El evento que el Instituto Nóos celebró en el año 2005 en Balears, en el que intentaba demostrar la relación entre turismo y deporte, y que estuvo financiado con dinero público, no reparó en gastos. Y muestra de ello es que se pagaron, entre otras muchas otras facturas, varios cócteles para agasajar a los participantes en el congreso, sobre todo a los conferenciantes, por los que se llegó a abonar hasta 8.000 euros. La cena de gala, a la que asistieron los ejecutivos del instituto, también supuso una factura de 15.000 euros, dinero que se abonó con la ayuda económica que entregó el Govern balear, que en las dos ediciones de estos congresos, llegó a dedicar hasta 2,2 millones de euros públicos.

Estos datos fueron confirmados por una de las más antiguas trabajadoras del instituto, Maite Zazo, que ayer declaró como testigo en la sesión del juicio del caso Nóos. Esta empleada detalló que su función en la empresa era encargarse de la logística de los distintos eventos que realizaba el instituto, organizando los diferentes actos que se celebraban durante las jornadas que duraban los congresos. En el caso de Balears, se agasajó a los invitados, además de pagarles el transporte a la isla y la estancia, con varios cócteles, organizados en distintas zonas, como por ejemplo una lujosa mansión o un campo de golf. En estos encuentros se repartieron tapas, que elevaron la factura hasta los 8.000 euros. Además, por la noche se organizó una cena, con una actuación musical a cargo de una cantante solista. Para ello, fue necesario alquilar un piano de cola, que costó 986 euros. La actuación de la cantante y del pianista ocasionó una factura de 4.060 euros.

La empleada reconoció que no conocía, porque nadie de su empresa se lo había comunicado, que estos gastos se financiaban con fondos públicos. Aclaró que a ella le presentaban un presupuesto sobre lo que podía gastar y se encargaba de elegir los lugares más adecuados para estas celebraciones.

La testigo confirmó que ella estuvo contratada en varias empresas del grupo, aunque sus funciones siempre fueron las mismas. Primero estuvo en Virtual, después en el Instituto Nóos y más tarde en la Fundación Deporte, Turismo e Integración Social. Detalló en su declaración que su jefe directo siempre fue Diego Torres, aunque también trabajó para Iñaki Urdangarin. Sobre el cuñado del Rey dijo que estuvo en la empresa hasta el año 2007, pero poco a poco dejó de ir por la oficina. Sobre Torres manifestó que nunca le explicó las circunstancias por las que iba cambiando de empresas, aunque señaló que "le daba igual" y sostuvo que la categoría profesional que señalaba su contrato nada tenía que ver con el trabajo que hacía. También confirmó, como mantienen las acusaciones, que las distintas empresas del grupo se facturaban entre ellas, pero aclaró que también realizaban distintos servicios entre ellos.

Por otra parte, el abogado del Ayuntamiento de Valencia mantuvo ayer que la Fundación Turismo Convention Bureau, que contrató a Nóos, siempre actuó al margen del consistorio.