Los barcos de gran eslora, los que cuentan con 25 metros o más, se han quedado sin amarre en la temporada de verano en los puertos de Mallorca y sin espacio en los astilleros hasta el año que viene. Ante el exceso de demanda, los buques se están desviando a puertos de Barcelona y Menorca para su puesta a punto.

"La demanda está creciendo de tal manera que faltan tanto amarres como barcos para chárter y refits (espacio en los astilleros para reparar barcos)", afirmó ayer Joan Seguí, director de Lantimar Yachting, la consignataria más importante de Balears para embarcaciones de más de 25 metros. Las consignatarias están buscando alternativas en puertos limítrofes para atender la enorme afluencia de yates de gran envergadura. Menorca y Barcelona se han convertido en la opción natural para el hibernaje de los barcos ante la falta de sitio en las dársenas mallorquinas. "No es cuestión de dinero, es que no hay espacio físico para los refits en los astilleros de la isla. Hay reservas pagadas para el próximo año", aseguró Joan Seguí.

La temporada de actividad de estos buques se divide en dos estaciones. En los meses de verano navegan por el Mediterráneo y en invierno se trasladan al Caribe o recalan en Mallorca para su rehabilitación. Este año la isla se ha convertido en un foco de atracción para el sector del lujo, en el destino más reclamado, circunstancia que se ha visto reflejada en el auge de la industria náutica.

La empresa Lantimar Yachting se ha visto obligada a rechazar barcos para "garantizar un servicio de máxima calidad" a sus clientes, confirmó Seguí.

La compañía, la consignataria puntera de las islas, es una firma mallorquina integrada en el grupo BC Agency Group, y atiende embarcaciones a partir de 25 metros, a las que gestiona el suministro de combustible, los permisos, la tributación, las provisiones y la búsqueda de amarre a través de su socio Portbooker.

Las consignatarias como Lantimar Yachting atienden a clientes cada cada vez más exigentes. Por este motivo, la firma mallorquina ha fundado la empresa NO Twelve Fine Wines and Provisions, con la que abastece con productos delicatessen, vinos y alcoholes las bodegas de los buques.

La empresa comenzó a operar hace 18 años con el superyate Lady Moura, propiedad de la multimillonaria libanesa Mouna Ayoub, cuyo barco es un habitual del Club de Mar. En la actualidad se encuentra implantada en España y, a través de socios, en Nápoles, Azores, Mónaco, Malta y Miami. Además, es el agente a nivel mundial de la Armada de Estados Unidos y también da servicio a las de Alemania e Italia.

El optimismo no se circunscribe solo al sector de los grandes yates, sino que es general, como han confirmado a este diario fuentes de las marinas deportivas de Port Adriano, Alcudiamar o el puerto deportivo de Santa Ponça, que definen la temporada como la de la definitiva recuperación.