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Entrevista

Thomas Ramdahl: "Casi puedo garantizar que en 2018 tendremos un vuelo semanal directo entre Palma y Nueva York"

"Demos la bienvenida a un turismo que participa en la vida local y no se queda en el hotel"

Thomas Ramdahl viajó ayer a Palma para preparar la apertura de la base de Norwegian en Palma anunciada para el próximo día 1. B. Ramon

-¿Qué posibilidades de crecimiento tiene Norwegian en Palma respecto a su oferta actual de vuelos con Madrid y Barcelona y con aeropuertos del norte de Europa?

-Cuando se abre una base tenemos que mantener la conectividad durante el invierno también. Tendremos dos aviones en la isla durante todo el año y por tanto tenemos que mantenerlos operativos durante esos doce meses. En temporada baja mantendremos las mismas frecuencias del verano con Barcelona y Madrid, y el crecimiento de vuelos con nuestros destinos nórdicos durante el próximo invierno respecto al anterior va a ser porcentualmente muy importante porque antes volábamos muy poco.

-Pero su aerolínea baraja una mayor expansión y entre sus proyectos más destacables se apunta el de un vuelo directo entre Palma y Nueva York. ¿Qué posibilidades tiene esta idea de convertirse en realidad?

-La mayor expansión no va a ser abrir la base en Palma, sino que viene después, a medida que lleguen más aviones a Palma, porque los dos que pondremos ahora solo son el inicio. De entrada, ampliaremos el número de frecuencias a Madrid y Barcelona, buscaremos algún otro destino en la península, y en Europa desde luego apostaremos por el Reino Unido y los destinos nórdicos sobre todo, porque es nuestro mercado natural, a lo que sumaremos el centro de Europa, entendido como Austria, Suiza, Hungría, algo de Alemania y también Francia.

-¿Y el famoso vuelo a Nueva York?

-Nueva York es una gran metrópolis. Cuando se conecta Palma con una ciudad de varios millones de habitantes funciona como vasos comunicantes. Además es una ciudad muy abierta a nuevas experiencias y nuevos destinos, y ahí Palma entra en juego. Ya tenemos la experiencia de haber unido tres ciudades de Estados Unidos, Nueva York, Boston y Washington-Baltimore, con el Caribe francés, un mercado que no existía y que ha dado un resultado muy bueno. Mallorca tiene todo lo que ese turismo, más cultural, puede buscar, como gastronomía o patrimonio, además de las playas.

-¿Hasta qué punto es un proyecto maduro o es una idea que está en un cajón?

-Casi puedo garantizar que en 2018 existirá ya un vuelo semanal directo entre Palma y Nueva York. Nada es seguro 100% en esta vida, pero creo que ente proyecto. Al principio nos podriamos plantear un vuelo a la semana durante la temporada de verano. Es una inversión tremenda para una compañía y hay que fijar un periodo de prueba. Pero si se comprueba que funciona, la oferta se podría ampliar a dos vuelos semanales y extender la temporada. Y el público americano que se buscaría no es el típico que va a un hotel de todo incluido, es otra historia. Para eso Mallorca da juego y tiene muchas posibilidades. Si no se intenta nunca se va a tener éxito, y hay que confiar en nuestras intuiciones. La gente puede ser escéptica, pero hay que probarlo, y la credibilidad de Norwegian viene de que estamos operando ya en largas distancias. Tenemos la flota y el modelo de negocio para hacerlo. Como compañía no estaríamos donde estamos si no hubiéramos probado cosas nuevas.

-¿Cómo han recibido las autoridades locales a su empresa y su idea del enlace con Nueva York?

-(Abre mucho los ojos y la boca, imitando una cara de sorpresa, y ríe). Nos han tratado muy bien e incluso han hecho cambios de agenda para poder recibirnos.

-Presumen de cobrar poco más de 14 euros, con descuento para residentes, por volar a Madrid o a Barcelona. ¿Hasta dónde pueden seguir bajando estas tarifas? Alguna empresa competidora afirma que podría llegar a los 10 euros por billete.

