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Entrevista

Álex Grijelmo: "Los periódicos deberán ser más interpretativos y se convertirán en un producto de prestigio"

Álex Grijelmo pronunció una conferencia ayer en Palma sobre periodismo. manu mielniezuk

—¿En qué consiste ‘El sensacionalismo del silencio’, cuestión central de su conferencia?

—Es una deformación de la verdad. Es cuando los periodistas la exageran y la deforman mediante la omisión de datos y provocando que el lector realice deducciones que pueden transformar la realidad.

-¿Esta práctica se puede considerar una manipulación?

-Efectivamente. Es una manipulación de datos a la hora de trasmitir una realidad y que en la mayoría de los casos se ha hecho sin contrastar la información.

-Me puede poner algún ejemplo de esta manipulación.

-Un caso muy conocido fue con Juan Guerra, hermano de Alfonso Guerra. Después de ser condenado, unos periodistas fueron a su casa para realizar un reportaje. La información hablaba de que en la puerta del domicilio de Guerra estaba aparcado un Mercedes. La información no deja de ser real, ya que allí estaba el vehículo. Lo que ocurre es que no quiere decir que el Mercedes fuera propiedad de Juan Guerra. Con este tipo de prácticas se incurre en una manipulación al provocar deducciones falsas del lector.

-¿La llegada de los medios digitales ha incrementado el sensacionalismo del silencio?

-Creo que sí. Ha sido uno de los motivos de que haya proliferado esta práctica. Hay medios digitales que realizan un trabajo riguroso con información contrastada. No obstante, han surgido otros sin ningún tipo de rigor. Es lo que yo llamo el "periodismo de una sola fuente" y que consiste en que si te lo cuenta una fuente esta prevalece sobre las demás, tiene un plus pese a contrastar la noticia con una segunda fuente.

-Usted defiende la regulación sobre los efectos periodísticos de la insinuación, la ironía, la metáfora, el doble sentido o la alusión. ¿Cree precisa una regulación jurídica?

-Lo que yo defiendo es que se regule por la vía de las asociaciones de periodistas. En muchos casos se utilizan estos recursos para publicar informaciones sin contrastar y que pueden manipular la verdad. Si una información no la puedes publicar sin utilizar la insinuación, la ironía, el doble sentido o la metáfora, no se puede publicar bajo ninguna fórmula. En el papel están mucho más definidos los géneros periodísticos que diferencian la información de la opinión. En los digitales también se pueden utilizar la maquetación y la tipografía para advertir al lector. Lo que ocurre es que muchos lectores llegan a los digitales desde las redes sociales desconociendo la jerarquización que ha dado el medio a la noticia.

-¿Los periodistas actuales escribimos mejor o peor que los de antaño?

-Creo que escribimos igual. Lo que ocurre es que ahora, con las nuevas tecnologías, se ven mucho más los errores. También, en los periódicos han desaparecidos los departamentos de edición y corrección que tapaban estos errores. Ahora es mucho más fácil que salgan a la luz.

-Pregunta obligada, ¿los periódicos de papel tienen los días contados?

-En estos momentos parece que sí, pero el papel no morirá. Los periódicos deberán ser más interpretativos y contar a los lectores la realidad mediante la entrevista, la crónica y la opinión. Serán bastante más caros que ahora, pero se convertirá en un elemento de prestigio llevar un periódico bajo el brazo. Se deberán transformar para ofrecer más análisis e interpretación al lector. Les ocurrió lo mismo a la radio con la televisión o al teatro con la llegada del cine.

-¿Qué opina de la destitución del director de El Mundo David Jiménez?

-Me he enterado esta mañana -por ayer- aquí en Palma de su relevo. Me falta información para opinar al respecto, pero lo que está claro es que David Jiménez consiguió realizar una transformación del periódico.

-Usted es coautor del 'Libro de Estilo de El País'. ¿Cuándo empezaron a elaborarlo pensaban que se convertiría en la Biblia del periodismo en España?

-Nos encargaron escribir un libro de estilo para que los lectores conocieran el funcionamiento del diario. Fue en el año 90 y vivíamos en una época muy convulsa. Con este libro se pretendía explicar a los lectores por qué el periódico no publicaba ciertas noticias. La sorpresa fue que aquel libro para explicar el periódico se convirtiera en un éxito editorial.

-¿Qué le sugiere la expresión: "Que la prensa hable de mí, aunque sea mal"?

-Me parece una expresión equivocada. (Ríe). Es desagradable que se hable mal de una persona y especialmente si es con noticias falsas y sin contrastar.

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