Miguel Nicolau Dubiá, profesor de Matemáticas, jefe de estudios y director académico de Son Moix del colegio de Montesión desde 1954 a 1996, falleció ayer en Palma a la edad de 84 años. Su funeral se oficiará el lunes a las 19.00 horas en la iglesia de Nuestra Señora de Montesión.

Si, como escribió en estas mismas páginas el escritor José Carlos Llop, antiguo alumno del centro de la Compañía de Jesús, "en la vida somos la familia donde nos educamos y singularizamos, la ciudad donde vivimos y el colegio donde nos formamos", Miguel Nicolau, el Señor Nicolau -la formación en el respeto aún no había sido abolida-, tuvo para cuarenta y nueve generaciones de alumnos de Montesión una influencia enorme, imborrable, solo comparable al gran impacto de otra de las instituciones del colegio, quizá la gran referencia desde la segunda mitad del pasado siglo, el hermano Sebastián Prades, con quien Nicolau coincidió en las aulas y al que consideraba como un segundo padre.

Fue en la historia de Montesión un personaje singular, sin parangón, con una fuerza arrolladora y todo el colegio en la cabeza, empezando por el nombre de cada uno de los alumnos y sus circunstancias personales. Fue también un docente entusiasta y vocacional, un excelente profesor de Matemáticas que dominaba la escena con su discurso enérgico y seguro y que sabía despertar el interés de los alumnos acercando la materia a la actualidad o a las inquietudes de los escolares. Era duro, eso sí, no regalaba nada, y lo advertía desde el principio, consciente de que la formación académica del alumno no sólo debía alimentar sus conocimientos sino también fortalecer su voluntad, como era signo distintivo del colegio.