A menos de un mes de que se inicie en Palma el primer juicio contra la mafia rusa instalada en Mallorca, el principal acusado ha decidido dar un giro a su estrategia de defensa. Y lo ha hecho cambiando de abogado. Alexander Romanov, que fue detenido hace dos años y medio en su lujosa vivienda de Peguera, ha contratado los servicios de uno de los abogados más prestigiosos del país. Se trata de Cristóbal Martell, abogado penalista de Barcelona, quien entre otros casos en estos momentos asume la defensa de Jordi Pujol y de sus hijos. También fue el primer abogado de Messi en su problema con la agencia tributaria y defendió al que fuera presidente del F.C. Barcelona Josep Lluís Núñez.
Con esta decisión Romanov, que sigue de momento en prisión, muestra su clara intención de variar su línea de defensa. Hasta ahora le ha representado el conocido abogado de Madrid, Marcos García-Montes, que inició una campaña en internet, a través de la esposa de Romanov, recogiendo firmas para exigir la libertad del supuesto mafioso ruso. García-Montes ha desplegado todo tipo de recursos, impugnando la mayor parte de la documentación que determina que el ruso pudo blanquear en Mallorca, a través de inversiones en el sector turístico, varios millones de euros de la mafia. Todos los intentos de la defensa para demostrar que Romanov era un empresario con éxito, que decidió cambiar de vida y establecerse con su familia en Mallorca, han fracasado. No solo no ha conseguido que los tribunales anularan la investigación, sino que tampoco ha logrado que Romanov obtuviera la libertad provisional. Los jueces han entendido que se trata de un personaje con contactos al más alto nivel y que no tendría ningún problema para salir de España antes de que se celebrara el juicio. Para evitar este riesgo de fuga, la Audiencia hace pocos meses decidió prolongar dos años más la prisión provisional. Por tanto, el próximo día 6 de mayo, fecha en la que está previsto que se inicie el juicio, Romanov acudirá al tribunal directamente desde la cárcel, acompañado por la Policía.
Los métodos de defensa que utiliza Cristóbal Martell nada tienen que ver con los del anterior abogado de Romanov. El letrado catalán, que ayer anunció al tribunal que se ha hecho cargo de esta defensa, está considerado como uno de los principales especialistas en derecho penal del país.
Varios casos
Los jueces de Mallorca le conocen bien, porque ha intervenido en varios e importantes juicios. Su última intervención se produjo en el juicio del caso Nóos. Martell es el abogado de Miguel Tejeiro, el exasesor fiscal del instituto Nóos. Logró que su cliente abandonara el banquillo al conseguir que se le retirara la acusaciónse le retirara la acusación.
Antes de aceptar hacerse cargo de este complicado caso que implicada a la mafia rusa, Martell ha estado analizado la documentación del sumario. Ayer anunció oficialmente a la Sala que será el letrado que defenderá al supuesto mafioso en el inicio del juicio, en el que habrá sentados en el banquillo de los acusados un total de doce personas. Las más destacadas, Romanov y su esposa Natalia Vinogradova, que ha sido quien ha encabezado toda la campaña, a través de una plataforma de internet, pidiendo la libertad de su marido. La mujer estará defendida por el mismo abogado que su marido. Los padres de Natalia también figuran como acusados, ya que supuestamente su yerno los utilizó como testaferros para lograr que el dinero que se consiguió en Rusia pudiera entrar en España. La operación se realizó a través de transferencias bancarias.
La defensa tendrá en frente a dos fiscales. Uno de ellos es Juan Carrau, fiscal Anticorrupción de Palma, que se hizo cargo de este caso desde el principio. El otro es José Grinda, especialista en estos grupos criminales. Ha llevado al banquillo a los principales mafiosos rusos detenidos en España y en estos momentos, como fiscal Anticorrupción, encabeza la investigación contra la mafia china desarticulada en Madrid.
Los fiscales quieren que Romanov cumpla una condena de 17 años de cárcel. Le acusan de haber blanqueado en Mallorca, a través de inversiones turísticas, unos 14 millones de euros. Este dinero procedía de actividades ilegales en Rusia. Romanov está considerado como uno de los testaferros de varios políticos de Rusia, implicados en la mafia.
