La Asociación por la Revitalización de Centros Antiguos (ARCA) ha alertado este viernes de que la casa situada en el barrio de Génova en la que vivió el músico Manuel de Falla puede ser derribada.

Según exponen en un comunicado, el Consell de Mallorca ha emitido un informe donde levanta la suspensión de las licencias de derribo al considerar que la edificación no presenta suficientes valores para ser considerada Bien de Interés Cultural (BIC) o Bien Catalogado de interés insular, por lo que se da vía libre al Ayuntamiento de Palma para su derribo.

Del informe del jefe de servicio de Patrimonio Histórico, Guillem Daviu, ARCA deduce que la casa sí merecería ser considerada un elemento catalogado de interés local, lo que implicaría que la catalogación la debe acometer el Ayuntamiento de Palma, si bien la comisión de Centro Histórico votó en contra de dicha protección.

Ante esta situación, ARCA ha anunciado que recurrirá el informe del Consell de Mallorca porque considera que la valía de conservar el inmueble es suficiente como para que sea declarado bien catalogado de interés insular.

Además presentará una solicitud al Ayuntamiento de Palma para que la posible catalogación municipal vuelva a debatirse en la comisión de Centro Histórico ahora que hay más información sobre la edificación, así como peticiones de protección por parte de alguna personalidad del mundo de la música y también del entorno de Falla.

LA ESTANCIA DEL MÚSICO EN LA ISLA

De Falla disfrutó de la estancia en la isla y los detalles se pueden apreciar en un libro editado en 1947 por Joan Maria Thomàs con el título de 'Manuel de Falla en la isla'.

Antoni Mulet i Gomila (1887-1966) era el propietario tanto de la casa de la calle del Rector Vives que alquiló a Manuel de Falla, conocida como Can Mulet de abajo, como de Can Mulet, donde había un museo y la propia vivienda. El folklorista era gran amigo de Joan Maria Thomàs y fue así como acordaron la residencia del compositor en Mallorca.

Manuel de Falla buscaba una casa tranquila para poder continuar la creación de 'La Atlántida' y la casa de la calle del Rector Vives fue entonces ideal para su tranquilidad.