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Salud

Deporte con cabeza

Los especialistas recomiendan a todos los deportistas, ya bien practiquen ejercicio de forma regular o comiencen de cero, que se sometan a revisiones médicas para evitar trágicos desenlaces

Participantes en una competición deportiva.

"Antes de practicar algún deporte conviene que te cerciores de que estás sano y que no tienes factores de riesgo", comienza el doctor Rafael Suau, especialista en Medicina del Deporte que trabaja en el servicio de Medicina Deportiva del Consell de Mallorca.

"Cuando una persona joven, menor de 35 años, muere mientras practica algún deporte, casi siempre hay antecedentes familiares detrás, alguna causa congénita hereditaria", sostiene este especialista que, por tanto, recomienda a todo el mundo someterse a un reconocimiento médico y a un electrocardiograma de reposo antes de comenzar a practicar un deporte de forma regular.

Preguntado sobre qué puede revelar esta última prueba, el doctor Suau contesta que, básicamente, el funcionamiento eléctrico del corazón, lo que puede ser muy útil para prevenir las mediáticas muertes súbitas en deportistas jóvenes.

Para los no tan jóvenes, el consejo es otro: "La prueba de esfuerzo está recomendada para los hombres a partir de los 40 años de edad y para las mujeres a partir de los 50. ¿Por qué esta diferencia? Porque las mujeres están más protegidas frente a episodios cardiacos que los hombres por una cuestión de estrógenos, hormonal, hasta la menopausia", aclara el doctor Suau.

El especialista matiza no obstante que ni con el electrocardiograma de reposo ni con la prueba de esfuerzo puedes encontrar, y prevenir, todas las causas desencadenantes de una muerte repentina mientras se practica algún deporte. "Lo que está claro es que una persona mayor de cuarenta años ya no morirá por una malformación congénita en el corazón y entonces hay que buscarle otros factores de riesgo que podrían conducirle hasta este fatal desenlace", diferencia.

Sobre los principales factores de riesgo que hay que tener en cuenta, el especialista los cita de carrerilla: tensión alta, elevados niveles de colesterol, tabaco y, sobre todo, el sedentarismo previo. "Teniendo controlados todos estos factores de riesgo, disminuyen sustancialmente las posibilidades de sufrir un infarto mientras se practica deporte", subraya antes de recalcar que al practicar ejercicio es muy importante realizarlo de manera progresiva porque, concede, "cuando haces deporte el riesgo de sufrir una muerte súbita se eleva".

Preguntado sobre si hay algún tipo deporte que entraña más riesgo de sufrir un episodio de estas características, Suau responde que no, que "en Escocia la gente se muere mientras está jugando al golf, que es el deporte más practicado en el país".

Hemorragia cerebral

Pese a recomendar estas pruebas y estos controles previos, el hecho de someterse a ellos no significa tener la certeza absoluta de que tienes controlados todos los factores de riesgo, como bien le recuerda al doctor Suau un caso que tuvo hace más de veinte años. En esa ocasión, una persona que iba a participar en un maratón fuera de la isla, previsora, se sometió a una prueba de esfuerzo antes. Pues bien, durante la carrera falleció a consecuencia de una hemorragia cerebral. "Y para controlar el estado de los vasos cerebrales habría que hacerse una radiografía con contraste, una prueba no recomendable para todo el mundo".

La conclusión que se puede extraer de este caso es que, para prevenir una muerte súbita, el único camino seguro es tener controlados los factores de riesgo citados más arriba.

"Lo que está más que demostrado es que realizar ejercicio de forma regular protege ya que, al contrario que las personas sedentarias, las que practican deporte tienen una mejor frecuencia cardiaca y la tensión arterial y el colesterol más controlados", quiere dejar bien claro este especialista en medicina deportiva.

