La guerra por el poder en el PP balear librará en Palma su gran batalla: quien esté respaldado por la junta territorial -la agrupación más potente de las islas- tendrá la llave para la presidencia de todo el partido. Dentro lo saben todos, de ahí que aunque todavía queda casi un año por delante, los distintos sectores en lucha han empezado a moverse en la capital.
Por un lado, el todavía presidente de la territorial, José María Rodríguez, visita a diario cada uno de los quince distritos en los que se divide el PP palmesano. Por el otro, Mateo Isern y Tito Fiol, ambos los hombres de confianza en Palma de Biel Company -el único con posibilidades hoy por hoy de hacerse con la presidencia de la formación en las islas- han iniciado tímidas maniobras para hacer un hueco a su candidato.
Rodríguez empezó la ronda el pasado 14 de marzo y la concluye el próximo lunes. En cada barriada se reúne con afiliados de base, para pulsar su opinión sobre el estado del partido. Asisten la mayoría de concejales en Cort, así como el presidente del PP balear, Miquel Vidal. Aunque oficialmente estos encuentros se ‘venden’ como un acto ordinario, a nadie se le escapa que en el contexto de pugna interna que viven los populares la estrategia de Rodríguez busca reactivar a la militancia y que se visualice su fuerza y capacidad de convocatoria. Las reuniones van teniendo éxito, el lunes la del Molinar fue una de las más concurridas.
Mayormente, los afiliados se posicionan sobre dos temas: reclaman “unidad” al aparato, y piden rehuir de discusiones fratricidas. A la vez, constatan que el PP tiene “un problema de comunicación”, y lamentan los “palos de por todos los lados” que les llueven, especialmente por los casos de corrupción.
Isern, animado
En el PP crece el convencimiento de que, pese a ser ahora diputado en Madrid, Mateo Isern quiere jugar a algo más. En el partido, todo aquel con aspiraciones necesita tener una cuota territorial detrás.
Recientemente, en un almuerzo que organizó Isern con su antiguo equipo de ediles en el Ayuntamiento, mostró una actitud y tono “muy mitineros”, según fuentes populares. Se le vio animado e hizo una defensa de Company, minimizando el golpe para sus ambiciones que ha supuesto descubrirse que utilizaba un troll en internet para hacerse autobombo y atacar al PP de José Ramón Bauzá. Precisamente este capítulo ha provocado que ahora los rodriguistas reciban presiones para rechazar un pacto con Company, de cara a una eventual lista de consenso.
No está claro que las intenciones de Isern sean regresar a la alcaldía en 2019, y quitarse la espina de Bauzá, sino que podría pretender cimas más altas. En cualquier caso, el PP de Palma debería ser para el exalcalde el sustento natural para su carrera política. Sin embargo, los hechos parecen indicar que la capital mallorquina sigue siendo un feudo de Rodríguez. Sin ir más lejos, Isern no se ha dejado ver en ninguna de las reuniones de los distritos, ni siquiera el pasado martes en el encuentro con los militantes del Casco antiguo, su zona.
Quien tampoco apareció ayer en la visita de Rodríguez a los afiliados de la zona de la calle Aragón fue Tito Fiol, pese a ser su distrito. A la misma hora, el que fue rival del todavía presidente palmesano compartía impresiones de la actualidad polítca y de partido de otro grupo de afiliados y simpatizantes del PP de Palma, en un bar del barrio de la plaza de Toros.
