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Economía

La inversión en construcción pierde fuerza por primera vez desde 2013 y cae un 12% anual

La obra pública y privada alcanza un valor de casi 170 millones de euros durante los dos primeros meses del año frente a los 193,5 millones del mismo periodo de 2015

La caída más acentuada de la inversión en construcción se está registrando en los proyectos desarrollados por el sector público.

La construcción balear llevaba tres años consecutivos viendo como la inversión que recibe crecía cada vez a mayor velocidad, pero en 2016 su motor se ha frenado de golpe. Tres son los puntos de avería, al caer tanto los proyectos vinculados al sector turístico como los comerciales e industriales y los desarrollados por las Administraciones públicas, mientras que la mejoría se limita al sector de la vivienda gracias al impulso de edificaciones destinadas a una clientela de alto poder adquisitivo. Según advierte el director de la asociación balear de constructores, Bartolomé Mayol, parte de este frenazo es achacable a la actual situación política, y no oculta que el golpe más duro se espera para 2017.

Según los datos facilitados por esta patronal isleña, la inversión en el sector se ha situado en Balears durante los dos primeros meses del año en 169,9 millones de euros, lo que supone un recorte del 12,1% en relación a los 193,5 millones del mismo periodo de 2015.

Eso supone que el cada vez más potente ascenso del sector durante los últimos años se ha visto bruscamente interrumpido. Basta recordar que la inversión en la construcción del archipiélago cerró 2013 con un crecimiento del 11% respecto, al ejercicio anterior, para alcanzar en 2014 un aumento del 29% y culminar en 2015 esta racha positiva con un repunte excepcional del 46%. Pero de momento, y sin que la citada patronal vea visos de que la situación puede mejorar a lo largo de lo que queda de año, la fiesta parece haber concluido. Y ello a pesar de que la inversión contabilizada en 2015 era apenas la mitad de la que se consiguió en 2007, antes de que se entrara en el periodo de crisis económica.

El único capítulo con balance positivo es el relacionado con la edificación de la vivienda, gracias al impulso que la promoción comienza a mostrar de la mano del desarrollo de inmuebles destinados a una clientela de alto poder adquisitivo, como puede ser el caso de los chalés. En el apartado residencial, la inversión durante estos dos primeros meses del año ha ascendido hasta los 106,6 millones de euros, con una apreciable mejoría respecto a los 87,7 millones del mismo periodo de 2015 y los 52,8 millones de 2014. En este caso, se recuerda que el problema radica en la falta de suelo asequible para poder sacar al mercado nuevos pisos cuyo precio esté al alcance del bolsillo de la mayoría de los isleños.

Evolución negativa

Pero para el sector ya no hay más alegrías. Porque la inversión en proyectos turísticos proyectos turísticos durante esos dos meses se ha situado en 44,1 millones de euros, muy por debajo de los 61,1 millones de 2015. Bartolomé Mayol apunta que esta bajada se debe en buena medida a que una parte importante de los hoteles se han estado reformando durante los últimos tres años, lo que hace que el número de actuaciones pendientes sea cada vez más bajo, pero lamenta también que el nuevo Govern haya reducido los incentivos para que las empresas de alojamiento pongan en marcha estas obras, al eliminar la posibilidad de ganar dos alturas en las zonas maduras si se incrementaba la categoría.

Las obras vinculadas a la actividad comercial e industrial también bajan, con 8,5 millones de euros durante los dos primeros meses de este ejercicio frente a los 15,1 millones de 2015. Y aquí se recuerda la moratoria sobre grandes superficies que se ha aprobado en Mallorca.

El balance es igualmente negativo en materia de obra púbica. Los 10,6 millones de euros contabilizados durante la entrada de este año suponen un tercio de los 29,5 millones del mismo periodo de 2015, en un momento en el que los problemas de retrasos en los pagos a las empresas del sector por parte de la Comunitat Autònoma se han incrementado y en el que el Gobierno central no adopta nuevas decisiones al estar todavía en funciones.

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