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Entrevista

Nadia Ghulam: "La UE es hipócrita al no acoger a los refugiados, pero también lo son los países musulmanes y me duele"

"Ser mujer y estudiar en Afganistán es recibir un maltrato psicológico de forma constante"

Nadia Ghulam, en el colegio Pedro Poveda de Palma donde ayer dio una charla a los alumnos. m.mielniezuk

Nadia Ghulam conoció a Javier Diéguez en Mallorca en 2009. Juntos han escrito La primera estrella del vespre, donde narran la visita que hizo la joven a su país natal en 2010, cuando descubrió el duro destino al que se habían enfrentado varias mujeres de su familia: "Me decían 'eres una mujer valiente por ir', pero las que son valientes son ellas, que viven allí y luchan constantemente para sobrevivir y tener una vida digna".

-¿Qué es lo más le chocó en ese viaje de vuelta a Afganistán tras casi diez años viviendo en Barcelona?

-Yo no era muy consciente de cómo vivían las mujeres porque entre los 11 y los 21 años viví disfrazada de hombre, haciéndome pasar por mi hermano, para poder trabajar y traer dinero a casa. Mi mundo era diferente al de mis tías o mi prima, no me podía poner en su piel. Además, aquellos años yo solo podía pensar en sobrevivir y ayudar a mi familia. Al volver como mujer pude ver sus dificultades y ayudarlas.

-En el libro narra varios episodios donde su vida corre peligro ¿Cómo se enfrenta al miedo?

-El miedo está de forma constante en mi camino, pero mis sueños son más importantes. Yo quiero llegar a algo, y si pierdo la vida por el camino la pierdo, pero yo he de llegar allí. Si quiero acabar la carrera, y ver a mi familia, y trabajar haré lo que haga falta. La vida no es 100% seguridad, algún día moriremos. Yo no tengo miedo a morir, solo tengo miedo a perder mi libertad. Y además no estoy sola y eso me da fuerza para seguir adelante. Tengo a mis padres catalanes, que son mis ángeles. Mi padre catalán me dice: "Nadia, te quiero de aquí al séptimo cielo de Kabul y pase lo que pase te iré a buscar".

-En su libro cuenta la historia de su prima Mersal. La casaron con 12 años y con 28 ya había tenido nueve hijos. ¿Es normal en su país casarse tan pronto y pasar a ser considerada propiedad de tu marido?

-Ahora mismo en muchas provincias eso es lo normal, y en Kabul empieza a serlo también. Antes de la guerra civil no era así. Todo el mundo podía elegir con quién casarse y qué vida tener. Pero la guerra hizo que la mujer se convirtiera en algo peligroso para su familia. Todos querían que sus hijas o sus hermanas se casaran pronto para así 'quitarse el peso de encima'. Antes de la guerra había otra cultura. La guerra no solo destroza tu casa, tu barrio o tu escuela. La guerra destruye tu manera de ser y de pensar.

-¿Qué vale la vida de una mujer en Afganistán?

-Afganistán es un país muy diverso, hay realidad muy diferentes y muchas etnias y culturas. En el libro cuento las historias de mi tía y mi prima, que creo que son mujeres valientes y exitosas porque han aguantado la guerra y la miseria y han seguido adelante. El éxito no ha de medirse en proyectos hechos. Ser mujer y sobrevivir en Afganistán ya es un éxito.

-Hace tres días un centenar de niñas afganas fueron envenenadas mientras estaban en la escuela. ¿Por qué hay tanto miedo a que la mujer se eduque?

-La mujer es la mitad de una sociedad. Si la mitad está oprimida, la otra mitad de la sociedad no tendrá tanta fuerza y el país no avanzará. Las mantienen en la ignorancia; no las dejan estudiar ni trabajar ni realizarse porque no quieren que la sociedad sea fuerte.

-En su libro narra casos de mujeres que ya ni piensan en estudiar, que han interiorizado el discurso talibán.

