Isabel Villalonga, una valiente exalto cargo de la Generalitat Valenciana, es la heroína del caso Nóos: consiguió, en 2006, evitar que Iñaki Urdangarin y Diego Torres Iñaki Urdangarin y Diego Torrescolasen a su administración más de dos millones de euros por trabajos que no habían realizado en relación a los Juegos Europeos, un evento deportivo novedoso que nunca se llegó a celebrar. Villalonga explicó ayer a la sección primera de la Audiencia que Nóos no justificó los trabajos y servicios recogidos en facturas por más de dos millones de euros y ella, la encargada del control, cortó el grifo.

Villalonga vino muy preparada al juicio del caso Nóos y prestó uno de los mejores testimonios hasta la fecha. La testigo se trajo un voluminoso cartapacio con numerosa documentación que utilizó como apoyo a sus afirmaciones.

La declarante formó parte en 2004 del gabinete del presidente Francisco Camps y en 2005 fue ascendida a subsecretaria de la conselleria de Presidencia. Desde allí supervisó el convenio por el que la Generalitat se comprometió a pagar 6 millones de euros al exduque de Palma si conseguía traer para Valencia los Juegos Europeos, un evento que Francisco Camps impulsó.

La declarante explicó que el convenio era la fórmula jurídica más adecuada para esta iniciativa, que no se podía sacar a concurso y sobre la que pesaba una gran incertidumbre respecto a si se podía llegar a conseguir.

Empresas del entramado Nóos, incluido el propio Instituto, se apresuraron a girar a la Generalitat decenas de facturas por cientos de miles de euros sobre supuestos trabajos de preparación de la candidatura, como estudios sobre las distintas disciplinas deportivas de los juegos o los honorarios de un ramillete de consultores internos o externos.

Concept BPMO, una agencia de publicidad vinculada a la trama Nóos, también presentó sus facturas, algunas por servicios que también quería cobrar Nóos. Villalonga analizó una por una cada factura y empezó a rechazarlas porque no se adjuntaban los informes o trabajos realizados, ni se aportaban los justificantes de las horas invertidas por los consultores propios o los externos.

Diego Torres, y el excontable de Nóos y también acusado Marco Antonio Tejeiro, se toparon con el muro Villalonga, que no cedió ni un milímetro a las presiones del instituto que ella creía sin ánimo de lucro.

La alto cargo de Presidencia sabía en el avispero donde se metía y se vacunó ante las posibles presiones de sus superiores. "No es muy normal: o se ha vuelto loca o le cortamos la cabeza (pensarán mis superiores). Me hice un guión de cada factura devuelta; la devuelvo, pero me quedo un guión sobre el concepto y las causas de la denegación para dar explicaciones a mis jefes, describió Villalonga su escudo.

Nóos, no obstante, sí recibió unos 382.000 euros de la Generalitat cuyo destino sí justificó.

La osadía de Iñaki Urdangarin y Diego Torres fue tan grande que intentaron cobrar 236.000 euros a la Generalitat de Valencia por un plan director de los Juegos Europeos jamás presentado y por las sucesivas revisiones del mismo.

"No había plan director, cómo iba a haber revisiones del mismo", recordó la brillante testigo.

Urdangarin y Torres están acusados de estafa por los dos millones no cobrados.