-Se pueden vender billetes a 10 euros, pero no vas a llenar un avión de 186 plazas con esas tarifas. Son precios promocionales, que son lo que son. Nosotros hemos estado vendiendo en Dinamarca billetes a un euro, pero somos conscientes del juego y son iniciativas para ganar volumen por las razones que sea, por ser una nueva ruta o temporada baja. Lo que no puede ser es ofrecer precios con los que ni siquiera se cubran las tasas aeroportuarias. Además, la gente es consciente de que el producto que vendemos es mejor que el de otras aerolíneas y los clientes nos valoran por otros aspectos, por lo que no necesitamos entrar en una espiral de precios a la baja.

-Air Berlín ha dejado un agujero en Palma

-Nuestro límite son los slots, la capacidad del aeropuerto. Tenemos tantos aviones que nos están llegando nuevos de fábrica que si el año que viene quisiéramos poner cuatro aparatos más en Palma, no tendríamos ningún problema. El cuello de botella es en estos momentos la capacidad del aeropuerto. Pero es verdad que pensamos ampliar la cifra de aviones que tendremos en la isla. Lo que pienso es que a la hora de asignar los slots, lo que se debería hacer es priorizar a las aerolíneas que operan en Palma durante todo el año y no a las que solo vienen en junio, julio y agosto.

-Ustedes comunican la isla con Noruega, Dinamarca o Suecia. ¿Hay recorrido en el incremento de turistas de esas nacionalidades que pueden estar interesados en conocer Mallorca?

-Hay margen de crecimiento porque tenemos la experiencia de Málaga y de Alicante. No hay ninguna razón para pensar que con Mallorca no puede suceder lo mismo.

-Comienza a haber protestas entre los residentes por lo que se considera una excesiva saturación de la isla ¿Mallorca corre el riesgo de morir de éxito?

-Lo que va a pasar en Mallorca es que se va a ir produciendo una sustitución de la clientela, con un peso creciente de los vuelos regulares en detrimento de los chárter. Lo que se va perder es ese señor que llega a la isla con su paquete turístico y se va a su pequeña Suecia en la que se le sirve comida de ese país, y el que va a llegar es otro tipo de visitante que se va a mezclar más en la vida local. No será un turismo tan

de ghetto, sino que va a estar más presente en la vida diaria de la ciudad.

-Este último perfil se asemeja al que define al turismo de alquileres vacacionales, pero también hay quien lo denosta

-Se debería dar la bienvenida a este tipo de turismo. Es bueno que llegue un visitante que tenga más interacción con la vida local y no se encierre en el hotel.

-Mallorca tiene un problema de estacionalidad muy fuerte, y son muchas las voces que reivindican una rebaja de las tasas aeroportuarias durante la temporada invernal.

-Las tasas altas en invierno nos limitan mucho a la hora de traer turistas. Aunque parezca paradójico, bajarlas podría suponer recaudar más porque venga más gente. Tenemos unas excelentes relaciones con el aeropuerto de Palma, que ha hecho muchos esfuerzos para que estemos a gusto aquí, y lo mismo puedo decir de las Administraciones locales. Deberíamos hablar con Aena en Madrid para insistir en la conveniencia de bajar las tasas en invierno, y no tendríamos ningún problema en ir junto a otras aerolíneas competidoras para presentar esa petición.

-¿El principal enemigo del transporte aéreo es su imagen de seguridad con un terrorismo al alza?

-Si nos fijamos en Europa y en las aerolíneas europeas, podemos estar tranquilos. La preocupación número uno de las compañías aéreas es la seguridad.

-¿Pero hasta dónde deberemos aguantar los pasajeros las incomodidades de una seguridad que ya no deja ni subir a bordo un bote de desodorante?

-La seguridad nos implica a todos, y la gente entiende estas cosas. Pero se puede ser consistente en seguridad y tener una sonrisa, no hace falta poner mala cara o ser desagradable a la hora de realizar estos controles entre los pasajeros.

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