El abogado Pedro Casado, que asumió la defensa de Mohamed Harrak, el joven marroquí detenido la semana pasada en Son Gotleu acusado por la Policía de ser un radical yihadista que se dedicaba a captar futuros terroristas, solicitó ayer formalmente su puesta en libertad. El letrado Pedro Casado presentó ayer el escrito ante la magistrada de la Audiencia Nacional que asume, bajo secreto de sumario, esta investigación por terrorismo.

El joven Mohamed Harrak, antiguo árbitro de baloncesto, niega que se trate de un radical que apoya los atentados terroristas cometidos en nombre del denominado Estado Islámico. El detenido sostiene que es un colaborador habitual del CNI y que su misión era, precisamente, la de captar posibles combatientes que pudieran residir en España. Por ello, publicó en las redes sociales manifestaciones a favor de los atentados terroristas que cometían las brigadas de combatientes, pero lo hacía precisamente para captar la atención de radicales residentes en España. La juez de la Audiencia Nacional, de momento, no ha creído la versión de Mohamed Harrak, al contrario, cree que se estuvo dedicando a buscar a otros simpatizantes de este movimiento radical para convencerles de que se sumaran a la lucha armada, desplazándose a Siria o a Irak. La magistrada le señaló que debía demostrar dicha vinculación con los servicios de inteligencia, puesto que a la Policía no le constaba que estuviera trabajando para el CNI.

La defensa basa su escrito para pedir la libertad, precisamente, en que dicha colaboración es cierta y que su cliente no hacía más que representar el papel que le habían indicado desde los servicios secretos. Por ello, el abogado Pedro Casado ha pedido, entre otras pruebas, que se analicen los correos electrónicos de los últimos años que escribió su cliente y así se podrá demostrar la comunicación que mantenía con estos servicios secretos.

El joven reconoció la pasada semana cuando declaró ante la juez, que después le envió a prisión, que utilizaba distintos perfiles en las redes sociales, en concreto cuatro, para lanzar mensajes radicales que llamaran la atención de simpatizantes de los actos de los terroristas del Estado Islámico.

La familia de Harrak también mantiene que no es cierto que el joven de Son Gotleu sea un radical yihadista. Su padre ha manifestado que ni siquiera solía acudir a la mezquita a rezar, como sí hacen otros de sus familiares, y que siempre que se cometía un atentado terrorista Mohamed manifestaba su repulsa ante estos actos violentos.

Esta versión de los hechos que defiende la familia no es la misma que sostiene la Policía, que se basa en los mensajes que escribió en las redes sociales para llegar a la conclusión de que es un fervoroso simpatizante de los movimientos yihadistas. De hecho, los investigadores afirman que Mohamed Harrak se estaba preparando físicamente para enrolarse en algún grupo de combatientes y que ya había entrado en contacto con personas que estaban dispuestas a financiar su viaje a Irak y facilitarle su integración en alguna unidad de terroristas.

Mientras la magistrada de la Audiencia Nacional estudia los argumentos de la defensa para pedir la libertad, Mohamed Harrak continúa ingresado en la cárcel de Palma bajo fuertes medidas de seguridad.