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Entrevista

Carles Bona: "El Govern debería ponerse al nivel de otras comunidades en el apoyo a la investigación"

"Cualquier desvío del presupuesto de la Facultad de Medicina puede provocar recortes en el resto de la UIB"

"Balears debería apostar por la investigación en el ámbito de la calidad, no por áreas temáticas como turismo". Guillem Bosch

-El Grupo de Relatividad y Gravitación que dirige es el único español que participa en la Colaboración Internacional LIGO, lo que ha hecho que las miradas se fijaran en ustedes desde que detectara una onda gravitacional procedente de la fusión de dos agujeros negros. ¿Se mantiene el interés?

-Ha bajado un poco la atención mediática, aunque todavía queda una cola. La verdad es que no esperábamos que tuviera tanta repercusión.

-¿Ha servido para que las administraciones públicas les den un empujón?

-La conselleria de Innovación ha concedido alguna dotación para un investigación postdoctoral y un becario. Después de la visita al Consolat, recibimos una llamada que en esta ocasión no era sólo para la foto, sino también para retratarse ellos, es decir, para dar ayuda.

-¿Hasta ahora el Govern se había retratado poco?.

-Hasta ahora, los fondos que teníamos eran o estatales o europeos. Somos una de las pocas Comunidades Autónomas que no tenemos una línea continuada para proyectos concretos de investigación. Esporádicamente algún año había salido alguna cosa, pero en otras comunidades hay investigadores que tienen sus proyectos de investigación estatal y de su gobierno autonómico.

-Balears es una de las Comunidades Autónomas que menos invierte en investigación, dentro de un país que a su vez está a la cola europea.

-Sí, el porcentaje sobre el PIB así lo muestra. Si en lugar del PIB te fijas en el esfuerzo inversor, es decir, en el porcentaje de esfuerzo respecto al presupuesto de la Comunidad, incluso en estos términos estamos en la cola, compitiendo con Ceuta y Melilla por el último puesto.

-Usted fue director general con el primer Govern de Francesc Antich, cuando aún no había crisis económica. ¿No consiguió convencer desde ese puesto de la importancia de respaldar la investigación científica con algo más que palabras?

-No, pero es que tampoco había tradición en ese sentido. Yo en realidad lo que llevaba era los ordenadores del Govern. Al frente de investigación estaba Enric Tortosa. Pero es que el plan de I+D que se hizo fue el primero, antes no lo había. Había que empezar a cavar en un terreno en el que nunca antes se había hecho.

-Ahora el Govern cuando habla de investigación lo hace para defender la puesta en marcha de la Facultad de Medicina. ¿Dónde quedan ustedes?.

-La facultad de Medicina está cubierta por un convenio que tiene la peculiaridad de que las cantidades están puestas al céntimo, con una cláusula que dice que no habrá un euro más. Incluso se dice que cualquier dinero que se pueda cobrar de las matrículas se descontará de eso. En cualquier convenio se pone una previsión, pero ahí no. Son cantidades máximas cerradas. El problema es que cualquier desvío que haya nos lo tendremos que comer en la UIB con el peligro de tener que repartirnos de algún modo todos algún tipo de recorte para cubrirlo. Si no fuera por eso, la iniciativa es interesante. Abre nuevas vías de investigación y es positivo. Pero el tema económico preocupa.

-¿Cómo se podría evitar?

-La manera de solucionar eso sería que realmente la dotación de la Universitat se pusiera al nivel que hay en otros lados. Aquí lo que ha habido, en general, es que cuando hay que recortar se recorta lo mismo al señor que ha sido eficiente y ha trabajado de una manera optima que al que se ha pasado. Llega un momento en el que nos pasa eso de que cuando ya habíamos conseguido que el asno aprendiera a trabajar sin comer, va y se nos muere. Vamos recortando y recortando y al final... Se nos muere el asno.

-¿Cuando el Govern recibió al Grupo de Relatividad y Gravitación en el Consolat de Mar expusieron a la presidenta Francina Armengol que necesitaban un mayor apoyo?

-En esos actos protocolarios no hay mucho tiempo de entrar en detalles, pero Alicia Sintes (representante del grupo de la UIB en el proyecto LIGO) hizo un gesto con los dedos indicando la necesidad de dinero cuando Armengol le estaba dando la enhorabuena. Captaron de inmediato el mensaje. No sé si fue por eso que luego nos llamaron y nos dieron esa dotación adicional, para una plaza de postdoctorado y para un becario, lo que supone unos 80.000 euros como mucho en un par de años. Buenos son, en todo caso. Aquí hace falta un esfuerzo en el sentido de reflexionar sobre qué apuesta queremos. Si aquí, con el nivel de inversión que tenemos, logramos estos resultados, si alcanzáramos un nivel de normalidad nos saldríamos. En Balears ha habido durante mucho tiempo una política por parte de la UIB de captación de talento que se está notando.

