Son Espases se vistió ayer de gala y recibió a la consellera de Salud, Patricia Gómez, para anunciar que este centro de referencia se ha sumado a otros veinte hospitales del país y ya ha implantado, el pasado mes de febrero, el primer marcapasos sin cables colocado a un paciente en Balears.

A diferencia de otros dispositivos más tradicionales, este artilugio, del tamaño de una cápsula, no solo no lleva cables sino que tampoco precisa de una batería implantada bajo la piel ya que el minúsculo aparato también lleva integrada una pequeña pila. Se coloca directamente en el corazón, concretamente en la cavidad ventricular derecha, a través de un catéter que llega tras un recorrido por la arteria femoral.

El jefe del servicio de cardiología, Armando Bethencourt, resaltó que estos marcapasos de nueva generación se han comenzado a implantar a finales del pasado año en los hospitales más punteros del país y que su departamento colocó el primero "con éxito" el pasado mes de febrero. "No lleva cables ni pila subcutánea", destacó el especialista antes de admitir que esta nueva tecnología no se puede colocar a todo tipo de pacientes aunque mostró su confianza en que un futuro no muy lejano más personas con problemas de arritmias puedan beneficiarse de los nuevos dispositivos. La ausencia de cables en este nuevo marcapasos elimina un elemento vulnerable que se desgasta y suele generar complicaciones.

La cardióloga Carmen Expósito, de la unidad de arritmias del hospital de referencia, explicó que las reducidas dimensiones del nuevo dispositivo permiten transportarlo por el interior del organismo mediante un cáteter que usa como puerta de entrada la zona inguinal del paciente, en concreto la arteria femoral.

Entre las principales ventajas de este nuevo aparato, aparte de que el generador y el cable son sustituidos por un cuerpo del tamaño de una cápsula similar a un comprimido antibiótico, la doctora Expósito destacó que evitará muchas intervenciones de cirugía abierta para la colocación de estos correctores de las arritmias.

Por vía femoral en media hora

El doctor Carlos Grande, como su compañera facultativo de la unidad de arritmias del servicio de cardiología de referencia, reiteró que el marcapasos se coloca por la vena femoral en una intervención que, pese a ser delicada, se completa en una media hora y que en el proceso es fundamental la intervención de enfermeras especializadas.

Se trata de una intervención que podría realizarse de manera ambulatoria de no ser por el hecho de que, una vez colocado el marcapasos donde funcione de manera correcta, el especialista deberá calibrarlo para que funcione con voltajes bajos con el objeto de ahorrar la máxima bateria posible para alargar el tiempo de vida del dispositivo.

Una vez fijado, se retira la cánula mediante la cual ha sido introducido y se cierra el orificio de la piel, momento en el que se da por acabada la intervención. La calibración y controles posteriores aconsejan que el paciente permanezca ingresado unas 24 horas tras su colocación frente a las 48 horas de hospitalización que requiere el implante de un marcapasos más convencional.

Además, con estos últimos hay que realizar una intervención quirúrgica abierta, con el riesgo de infecciones y tiempo de cicatrización que estas conllevan, aparte de la molestia asociada que supone tener que llevar el brazo en cabestrillo durante casi un día sin poder moverlo, resaltaron los profesionales las ventajas de este nuevo dispositivo que, añadieron, proporciona una mayor privacidad a su portador al no existir ningún signo externo de que lo lleve.

Sin acceso venoso

Sobre los pacientes a los que no se les puede implantar estos marcapasos, el doctor Grande habló de aquellos que no "tienen acceso venoso porque, por ejemplo, siguen tratamientos de diálisis". Por ello, otra de las ventajas de este nuevo dispositivo es que puede llegar a preservar un acceso vascular en pacientes sobre los que se tiene la sospecha de que en un futuro precisarán recibir medicación crónica por vía intravenosa.

También descartó el doctor Grande su implantación en pacientes jóvenes o con grandes expectativas de vida ya que estos marcapasos sin cables se colocan de una manera sencilla, pero una vez colocados no se pueden retirar. "La casa fabricante asegura que sí se pueden retirar introduciendo un catéter con un lazo, pero nosotros trabajamos con la idea de que, una vez colocado, hay que dejarlo ahí dentro", explicó el facultativo. Esta circunstancia implica que estos marcapasos se pueden colocar un máximo de tres veces a un mismo paciente lo que, habida cuenta que la vida útil de estos dispositivos, estimada entre cinco y quince años dependiendo de los estímulos eléctricos que realice, lo desaconseja en pacientes jóvenes.

La unidad de arritmias de Son Espases coloca cada año cerca de 300 marcapasos y calculan, en una estimación que calificaron de "poco precisa", que podrían implantar entre 5 y 10 de estos nuevos dispositivos cada año.