Los diez años de legislación restrictiva en materia de consumo de tabaco en España se han saldado con buenos resultados en el ámbito de la salud, según se destaca desde la organización nofumadores.org y desde el sector sanitario, a la vista del recorte que se aprecia tanto en el número de fumadores españoles como en el volumen de cigarrillos consumidos por persona.
Hay que recordar que en 2006 entró en vigor la nueva ley que regulaba estas materias, y que posteriormente fue revisada en 2010 para hacerla más restrictiva.
Según el coordinador de nofumadores.org en las islas, Salvador Tàrraga, resulta evidente que esta ley ha ayudado a reducir el consumo de tabaco al prohibir fumar en espacios compartidos, y muy especialmente al vetarlo en los centros de trabajo, algo que ido acompañado de efectos sobre la salud, como una reducción de los casos de asma.
Además, Tàrraga pone de relieve que también es evidente la percepción de mejoría expuesta por el colectivo de los fumadores pasivos.
Eso no implica que no sigan existiendo deficiencias, según se esgrime desde esta organización, como el incumplimiento que se percibe en muchos locales de restauración de las restricciones que deberían aplicarse durante el invierno en las terrazas de muchos negocios de restauración que optan por cerrar estos espacios con lonas.
Desde el ámbito sanitario se valora igualmente la reducción en el porcentaje de fumadores, especialmente entre el colectivo de jóvenes de 15 a 24 años, y más apreciable entre las mujeres. Como ejemplo, se señala que en 1997 el 33% del conjunto de la población española fumaba diariamente, porcentaje que se ha reducido en unos 10 puntos, hasta situarse en el entorno del 23%.
Se recuerda también que el consumo de tabaco se vincula directamente a 29 enfermedades.