-¿Los políticos saben de lo que hablan cuando resaltan la importancia de I+D+I? En Balears cuando lo mencionan suelen añadir aquello de "investigación en el ámbito turístico".

-El turismo es un punto capital de nuestra economía, pero está en el área de servicios en donde la investigación es más complicada. Es más fácil ver la relación con la investigación en el ámbito industrial. Además estamos en una Comunidad pequeña con una universidad relativamente pequeña. Cuando estás en Madrid y por ejemplo se decide dar prioridad a un ámbito de investigación, saldrán cuatro o cinco grupos que competirán entre ellos y se lo llevará el mejor. Si lo haces en Balears, habrá un señor solo. Marcar prioridades en Balears en el fondo es poner nombres y apellidos. Eso es lo malo. En un ámbito pequeño como el de Balears, en lugar de apostar por áreas temáticas, como turismo o otro ámbito, debería apostarse en el ámbito de la calidad. Es decir, ¿qué tenemos aquí que sea bueno, con posibilidad internacional de atraer gente? Potenciémoslo.

-¿Cómo llega un grupo de una universidad pequeña, con pocos medios y de una Comunidad pequeña a situarse en un proyecto como LIGO jugando en primera división?

-La ciencia a alto nivel es necesariamente internacional. Nuestros estudiantes hacen aquí una tesis y de inmediato salen como mínimo dos años para una estancia de investigación postdoctoral en el extranjero. Ahí entras en contacto con otros centros. Tenemos proyectos internacionales de distintos ámbitos en los que colaboramos y nuestra publicaciones son en revistas científicas internacionales de primer nivel, en donde te aplican el mismo rasero que a un señor de Massachusetts. Para salir adelante tienes que ser igual de bueno o más. La medida no es local, sino internacional. Cuando estás a ese nivel puedes aprovechar esas posibilidades de colaboración que te ofrecen.

-¿Cuantos investigadores trabajan ahora en su departamento?

-Unas 60 personas, entre las áreas de física e ingeniería.

-¿Qué líneas de investigación destacaría de entre las que están trabajando, además de las de ondas gravitacionales?

-Hay un grupo de física que trabaja con materiales con memoria de forma. Tiene un potencial importante de aplicaciones que no ha terminado de estallar pero cuando salte será importante. Es un material que puede cambiar de forma con la temperatura. Otro grupo está trabajando en nanoestructuras, que también tiene mucho potencial. Otro trabaja en sistemas complejos y dentro de ellos el Big Data, la capacidad de recoger mucha información y procesarla. Otro trabaja en algo parecido, pero más centrado en la tecnología electrónica, con los datos de los móviles. Por ejemplo, aunque no lo estés usando, en cuanto vas por la calle con tu teléfono conectado a un wifi hay intercambio de datos que pueden servir para saber las zonas por las que se mueven los cruceristas por Palma, de qué país viene alguien, qué poder adquisitivo tiene por el modelo de móvil... Piense que la red de wifi que tenemos en la Platja de Palma es la segunda del mundo en extensión. Es más grande que la de Manhattan. Esa información es anónima, es decir, no tienes por qué saber quién es el usuario del móvil, pero sí puedes saber de dónde viene.

-Con estas cosas hay cierto temor a un estado de vigilancia de la sociedad. Al gran hermano que todo lo ve.

-Había una abuelita que comentaba que eso de los barcos era una cosa del demonio porque eran de hierro y flotaban. Las generaciones jóvenes lo entienden más. Nuestros alumnos no conciben un mundo sin internet y sin móviles.

-¿Los recortes de estos años han afectado a su departamento?

-Han subido el listón. Algunos grupos que solían tener proyectos de repente no los tienen. Hay que ponerse las pilas para presentar un mejor proyecto que te puntúe más. En nuestro grupo no hemos tenido que parar ninguna investigación en marcha, aunque se que algún grupo de algún departamento ha tenido algún problema.

-¿Cuántos fondos necesitarían para trabajar con cierta tranquilidad?