-Cuando no tienes posibilidades, cuando no has visto lo que es la escuela, ni siquiera piensas que podrías estudiar. Estudiar es una batalla: vas a clase y los hombres te molestan; te dicen que eres mala persona... Estudiar significa recibir maltrato psicólogico de forma constante y al final las mujeres prefieren no hacerlo. La mujer perfecta se queda en casa, tapada y no hace nada, las motivan para ello.

-Usted es creyente y practicante. ¿Qué papel tiene la mujer en el islam?

-No es una religión ni de obligación ni de sumisión. El Islam eres tu y tu dios. Yo a través de mis actitudes me comunico con mi dios, sin intermediarios. No hay curas. Los que dicen que he de hacer algo porque lo dice el Corán no tienen conocimiento. Hay gente que dice 'has de ir de esta manera porque lo dice el Islam', pero ¿por qué me lo han decir? ¿quiénes son ellos, si no son más que humanos que yo? Yo soy creyente, si hago bien o mal respondo yo por mis acciones ante mi dios. Leyendo la historia parece que las religiones han sido las culpables de todo, pero la realidad es que la culpa de todo es el dinero. Quien tiene dinero manda, y necesita que tu le creas y para ello utiliza tu color de piel, tu religión, tu lengua o tu cultura.

-El velo genera muchas preguntas entre los no musulmanes, ¿es una elección?

-Hay musulmanas que viven aquí y llevan velo porque es una seña de identidad para ellas; pero otras puede ser que reciban presión social. Si les abrimos los brazos y les dejamos que vengan como son, verán qué quieren realmente y podrán decidir. Si no paramos de preguntarles, no se integrarán y se aferrarán a su entorno. Si las juzgamos se irán a un extremo o a otro.

-A raíz de los atentados de DAESH en Europa, ¿ha notado crecer el rechazo hacia la comunidad musulmana?

-Las personas inteligentes no caen en ese recelo. Saben que esto son excusas para crear distancia, estereotipos. Hay de todo, hay gente que cree que con la inmigración se aprende mucho, y les recuerda a cuándo emigraban los españoles a México y a otros países. Pero hay gente que no tiene conocimiento, ya sea musulmán o cristiano, europeo u oriental, y cree en los prejuicios. Ahora, de los atentados de París se habla durante más de una semana en la televisión, pero en Afganistán hay un atentado y muere la misma cantidad de personas y no sale en ningún sitio y no se le da importancia y eso genera un desequilibrio entre los inmigrantes que viven aquí y se sienten parte de la sociedad de aquí,una sociedad que les ha dicho que cree en los derechos humanos y en la libertad de expresión, pero en la que ellos apenas pueden expresar su dolor.

-¿Qué opina del tratado que ha firmado la UE con Turquía para limitar la entrada de refugiados?

-Es vergonzoso. Europa en teoría es la cuna de los derechos humanos, pero sus acciones son antiderechos humanos, antipersonas. Pero también estoy muy dolida con los países musulmanes, como Arabia Saudí o Qatar, que es capaz de patrocinar el Barça pero no de acoger a los niños que están ahí sufriendo. El cuarto principio básico del Islam es 'ayudar a las personas con dificultad'. ¿Y qué países musulmanes están cumpliendo con eso? Europa, los países musulmanes... se ponen medallas, pero no hacen nada por los refugiados. Todos son hipócritas.

-¿Cree que hay esperanza para su país, que logrará salir algún día de la oscuridad?

-Tengo muchísima esperanza. Cada vez la gente joven de mi país tiene más claro que la solución no es la guerra y hay muchas madres que ya dicen: 'Yo no pude estudiar, pero quiero que mi hija estudie'. La última vez que fui a Afganistán recuerdo que había un señor pidiendo en la calle y su hijo estaba al lado, haciendo los deberes. De vez en cuando el señor se giraba y le decía: "Tienes que hacer las líneas rectas". Eso me dio mucha esperanza.

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