Casi once años han tenido que transcurrir para que los incidentes ocurridos en la piscina de Pedro J. Ramírez, cuando un grupo de activistas entró en su propiedad de Costa de los Pinos, llegaran a juicio. Y debido al tiempo transcurrido las posibles faltas de lesiones o de coacciones han prescrito. Por tanto, ayer la magistrada que debía juzgar a los ocho manifestantes que entraron en la piscina privada del periodista, situada en una zona público marítimo terrestre, quedaron absueltos, tras el acuerdo alcanzado entre la fiscalía y los abogados defensores. También se absolvió a las tres personas del equipo de seguridad del periodista, que tuvieron que utilizar la fuerza y provocaron lesiones a algunos de estos manifestantes para evitar que pudieran acceder a la vivienda.

El escrito de acusación que entregó ayer la fiscalía detalla que este incidente, que fue noticia a nivel nacional, ocurrió en la mañana del día 13 de agosto de 2005 en la Costa de los Pinos. Esa mañana el Lobby per la Independència, encabezado por el activista Jaume Sastre, convocó una rueda de prensa, en la que asistieron representantes de partidos de izquierdas y grupos ecologistas. Se reclamaba el derecho de paso por la zona de dominio público ocupada por la piscina.

Estos participantes conocían que el Gobierno había dado un plazo al periodista para que legalizara la piscina, a través de un nuevo proyecto. Aún así, estos activistas se dirigieron a la plataforma situada junto a la casa en que se encuentra la piscina, con el único propósito de acceder al espacio.

La fiscalía considera demostrado que hubo forcejeos entre el personal encargado de la seguridad privada y los manifestantes. La peor parte se la llevaron los activistas. Uno de ello llegó a sufrir una lesión en una costilla. Debido a esta pelea se produjo un cruce de denuncias, por lo que ayer se sentaron en el banquillo tanto los empleados de seguridad, como las personas que accedieron a la piscina. Uno de los manifestantes era un diputado nacional de ERC, que ayer estaba citado como testigo, pero que no tuvo que declarar debido al acuerdo alcanzado. También debía declarar por videoconferencia el periodista, pero al dictarse una sentencia absolutoria, debido a que los hechos habrían prescrito, tampoco fue necesaria su intervención.

Jaume Sastre, una vez concluido el juicio, manifestó su queja de que el juzgado hubiera tardado tanto tiempo en tramitar este asunto. El activista señaló que diez años después de producirse esta manifestación la situación actual de la piscina de la casa de Pedro J. Ramírez sigue siendo la misma.