-Lo suyo sería que los presupuestos del Govern complementaran los proyectos estatales. En otras comunidades, si un grupo tiene ya algo de apoyo de un proyecto estatal, eso puntúa para completar lo que no te han financiado a nivel estatal. Eso supondría quizá unos 10.000 euros para cada proyecto de investigación, que son por tres años. En nuestro departamento tenemos una quincena de proyectos. Aportando entre 80.000 y 100.000 euros se podría cubrir perfectamente. Con eso podríamos cubrir cosas que de otro modo no es posible. Por ejemplo, hay programas de ayuda al empleo para que quien acabe la carrera pueda hacer prácticas aquí, pero si necesitas traer un buen ingeniero para tu trabajo, no puedes ofrecerle un salario de alguien que acaba de terminar la carrera.

-¿Es una heroicidad ser investigador en España?

-Bueno, digamos que es un trabajo sin red y comparativamente mal pagado. La gente se va con una beca sin garantías de que a la vuelta tendrán una plaza aquí. El problema es un señor que ha salido, que ha hecho postdoctorados en Alemania, de ahí a otro país, dando vueltas y no logra aterrizar de nuevo en España. Al final toman la decisión de encarrilar su vida fuera. Todo ese esfuerzo de inversión, aprendizaje y formación al final se lo llevan Alemania, Francia... Vas a una universidad pública, das una formación de primer nivel, una beca para que vaya al extranjero... y luego no eres capaz de darle la oportunidad para la vuelta.

-¿Al final es la puesta al día al "que inventen ellos"?

-Hay una cita de Derek Curtis Bok que dice "si ustedes creen que la educación es cara, prueben con la ignorancia". Esa mentalidad... Aquí con la burbuja inmobiliaria la gente dejaba sus estudios por un sueldo que entonces le parecía fantástico. Después, al no tener formación, no tienes capacidad de progresar y lo que te venía bien cuando eras joven se convierte en algo de lo que no puedes salir. En Balears eso ha hecho mucho daño. Se ha traducido después en salarios bajos y pensiones bajas. Hemos estado mucho tiempo por debajo de la tasa de estudiantes universitarios. Es decir, que sí que hemos probado un poco lo que cuesta la ignorancia.

-¿Ahora hay más alumnos?

-Sí. Ha habido un repunte. De todos modos, quizá en física la culpa la hemos tenido un poco los físicos, por presentarnos un poco como esotéricos. Yo me he encontrado alumnos que en cuanto entraban en clase de física desconectaban el sentido común. Les hacías una pregunta que con sentido común hubieran contestado de una manera, pero que como estaban en clase de física y cualquier cosa podía ser posible empezaban a dudar. Pero la física no tiene nada de divorcio con la realidad, al contrario. Siempre he pensado que si una cosa no la puedes explicar sin fórmulas es que no la has entendido del todo. Los físicos deberíamos hacer un poco más para que la gente de la calle entienda lo que es la física.

-En 2012 se enfrentó a Armengol por la secretaría general del PSOE balear, con poco éxito. ¿Se quedó con ganas de volver a intentarlo?

-Era una época de una pugna enorme. Estaba la línea Rubalcaba, de seguir mas o menos igual y ya remontaremos, y la línea de que algo había que cambiar. Yo representaba esta línea, la del sector renovador. Al final el tiempo me dio la razón en lo de Rubalcaba. Saqué un voto de cada tres. En realidad no fue un mal resultado. Me dejó un buen sabor de boca, pero no volvería a intentarlo. Me queda la espinita de Palma. Tenemos un problema con las estructuras del partido en las grandes ciudades y en su momento fundé la agrupación socialista de Eixample. Eso es lo único que me animaría a dar un paso, pero en el partido y a ese nivel, no para el ayuntamiento o cargos públicos.

-¿Qué opina ahora de Armengol?

-Se ha reforzado mucho a todos los niveles. Tiene una gran capacidad de pacto y de seducción. Casi es una baronesa a nivel estatal en el partido. No era fácil el pacto con Podemos fuera del Govern y Més dentro. En el PSOE nacional se nos escucha. El hecho de ser capaces de formar gobierno aquí ha sido un punto a favor.

-Las expectativas para el PSOE el 26-J no son muy buenas.

-Hay una especie de ruptura generacional. Los jóvenes cuando piensan en derecha e izquierda piensan en Ciudadanos y Podemos. Ahí tenemos un problema serio. Nuestra ventaja es nuestra posición de centralidad. Es difícil imaginar una combinación de gobierno sin que esté el PSOE. Una combinación de izquierdas sin el PSOE no sumaría par hacer gobierno.

-¿Un deseo para acabar?

-Mi deseo sería que todo ese discurso de la importancia del I+D que tienen todos los políticos, porque de pronto se ha vuelto una cosa políticamente correcta, fuera de verdad.

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