No obstante, esta protección frente a accidentes cardiovasculares se pierde cuando se deja de hacer deporte. ¿En cuánto tiempo? En tan solo unos meses, contesta el doctor Suau, que apunta otro motivo de preocupación: Los últimos estudios están demostrando que se dan arritmias (latidos irregulares y en ocasiones letales del corazón) con más frecuencia entre personas que han practicado deporte de manera intensa durante toda su vida. Y no estamos hablando de deportistas profesionales, sino de amateurs locos por el deporte.

"Ahora hay una moda de realizar deportes extremos, veremos qué consecuencias trae esta moda en los próximos años", se muestra cauto el doctor Suau que admite que "hay un umbral a partir del cual el ejercicio empieza a ser malo. El problema es que no sabemos cuál es este umbral", concluye el médico deportivo.

Patricia Hernández, anestesista y cursando el último año de la especialidad de Medicina del Deporte, coordina la Mallorca Sport Medicine creada en el hospital Sant Joan de Déu para responder a la demanda creciente de una sociedad interesada en hacer deporte sin trágicas consecuencias.

Comienza su discurso con datos: "Cada año fallecen en España unas treinta mil personas de muerte súbita, aunque el 80% de estos fallecimientos son de personas mayores de 35 años con factores de riesgo que son las cardiopatías isquémicas, el colesterol, la hipertensión, la obesidad, el sedentarismo y el estrés", desgrana una lista más amplia que su compañero.

Y como el doctor Suau, Patricia Hernández apunta que la actividad física protege cardiovascularmente. "Trescientos minutos a la semana de actividad física moderada o 150 minutos de deporte intenso le proporcionan a la persona que lo hace una beneficiosa protección cardiovascular", concreta.

Sobre las muertes súbitas entre jóvenes, "unos cinco mil fallecimientos cada año", la coordinadora de la unidad del Sant Joan de Déu matiza que un elevado porcentaje de ellas (entre el 15% y el 20%) son debidas a problemas genéticos o hereditarios que afectan a la parte eléctrica del corazón y que entre un 4% y un 12% de estos óbitos se podrían atribuir a personas con alguno de los factores de riesgo mencionados.

Preguntada sobre cuáles serían su recomendaciones para una persona sana que quiere comenzar a practicar un deporte, la doctora Hernández diferencia: "Para los menores de 35 años y, en general, para todos los deportistas, les recomendaría una revisión médico-deportiva que incluyera su historial médico familiar y personal así como una exploración física y una auscultación".

"A partir de los 35 años, aparte de la exploración, aconsejaría un electrocardiograma aunque esta prueba tan solo detecta entre el 50% y el 60% de los problemas eléctricos e isquémicos del corazón", advierte.

"Y a cualquier edad, si quiero participar en una maratón, un triatlón o en una media maratón, me haría una prueba de esfuerzo. Con gases, que analiza también el componente respiratorio y el consumo de oxígeno, o sin gases, que detecta qué pasa en el corazón" , aconseja sin olvidarse de que también puede resultar vital controlar los "factores extrínsecos" como las condiciones ambientales en las que se va a disputar la prueba, la hidratación o la alimentación.

"Es un error muy frecuente preguntar al compañero qué barritas energéticas usa y tomar lo mismo cuando es necesario un asesoramiento nutricional personalizado porque cada organismo es diferente", añade la especialista que advierte de que "una mala hidratación y una mala alimentación pueden convertirse en factores que pueden predisponer a una muerte súbita".

Como su colega, la doctora Hernández advierte de que existen estudios que advierten que realizar más de cuatro horas de una actividad física intensa a la semana "es perjudicial para el cuerpo, predispone a la larga a la fibrilación auricular, un tipo de arritmia". Por ello, esta especialista recomienda a toda persona mayor de 35 años que quiera correr un maratón que se ponga en manos antes de un médico deportivo y que se someta a una prueba de esfuerzo y a un electrocardiograma aunque advierte que esta última prueba solo detecta en torno a un 60% de las posibles complicaciones.

No obstante, Hernández quiere concluir recordando que el deporte no es el malo de la película y para ello recurre a la OMS, organización que recalca que el cuarto factor de riesgo que más muertes provoca cada año es el sedentarismo.

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