La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela ha confirmado la prisión al presunto yihadista detenido en abril en Son Gotleu, acusado de mantener una estrecha relación con DAESH y captar combatientes para participar en la yihad en Siria, informaron fuentes jurídicas.

Concretamente, está acusado de mantener estrechos contactos con responsables terroristas, actualmente radicados en Siria. Los investigadores creen que representa una "clara amenaza a la seguridad nacional", ya que dirigía sus esfuerzos a facilitar la comisión de acciones terroristas en territorio español y en otros países europeos. Según el Ministerio del Interior, la operación permitió la rápida neutralización de "una amenaza directa".

El joven Mohamed Harrak, que fue árbitro de baloncesto, ha negado que fuera un radical. El joven marroquí asegura que actuaba como agente colaborador de los servicios secretos CNI. De ahí que a través de varios perfiles en las redes sociales realizara escritos radicales y proclamas de muestras de apoyo a los actos terroristas que cometían estos grupos de yihadistas.

La juez, sin embargo, no se cree que realizara este trabajo de colaboración. Al contrario, mantiene que el joven buscaba en España a futuros terroristas dispuestos a sumarse a la lucha armada.