-En 2015 llegó a la Secretaría General de la UGT balear con un 60% de los votos. Ahora ha sido con un 99%. ¿Qué ha cambiado a lo largo de este último año?
-Uno de los objetivos que me marqué al salir del congreso extraordinario del pasado ejercicio fue aglutinar a todas las federaciones para alcanzar una candidatura de consenso y dar tranquilidad al sindicato durante los próximos años para poder fijarnos nuevos objetivos. La federación de servicios públicos y la de hostelería, restauración y comercio presentan modelos diferentes de sindicalismo, pero hemos conseguido que miren al futuro unidas.
-Las diferencias entre las dos federaciones que ha mencionado han sido históricas. ¿Han alcanzado una paz de largo recorrido o solo se ha puesto una tirita?
-Es una paz a largo plazo porque todo el mundo ha asumido la necesidad de cerrar filas.
-¿Por qué ha costado tanto encontrar a alguien que se quiera poner al frente de la UGT balear? Usted mismo estaba dispuesto a dar un paso atrás si alguien más quería asumir el puesto.
-Es un sacrificio y venimos de años tormentosos. Esta organización en Balears ha tenido la mala suerte de meterse en aventuras que no corresponden a nuestras funciones y que lamentablemente resultaron fallidas.
-Hablamos del concurso de acreedores por la promoción de viviendas protegidas en Palma.
-Efectivamente. Es muy bonito ofrecer viviendas, pero no era el momento. Este tema ya está encauzado y estos pisos se han comenzado a vender. Ahora toca mirar al futuro y hay que demostrar que estamos unidos para defender a los trabajadores.
-¿Cuánto ha perdido UGT en esta aventura inmobiliaria?
-Mucho. Dos millones de euros y algo más.
-También se enfrentan a la exigencia de que se devuelvan fondos de los cursos de formación.
-Hemos devuelto todas las cantidades que nos han requerido. Lo que sucede es que debido al enfrentamiento que mantuvieron nuestro exsecretario general Lorenzo Bravo y el expresident del Govern José Ramón Bauzá nos tenían en el punto de mira. Todos esos requerimientos que también se han hecho a CCOO, CAEB o PIMEM, los primeros siempre eran para UGT. Nosotros hemos justificado los gastos, y veremos si las cantidades que hemos entregado finalmente nos las tienen que devolver. Insistimos en que la formación se hizo como correspondía.
-Ustedes llevan tiempo denunciando que hay una campaña de desprestigio en su contra, pero también se les reprocha hacer demasiado sindicalismo desde los despachos. ¿Cómo se reparten las cuotas de responsabilidad en el deterioro de su imagen?
-Yo he estado 40 años trabajando en el aeropuerto y percibía el sindicato de otra forma. Cuando me integré en la organización a nivel ejecutivo vi que era diferente. Estar aquí dentro te absorbe y hay federaciones tan grandes que tienes que estar pendiente de las consultas. Uno de mis objetivos ha sido abrir las puertas para que entre gente joven, porque vienen con ideas nuevas. De todas formas, las críticas que hemos recibido han sido muy fuertes y yo creo que para tapar otras cosas, porque la banca es la que debería estar más callada y es la que mejor ha escapado.
-¿Quién impulsa esa campaña contra ustedes?
-La banca y la gran patronal, que son los culpables de lo que ha ocurrido y los que han hecho que si antes a un mileurista se le miraba por encima del hombro, ahora sea algo habitual. La gran patronal ya no está en el día a día, se ha buscado gestores a los que exigen números y solo números, y siempre a costa de los trabajadores. Eso es lamentablemente lo que hay que parar.
-¿Qué fuerza les queda cuando convocan una huelga general y el respaldo es minoritario, o cuando solo van unos pocos cientos de personas a las manifestaciones del 1 de mayo en Palma?
