Las cifras son claras: Mallorca se prepara para ser este verano uno de los destinos más buscados por viajeros de toda Europa. La previsión refleja de hecho un crecimiento estratosférico: las aerolíneas han programado para este verano en la isla más de 26 millones de plazas, frente a los 23 millones del año pasado, cuando el aeropuerto de Son Sant Joan ya batió todos sus registros históricos de actividad. Con ese crecimiento del 16,5% sobre máximos el lleno a corto plazo está asegurado, aunque las aerolíneas, como constataba ayer el director de EasyJet en España, van más allá: "El aumento de plazas que hacemos en las rutas de Palma es del 8% para este año, y la demanda está creciendo. Con los precios de combustible tan bajos que hay, las aerolíneas ponen más capacidad de plazas, y el resultado es que este año viajar será más barato de lo que lo ha sido nunca. Todo eso no deja de ser un paso más para que el transporte aéreo sea más barato. Hasta hace no mucho, volar estaba al alcance e muy poco y ahora es posible para la mayoría de los ciudadanos", reflexiona Gándara, optimista de cara a este verano. ¿Y qué cabe esperar después de esta temporada de éxito o saturación, según quien lo describa? Pues después, más: "Nosotros apostamos hace veinte años por Mallorca, y seguimos apostando porque la demanda crece y creemos que Mallorca va a seguir siendo uno de los destinos más atractivos", vaticinaba ayer Javier Gándara.

A la buena marcha del negocio apunta la propia programación de EasyJet, que ha previsto aumentar este verano sus plazas en rutas mallorquinas un 8%, el doble que para el resto del dispositivo español (un 4%). Con todo, EasyJet quiere consolidarse como la quinta aerolínea que más pasajeros mueve en Son Sant Joan, antes de dar otro salto en 2017 con la inauguración de su base estacional en el aeropuerto de Son Sant Joan.