No perderé su tiempo. La pregunta número 41 del sondeo postelectoral del CIS de Soraya Sáenz de Santamaría, difundido la semana pasada, reza explícitamente:
“En relación con el sentimiento nacionalista catalán/vasco/gallego/navarro/aragonés/valenciano/canario, podría decirme, por favor, dónde se colocaría usted en una escala de 1 a 10, en la que el 1 significa ‘mínimo nacionalismo’ y el 10 ‘máximo nacionalismo’”.
Aparte de los inevitables catalanes y vascos, sobresalen comunidades tan poco susceptibles de espíritu identitario como Navarra -UPN viaja a lomos del PP- o Aragón -el PAR se abraza a Rajoy-. Y como de costumbre, el organismo de sondeos arbitrarios excluye expresamente a Balears, en vísperas de un resultado histórico para el soberanismo. El CIS prohíbe un sentimiento nacionalista o siquiera regionalista en Mallorca, imperialmente asimilada con Madrid y las Castillas.
Por si se necesitara una aclaración adicional, y como todo puede empeorar, en la pregunta número 42 del citado sondeo se advierte con mayúsculas que será planteada “Solo en Cataluña, País Vasco, Galicia, Comunidad Foral de Navarra, Aragón, Comunidad Valenciana y Canarias”. No somos ni canarios ni periquitos, solo las tristes islas adyacentes. Tras esta discriminación negativa, se plantea:
“Utilizando esta misma escala de nacionalismo, ¿podría decirme dónde colocaría a cada uno de los siguientes partidos?”
Y aquí se barema a la Chunta Aragonesista, que no obtuvo escaño el 20D, pero vuelve a omitirse a Més, que también se presentaba a las generales.
Recuerde dónde leyó el pasado domingo que “Isern retiró y cambió su cartel electoral, disgustado con la foto”. Al día siguiente se procede a la retirada irreversible del cartel electoral del exalcalde de Palma. Si hubiera logrado este efecto fulminante con las mujeres, ahora mismo me llamaría Mr. Scarlett Johansson. También se prejubila con los sesenta cumplidos el responsable policial en la comisaría de distrito de la Playa de Palma, después de catorce años en el puesto. Es un caso inusitado, otro éxito del Jefe Superior de Policía de Balears en Canarias.
Por increíble que parezca, la facultad de Medicina de Balears abrirá con un médico entre su profesorado. Son Llàtzer y traumatología son las palabras clave para desenredar el jeroglífico. Por cierto, la UIB ocupa los últimos puestos del Estado en la enseñanza de las matemáticas, según el último ranking divulgado. Es una prueba de la integridad del rector matemático, que no ha favorecido a sus colegas. También vamos a la cola en estudios históricos porque, ¿a quién le interesa la historia de Mallorca contada por el PSM?
Maite Areal de Matas enseña el palacete de San Felio a presuntos compradores, presumiblemente alemanes porque los invasores vikingos se centran en el rango entre 150 y 600.000 euros. Me he puesto en lista de espera, ya he ahorrado para la escobilla. Llegamos así al momento clave de esta página, porque debo plantearles una duda deontológica. Si me hicieran director general del Govern -y quién se atrevería a negarme el departamento de Solidaridad Internacional y Humanitarismo-, borraría mis fotos artísticas de redes sociales de acceso público y por tanto publicadas por mí mismo, en las que apareciera en la cama besuqueando a una persona del sexo opuesto sin ropa interpuesta. Sin embargo, una directora general y sin embargo doctora no tomó tal prevención, hasta que le avisamos con la discreción propia del caso. Para entonces ya habíamos descargado las estetizantes imágenes, que no puedo mostrarles por el veto explícito de compañeras de redacción. El periodismo es duro, pero las periodistas todavía más. Ustedes se lo pierden.
Los promotores inmobiliarios que abandonaron Mallorca con la crisis y con deudas millonarias con la Agencia Tributaria, se instalaron en México o Dominicana a través mayoritariamente de sociedades radicadas en Panamá. A propósito de Manos Limpias, su abogada Virginia López Negrete cena varias veces por semana en el aconsejable Bar Colonial de la calle Marqués de la Sénia. La letrada se sienta en una esquina, sola y rodeada de papeles del juicio de la Infanta. Cuida la línea, porque se conforma con medio menú.
El verano mallorquín consiste en impedir que los bañistas puedan disfrutar de la playa sin obstáculos. Así ocurre en la humilde caleta del Peñón, situada junto a una Ciudad Jardín repleta de bares pero que no por ello se ha librado de su cajón reglamentario en cuanto aprieta la calor. Por cierto, habíamos dado instrucciones desde aquí a la Guardia Civil, para que bombardeara en aguas infestadas de tiburones a los party boats que dificultan todavía más la vida de los palmesanos. Desde la institución policial nos recuerdan que una de esas embarcaciones tiene vínculos familiares con la Delegación del Gobierno, por lo que no podrán cumplir nuestras órdenes. Vean The lady in the van.
Apología. El ayuntamiento de Inca -todos en pie- me remite una simpática carta, en la que aclara que el vehículo policial que nos ilustraba dos semanas atrás no aparcó en zona de discapacitados durante la legislatura vigente. Asumo y agradezco su reconvención. Ahora bien, dado que el coche no se aparcó solo, la pregunta inmediata es si el consistorio inquense es capaz de garantizar que no reincidan los agentes que viajaban en el automóvil, y que suponemos que continúan en plantilla en la actual legislatura. Les adelanto que Cort ciudad sin ley no podría garantizarlo. Protectora de la mafia del ruido y de los carteristas, la Policía Local solo detiene en Palma la carrera política de Isern. Ya hemos hecho bastante daño por hoy.
Reflexión dominical punitiva: “La mayoría de personas mienten sin necesidad de ser torturadas”.
