Mallorca se convirtió ayer en el centro de la lucha contra el terrorismo radical yihadista. La Policía detuvo ayer, tras un espectacular despliegue, a un joven marroquí, residente en la barriada palmesana de Son Gotleu. Se trata de Mohamed Harrak, de 26 años, a quien se le atribuye la dirección, a través de las redes sociales, de una estructura organizada. Se dedicaba al adoctrinamiento, a la radicalización, al reclutamiento y al envío de combatientes dispuestos a formar parte del grupo terrorista del autodenominado Estado Islámico (DAESH). De hecho, el propio Mohamed, a quien las Fuerzas de Seguridad llevaban mucho tiempo controlando, estaba dispuesto a desplazarse a la zona de conflicto para participar en atentados terroristas. El joven radical residía con sus padres y con sus dos hermanas pequeñas en un modesto piso de la calle Santa Florentina, en Son Gotleu, que fue ayer registrado.

Una vez neutralizado el peligro, la delegada del Gobierno, Teresa Palmer, lanzó ayer un mensaje de tranquilidad a la población. Confirmó que la Policía había intervenido al detenido numeroso material informático, que será analizado, así como una pequeña cantidad de droga.

Según Interior, esta tarea de reclutar a futuros combatientes para integrarse en el denominado Estado Islámico se realizaba a través de internet y en concreto por medio de las redes sociales. Es por ello por lo que no hay constancia de que alguna de las personas reclutadas pueda vivir en Mallorca.

Dentro de las tareas de captación este joven radical desarrollaba una doble misión. Por una parte, buscaba por las redes sociales perfiles de personas que manifestaban su simpatía hacia estos grupos radicales islamistas.

Una vez seleccionados, les lanzaba a través de la red mensajes radicales. Su trabajo consistía en elegir a los más receptivos frente a estas doctrinas. Tras realizar esta selección, según afirma la Policía, el detenido proponía a estos radicales que participaran en acciones terroristas.

Pero su colaboración con el denominado Estado Islámico no se limitaba únicamente a su tarea de reclutamiento. También quería sumarse a la acción y convertirse en un combatiente de la organización terrorista DAESH. Por ello, la otra tarea que desarrollaba era la formación de un pequeño grupo de radicales dispuestos a desplazarse a Irak o Siria para enrolarse en la lucha terrorista.

Era tal la obsesión por unirse a estos grupos radicales que el joven Mohamed llevaba meses sometiéndose a un duro entrenamiento físico. Consideraba que su preparación era algo imprescindible para poder formar parte de un grupo de combatientes.

El Grupo de Información de la Policía ha podido comprobar, analizando las comunicaciones informáticas que realizaba el detenido desde Palma, que además de su tarea de reclutamiento de futuros terroristas, se mantenía en comunicación constante con miembros activos de la organización terrorista. Su propósito era buscar los contactos necesarios que le facilitaran el tránsito hacia los territorios que en estos momentos están dominados por la organización yihadista. A los radicales que había captado a través de las redes y que se habían mostrado dispuestos a unirse con él en la organización terrorista, les aleccionaba y aconsejaba de cómo debían actuar para no ser detectados en su viaje a Irak o Siria por las fuerzas de seguridad.

Ordenadores

El joven Mohamed llevaba un año residiendo en este piso de Son Gotleu, que su padre había comprado a una entidad bancaria. El detenido apenas tenía contacto con sus vecinos, porque salía muy poco de casa. El marroquí se pasaba la mayor parte del día sentado frente a la pantalla de su ordenador. La Policía, tras un completo registro del domicilio de la calle Santa Florentina, en el que estuvieron presentes varios familiares, se llevó del piso varios ordenadores. La tarea que se inicia a partir de ahora es identificar y localizar a las personas que le habrían manifestado su disposición a enrolarse en alguna célula terrorista formada por radicales islamistas. No hay constancia, al menos de momento, de que ninguno de los reclutados resida en Mallorca. Tampoco existe ninguna sospecha policial de que Mohamed Harrak estuviera preparando alguna acción terrorista en la isla. Parece que todos sus esfuerzos los centraba en su preparación física y en su obsesión de viajar a alguna zona dominada por la organización integrista.

El joven declarará mañana ante el juez que lleva el caso desde los juzgados de Palma.