La patronal CAEB celebró ayer una fiesta para homenajear a los empresarios de las islas pero que fue aprovechada también por su presidenta, Carmen Planas, para pasar factura de forma más o menos velada al Govern balear por medidas como el impuesto turístico y a los sindicatos por lo que dibujó como una campaña de desprestigio en la que se quiere convertir en "explotadores" a los que en su opinión son en realidad impulsores de riqueza y empleo. Y todo ello en un acto en el que estaban presentes relevantes representantes del Ejecutivo autonómico, de UGT y CCOO. En su discurso posterior, el vicepresidente del Govern, Biel Barceló, hizo gala de un tono más amable, aunque sin dejar de lanzar también sus propias reivindicaciones ante un foro eminentemente empresarial, con una reclamación para que comiencen a abrir la mano a las subidas salariales.

La fiesta de CAEB tenía como objetivo entregar el premio Empresario del Año, que finalmente fue a parar a manos del industrial Antonio Fontanet, que a sus 96 años, según recordó, se puso por delante de los restantes finalistas: el transportista Miquel Florit, el empresario del ocio ibicenco José Rosselló, y las responsables de la juguetería La Industrial Neus y Concepció Aguiló. A la gala asistieron autoridades como el citado Biel Barceló; el alcalde de Palma, José Hila; el conseller de Trabajo, Iago Negueruela; o el conseller insular de Economía, Cosme Bonet; además de representantes del mundo de la cultura, como el rector de la UIB Llorenç Huguet; y de otros ámbitos de la sociedad balear, junto a un numeroso abanico del mundo empresarial. El acto se vio reforzado por la presencia de los presidentes de la CEOE, Joan Rossell; de la confederación española de jóvenes empresarios, Juan Merino; y del Foment del Treball de Catalunya, Joaquín Gay de Montellà.

Durante su intervención, Carmen Planas reivindicó el papel de los empresarios como generadores de riqueza y de empleo, y como motores del avance de la sociedad. Y en este marco, lanzó la primera crítica contra los que pretenden desacreditarlos y hacerlos pasar por "explotadores", alegando que los que caen en esos comportamientos son una minoría (hay que recordar las recientes denuncias formuladas por UGT en esta materia), pero también dejó caer sus reproches sobre las decisiones políticas que generan inseguridad política y sobre la creación de nuevos impuestos, con una referencia más que evidente a algunas de las iniciativas del Govern de Francina Armengol (cuya ausencia fue disculpada por problemas de salud) al afirmar que "el camino no es poner impuestos al turismo, porque el turismo no es el problema, sino la solución".

Joan Rossell se sumó a ese homenaje al mundo empresarial y a su papel jugado durante la crisis, pero hizo también un llamamiento a la clase política para que se siga con las reformas y para que "no se engañe a la gente haciendo creer que todo gasto es fácil".

Biel Barceló, por su parte, reconoció el papel de los empresarios, pero al mismo tiempo les pidió que mejoren los salarios y que respalden al Govern en sus reivindicaciones ante Madrid.

Por su parte, Antonio Fontanet reivindico el valor del trabajo, la dedicación, el compromiso empresarial y la actuación en equipo.