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Crónica

Euforia entre los directores generales

Los cargos de Transparencia y Cultura, enfrentados a Camps, se abrazaron tras el nombramiento de Ruth Mateu

En segunda fila, todos los directores generales.

Los directores generales y cargos intermedios de la conselleria de Transparencia, Cultura y Deportes se sentían ayer como un equipo de fútbol que acaba de ganar un partido por cinco goles a cero. Todos ellos fueron calificados como "infantiles" y "acomodados" por su anterior jefa, la destituida Esperança Camps. Ayer, en la capilla del Consolat, saborearon las mieles de su triunfo.

Los directores generales son los que ganaron la guerra sin cuartel contra Esperança Camps. Saben que la nueva consellera, Ruth Mateu, es de su misma cuerda, entre otras cosas porque vivió en vivo y en directo la batalla campal. Mateu repitió hasta en tres ocasiones que mantendrá todo el equipo de directores generales porque considera que son "los mejores". Fue otra declaración de intenciones de que la nueva consellera quiere cambiar de arriba a abajo las formas de gestionar el departamento.

Justo después de Ruth Mateu jurara el cargo, "sin renunciar al derecho a decidir de los pueblos", se pudo ver a la mayoría de cargos de la conselleria de Transparencia, Cultura y Deportes fundirse en un abrazo. El gesto fue espontáneo y se les notaba que salió de lo más profundo de su ser. Además de ganar la batalla forzando la dimisión de Camps, colocaban al frente de la conselleria a una persona de su mismo sector.

Alivio en Més

Las palabras de Esperança Camps no gustaron nada en Més per Mallorca y ello provocó que se agudizara el distanciamiento con sus hermanos de Més per Menorca. Ayer respiraron aliviados con la solución encontrada de Ruth Mateu: una consellera menorquina de Andratx. Fue desde Mallorca que decidieron salir de la línea menorquina de traer uno del partido de la isla vecina y apostar por Mateu por su conocimiento de la conselleria. Ayer, Biel Barceló (Més per Mallorca) y Nel Martí (Més per Menorca) posaron junto a la nueva consellera

Se le preguntó a Mateu si era de Més per Menorca o de Més per Mallorca. Ella no quiso pronunciarse para no echar más leña al fuego. Se limitó a explicar que ella era consellera del Govern de Balears y que se sentía tan menorquina como mallorquina. De hecho, es edil del ayuntamiento de Andratx por Més. Aseguró que no piensa dejar su acta concejal en el municipio "por respeto a los ciudadanos de Andratx" y lo compaginará con la conselleria. Es cierto que en Andratx está en la oposición.

La nueva consellera de Presidencia, Pilar Costa, no podía esconder que ella hubiera preferido quedarse de portavoz del PSIB y no tener que entrar en el Govern. Costa es la única consellera que ya tuvo cargo en la época del segundo pacto presidido por Francesc Antich. Por cuestiones familiares era partidaria de no implicarse más. Pese a ello, no pudo negarse a la petición de Francina Armengol. Ayer aseveró que se "entregará en cuerpo y alma" y, cuando se le preguntó si se había resistido a entrar en el Govern, admitió que había estado muchas horas sopesando los pros y las contras. Costa se estrenará este próximo viernes como portavoz del Ejecutivo tras la reunión del Consell de Govern.

Marc Pons tampoco podía esconder que le había cogido cariño a la conselleria de Presidencia y que asume el cargo como "un jugador de fútbol que juega en el centro y el entrenador lo pone en la izquierda".

No hubo foto de Govern oficial. Los consellers posaron todos junto en la capilla del Consolat y los dos únicos que no llevaron corbata fueron los de trabajo, Iago Negueruela, y el de Medio Ambiente, Vicenç Vidal.

David Abril siguió la ceremonia junto a la portavoz de Podem, Laura Camargo, pese a las desevenecias con la ecotasa y la facultad de Medicina que han mantenido en las últimas semanas sus respectivos partidos. Del PP asistieron las diputadas Marga Prohens, María Salom.

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