja, compuesto por unas cincuenta personas. El obispo no mencionó en ningún momento al matrimonio, a Valenzuela ni a De España o a los hijos de ambos. Tampoco aprovechó para renovar los votos, según viene siendo habitual en la ceremonia. Salinas centró su lectura en 'Effetah', palabra hebrea del Evangelio que significa 'Ábrete'.
Cuando De España le manifiestó al obispo su preocupación por la continuada relación con su esposa, Salinas le respondió:
-No te preocupes, velaré por tu matrimonio.
Poco después, el matrimonio estaba roto, según el marido por la "amistad íntima" entre su esposa y Salinas. Ahora llega la petición de nulidad.
Antes de llegar a este estadio, De España denunció la "relación inapropiada" de su esposa con el obispo ante el nuncio Renzo Fratini. Lo hizo tras haber presentado la demanda de separación en los tribunales civiles, en noviembre de 2015.
Fratini ojeó la documentación, que incluía seguimientos de detectives. Tras un requerimiento posterior, el nuncio remitía una carta a De España, en la que le comunicaba que rezaba por sus hijos y por su esposa. El representante del Vaticano en España informó a De España que su denuncia contra el obispo estaba en "discernimiento" en la Santa Sede. El Vaticano no ha respondido jamás a la documentación y denuncias presentadas por De España.
Recuperar el puesto
Tras la demanda presentada por el esposo, fuentes próximas a los hechos manifiestan que Valenzuela intentó recuperar el puesto de secretaria particular del obispo, desde donde ejercía un control minucioso de la diócesis, con una implicación notable en la toma de decisiones.
La idea del círculo íntimo del obispo y del marido de Valenzuela es que el prelado se ha enamorado como un adolescente, en una recuperación atropellada de su juventud.
De España considera que el obispo se escuda en su mitra para desacreditarle. Tiene marcada la frase "todo se debe a un capítulo de celos infundados del marido".
