El escualo reincide. Esta mañana el tiburón que fue avistado ayer en Portopí, en Palma, ha vuelto a entrar en la base naval. Miembros de la comandancia han conseguido sacarlo al exterior de la base naval. Sin embargo, la tintorera de unos dos metros y medio ha puesto resistencia y ha mordido el balón de la zodiac. La faena no ha resultado fácil, pero finalmente han podido llevar al tiburón mar adentro, una vez más.

Tras el gran revuelo que provocó el escualo, que apareció este miércoles muy cerca de la costa, la historia se repite. La Guardia Civil ya había intentado ayer capturar a la tintorera al mejor estilo 'far west' mediante el uso de un lazo, pero el animal se soltó de la cuerda y pudo zafarse. El objetivo era que volviera a su hábitat y al parecer lo habían conseguido. Pero esta mañana la tintorera ha sido avistada otra vez en la misma zona donde el día anterior fue grabada en vídeo por espectadores, entre sorprendidos y asustados.

Cabe recordar que Antoni Grau, jefe de recursos marinos de la dirección general de Pesca del Govern, consideró que se podría tratar de una tintorera, especie bastante habitual en el Mediterráneo que, no obstante, no es frecuente que sea vista tan próxima a la costa.

Un tiburón se pasea en la base naval de Portopí

Un tiburón se pasea en la base naval de Portopí

"Desde luego, no es un tiburón blanco ni un peregrino", bromeó Grau antes de confirmar que, sin lugar a dudas, se trataba de un escualo. "Sus largas aletas pectorales y su cola, muy larga, con el lóbulo superior también muy largo, permiten suponer de manera casi segura que se trata de una tintorera. Y su color, azul, con la salvedad de que se encuentra bajo el agua, también abona la idea de que se trata de un ejemplar de esta especie", corroboró Grau.

El jefe de recursos marinos explicó que esta especie es bastante común en el Mediterráneo pero que lo que no es tan habitual es verlo tan cerca de la costa ya que raras veces son vistos fuera de alta mar, su hábitat natural.

Antoni Grau estimó que la tintorera mediría unos dos metros y medio y, sobre los motivos de su presencia a escasos metros del tráfico rodado del paseo marítimo y del centro comercial de Porto Pi, el especialista aventuró que podría haberse despistado mientras perseguía a unas posibles presas.

El responsable de la dirección general de Pesca tranquilizó a la población asegurando que se trata de una especie pacífica que no suele atacar a las personas salvo, claro está, que sea molestada de manera insistente.