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Actividad

El turismo náutico, un mar de oportunidades

Alumnos de la facultad de Turismo de la UIB visitan las instalaciones de los Servicios Técnicos Portuarios del Moll Vell de la mano de la Asociación Española de Grandes Yates (AEGY) radicada en Mallorca

El turismo náutico, un mar de oportunidades

­"Vamos a necesitar gente para trabajar como charter brokers, una actividad que, por dinámica, está casi en exclusiva en manos de trabajadores del mundo anglosajón", explicaba ayer Marta Iglesias, empleada de la compañía Camper&Nicholsons International, a un auditorio formado por unos cuarenta alumnos de la facultad de Turismo de la UIB interesados en las potencialidades del sector náutico como futura salida laboral tras acabar su formación.

La jornada formativa fue una actividad más del convenio de colaboración suscrito hace un par de años entre la Asociación Española de Grandes Yates (AEGY), organización radicada en Palma, y la UIB.

"De las diez oficinas más grandes de charters del mundo, seis tienen sede en Palma", animó Iglesias, que aclaró que el trabajo de un broker de charter consiste en intermediar para que un cliente encuentre un yate ideal en el que pasar sus vacaciones. Tras admitir que no hay formación específica para desarrollar esta actividad, Marta Iglesias sí recalcó que los idiomas son imprescindibles y que, dentro de ellos, "el inglés es la herramienta número uno". También destacó que la experiencia y tener una buena cartera de clientes es importante, así como conocer en profundidad el mercado de los grandes yates y las características de las embarcaciones.

La tripulación, clave del éxito

"No puedes ofrecer a un cliente que paga 150.000 euros por semana un yate con unos muebles en mal estado o con malos olores por una avería en los desagües", advirtió antes de concluir recomendando a los potenciales brokers que es esencial conocer de primera mano a las tripulaciones de los yates ya que, estimó, "el ochenta por ciento del éxito de estas operaciones reside en la tripulación".

Antes que Marta Iglesias, Amanda Picornell, organizadora de eventos náuticos, ofreció otra charla explicando a grandes rasgos los entresijos de su profesión y recordando al auditorio que ella misma comenzó hace 4 o 5 años como helper (ayudante) en estos acontecimientos de promoción náutica de los que, cuantificó, se celebrarán unos 300 cada año en Mallorca.

Y explicó que en la edición de la feria náutica de este año, dentro del show de super yacht, participaron 65 embarcaciones de más de 24 metros de eslora. Y que la organización de estos eventos no se limita a mostrar los yates, sino que también hay que ocuparse de ofrecer ofertas de ocio y restauración a los visitantes.

Para concluir las charlas, no faltó la opinión de un capitán de yate, Janusz Walinski, que patronea la embarcación Roma de 60 metros de eslora dotada de 17 tripulantes.

Antes de las charlas de estos especialistas, los estudiantes visitaron las instalaciones de los Servicios Técnicos Portuarios (STP) ubicados en el Moll Vell, un varadero que se ha erigido como un punto estratégico de reparaciones para grandes yates reconocido a nivel mundial que recibe embarcaciones de todos los mares del mundo.

Jesús Domínguez, responsable de STP, explicó durante la visita que disponen de 5 grúas para izar embarcaciones de un peso de 30 toneladas hasta un máximo de 700, que es lo que pesaría un barco de unos 50 metros de eslora. "Astilleros de Mallorca puede sacar barcos más grandes pero nosotros tenemos más capacidad, para unas cien embarcaciones", calculó Domínguez. Y puntualizó que STP se encarga de gestionar el izado de las embarcaciones y las instalaciones donde, dijo, trabajan más de mil personas y unas doscientas empresas de reparación y mantenimiento de embarcaciones que, destacó, desarrollan su labor en invierno para que los yates estén a punto en los meses de verano.

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