El caos que UGT ha vivido durante los últimos años en Balears a la hora de buscar un líder puede concluir el próximo jueves con la reelección de Alejandro Texías para ocupar la Secretaría General para los próximos cuatro años, tras un primer mandato que no ha llegado siquiera a los 12 meses de duración. De nuevo Texías se perfila como el único candidato para asumir estas funciones, aunque la gran diferencia es que en esta ocasión podría hacerlo con el respaldo unánime de su organización.

Fuentes de UGT han destacado que la tradicional 'guerra' entre la federación de movilidad y consumo (la más poderosa del sindicato al incluir sectores como hostelería, comercio y transporte) y la de servicios públicos ha quedado ya lo suficientemente atenuada como para que sea posible incorporar en el nuevo comité a representantes de todos los grupos de esta organización, y en este sentido se anuncia ya que la reelección del secretario general irá acompañada de la entrada de "gente joven y con proyección de futuro" en su equipo.

Además, se apunta que la UGT balear comienza a mostrar señales de mejoría en su pésima situación financiera, una vez que se percibe ya la salida al problema generado por el concurso de acreedores en el que entró la empresa con la que el sindicato había desarrollado viviendas de protección oficial, una vez que éstas han comenzado a venderse y se han podido retomar las obras para la conclusión de las de la calle Foners. Pese a ello, no se oculta que el agujero económico que esta fallida operación ha dejado en sus cuentas ha sido altísimo.

Fin de la crisis post Bravo

La marcha de Lorenzo Bravo de la secretaría general de UGT balear en 2013, tras 20 años en el cargo, ha marcado una de las etapas más caóticas vivida por el sindicato en el archipiélago, y que se ha sumado al problema antes señalado de la fallida promoción de viviendas, la reclamación de fondos públicos procedentes del Soib y la pérdida de subvenciones públicas.

Lorenzo Bravo fue sustituido por el que había sido su secretario de Acción Sindical, Manuel Pelarda, en un momento en el que todos esos problemas habían aflorado, y su mandato ni siquiera duró un año al dimitir alegando problemas de salud.

Eso supuso dejar al frente del sindicato a una ejecutiva en funciones, encabezada por Alejandro Texías, pero la evidencia de que no había candidatos para ponerse al frente de la UGT balear hizo que en octubre de 2014 quedara en manos de una gestora hasta que en junio de 2015 Texías accedió a la secretaria general por un año y con una evidente división interna al conseguir solo el 60% de los votos.