-En las empresas en las que hay arraigo sindical el trabajador está permanentemente informado y sabe, por ejemplo, como está su convenio. En las que no nos dejan entrar, que hay muchas, es difícil. Y ahora la gente joven hace otro tipo de protestas y nos cuesta que se integre dentro de la organización, pero es algo que estamos intentando cambiar. Debemos buscar fórmulas para que los jóvenes conozcan lo que es un sindicato.
-La economía balear va a crecer este año cerca de un 3,5% pero los salarios, en el mejor de los casos, crecen un 1%. ¿Quién se está quedando la mayor parte del pastel?
-La gran patronal. Cuando se firmó el convenio más importante de las islas, como es el de hostelería, se pactó una subida ligeramente superior al 1%, pero yo creo que en esos momentos ni los hoteleros se esperaban que las cosas les fueran a salir tan bien durante los años siguientes. Pero los empresarios son muy cicateros, y ahora en el convenio de comercio nos siguen regateando, pese a que reconozco que este sector no tiene una situación como la de las hostelería. Dicen que somos una de las comunidades más ricas de España, pero eso no está repercutiendo ni en el empleo ni es su calidad.
-UGT denuncia plantillas infradotadas y excesos de jornada.
-Hace un año ya planteamos con el conseller de Trabajo, Iago Negueruela, el refuerzo de las inspecciones, y vamos a pedir más. Yo a los piratas no los considero empresarios sino mafiosos, y vamos a pedir más inspecciones porque tenemos constancia de irregularidades. Las cadenas hoteleras son las que más cumplen con el convenio porque tienen comités de empresa, pero hemos de pelear contra el hecho de que los trabajadores renuncien a uno de sus días libres, aunque les vaya muy bien porque algunos solo trabajan cinco meses al año
-¿Cuándo los trabajadores verán de nuevo subidas salariales?
-Espero que se vea en los próximos convenios, empezando por el de comercio. Aquí la pauta la marca el convenio de hostelería, y en su próxima negociación se van a reclamar ya subidas a partir del 3% para que los trabajadores recuperen poder adquisitivo. A partir de ahora, como mínimo hay que reclamar incrementos en las retribuciones del 3%. Ha llegado la hora de recuperar salarios porque los trabajadores son los que más han perdido en esta crisis.
-Tenemos algo más de 50.000 parados registrados en pleno julio. ¿Cuántos trabajadores están sin empleo en Balears porque sus compañeros ocupados aceptan prolongar sus jornadas?
-Es una vergüenza que la comunidad con mayor crecimiento económico tenga más de 50.000 parados en plena temporada alta. La realidad es que cuando vas a muchos hoteles, la condición para trabajar es que renuncies a un día libre. Y en la restauración, además vemos mucha rotación de trabajadores y hay que mirarla con lupa. Según las estimaciones de la federación de hostelería, si en este sector se respetaran los horarios y descansos y se dotaran las plantillas adecuadamente, se podrían crear entre 15.000 y 20.000 empleos más
-¿Con el actual Govern es todo más fácil?
-Está siendo más fácil. Cuando entré en 2013, con Manuel Pelarda como secretario general, nunca pisamos el Consolat de Mar ni nos recibió el president Bauzá. Ahora hay más diálogo.
-Iago Negueruela era inspector de trabajo ¿Está siendo el conseller perfecto para un sindicato?
-Para nosotros sí, como también la directora general de Trabajo, Isabel Castro. Son muy sensibles y han vivido en sus carnes las situaciones de las empresas. Incluso la presidenta Francina Armengol está reivindicando que vuelvan a crecer los salarios.
-Vamos a repetir elecciones. ¿De quién es la culpa?
-De todos. Que se tengan que repetir elecciones es lamentable. No hablo del PP, que esta muy cómodo viéndolas venir. Pero el PSOE debería haber sido capaz de mirar más a la izquierda, y Podemos más hacia el PSOE y no pedir cosas inasumibles para los socialistas. Pero se equivocaron los dos. Y si vuelve a gobernar el PP, nosotros volveremos a la calle.
