No es ningún secreto para nadie la dependencia que Balears tiene de su sector servicios, y dentro de éste, de ramas muy vinculadas al turismo, como la hostelería o el comercio. Lo que la Fundación Impulsa ha hecho es determinar el alcance de esa ´especialización´, y no solo en el caso global de las islas, sino municipio por municipio. Entre las conclusiones presentadas ayer se puede destacar que el archipiélago es la cuarta región europea con una mayor especialización, o dependencia si se prefiere, de actividades como el comercio, la hostelería y el transporte -muy vinculadas a la actividad turística-, hasta suponer éstas el 36,2% de la estructura productiva de Balears, una tasa que solo superan el Egeo Meridional (Grecia), con un 46,6%; las Islas Jónicas (Grecia), con un 41,7%; y el Algarve (Portugal), con un 36,7%.
Pero si ponemos la lupa sobre Mallorca, el informe de Impulsa permite detectar que hay municipios de la isla en los que más de la mitad de la riqueza que generan depende exclusivamente de actividades como el alojamiento y la restauración (un 52,7% en Ariany o un 58,9% en Son Servera), mientras que en otros, aparecen tasas igualmente altas en su dependencia de las actividades inmobiliarias, como la venta o alquiler de viviendas (un 64,7% de la riqueza de Alaró nace de estos negocios o un 56,6% en Banyalbufar).
Volviendo al mapa europeo, la situación de Balears resulta excepcional tanto por ese cuarto puesto como región europea más dependiente del comercio, la hostelería y el transporte, como por el hecho de que el 36,2% de su estructura productiva esté vinculada de las citadas actividades, lo que supone prácticamente duplicar la media europea, del 18,8%.
El problema, según se apunta en el informe de la Fundación Impulsa que dirige Antoni Riera, es que la dependencia económica del archipiélago se da en actividades no solo ´maduras´, sino además poco intensivas en materia de conocimiento.
"La economía balear necesita pasar por el quirófano", según destaca Antoni Riera, que recuerda como en anteriores informes de la fundación que dirige ya se desveló la baja competitividad de Balears y la caída que se está registrando en su nivel de riqueza por habitante. Y para poder ejecutar la intervención quirúrgica necesaria se analiza tanto la situación del archipiélago en comparación con la de otras zonas de Europa, como la de cada municipio de las islas.
Para empezar, el 87,3% de la riqueza que generan las islas (porcentaje que en 2014 equivalía a 20.929,6 millones de euros) se sustenta en el sector servicios (dentro de éste, el alojamiento y la restauración generan un 18,8%, las actividades inmobiliarias el 16,8% y el comercio y las reparaciones un 11,9%), mientras que la aportación de la industria es del 6,6% (1.578,1 millones de euros), la de la construcción se coloca en un 5,8% (1.379,8 millones de euros), y la agricultura y ganadería se mantienen como residuales con un 0,4% (93,5 millones de euros).
Situación por municipios
Es sobradamente conocido que en la totalidad de los municipios isleños la principal fuente de riqueza es el sector servicios. Pero lo que el último trabajo de la Fundación Impulsa permite cuantificar es la extrema dependencia que su estructura económica tiene de algunas actividades concretas. Como ejemplos más destacados, se puede señalar que de los negocios de alojamiento y restauración nace el 49,7% de la riqueza de Alcúdia, el 52,7% en Ariany, el 46,4% en Deià, el 48,5% en Ses Salines, el 48,6% en Santa Margalida y el 58,9% en Son Servera.
También resultan destacables los ingresos que aportan las actividades inmobiliarias (como venta y alquiler de viviendas) ya que suponen el 64,7% en Alaró, el 56,6% en Banyalbufar, el 44,3% en Pollença y el 41,1% en Valldemossa.
En el caso del comercio y las reparaciones, esta actividad aporta el 28,1% de la riqueza de Petra, el 20,1% en Lloret de Vistalegre, el 23,8% en Montuïri, el 21,1% en sa Pobla o el 23,6% en Sant Joan.
¿En Balears hay vida fuera de los servicios? Según este trabajo de Impulsa, la industria supone el 21,6% de la estructura productiva de Lloseta, el 16,4% de la de Vilafranca o el 16% en Petra.
Respecto a la construcción, alcanza el 34,6% en Maria de la Salut, el 19,9% en Porreres o el 19,5% en Costitx. Esas tasas tan elevadas se suelen explicar por la presencia en estos municipios de la sede de alguna empresa especializada en esta actividad.
Como es lógico, la riqueza generada por la agricultura, ganadería y pesca ni se acerca a las tasas antes señaladas, ya que el sector primario solo aporta el 0,4% de la riqueza que el archipiélago genera. Sin embargo, hay municipios en los que el peso de esta actividad aun es significativo. En concreto, el 7% de la riqueza de Sant Joan llega desde este sector, tasa que se sitúa en un 5,4% en Ariany, un 4,5% en Porreres, o un 4,2% en sa Pobla.
Respecto a la capital balear, la estructura productiva de Palma se sustenta en un 88,2% en el sector servicios, y dentro de éste destaca el 14,4% de las actividades inmobiliarias, el 11,9% del alojamiento y la restauración y el 11,7% del comercio. La industria alcanza el 8%, y la construcción el 3,6%.
