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Crisis de Gobierno

Digitando conseller con solo 6.568 votos

Més per Menorca se atribuye la propiedad de la conselleria de Cultura y el derecho a nombrar sustituto de Camps, mientras Armengol y Barceló asisten de invitados de piedra al 'casting' de los menorquines

Entrega del Cornelius Atticus sin consellera, el director general Gonyalons asumió el rol. Guillem Bosch

Més per Menorca obtuvo el pasado 24 de mayo 6.568 votos y tres diputados en el Parlament. Nunca unos pocos miles de sufragios habían tenido tanto poder, como el de quitar y poner consellers de todo un Govern de les Illes Balears. Los nacionalistas menorquines se han pasado el fin de semana dejando claro que la conselleria de Cultura es de su propiedad y ellos deciden el nombre del sustituto de la cesada Esperança Camps. Mientras, el vicepresidente Biel Barceló y la presidenta Armengol, que es la que tiene que firmar el nombramiento, asisten de invitados de piedra al casting de los menorquines.

Incluso sus hermanos de Més per Mallorca, y no digamos los socialistas, empiezan a estar cansados de las exigencias de Més per Menorca. No ha gustado nada en la formación que ahora lidera Bel Busquets que sus familiares menorquines lanzaran un comunicado atribuyéndose la patria potestad de nombrar el nuevo conseller de Cultura y anunciaron que el día a día lo llevarían los directores generales. Claro, rápidamente desde el Consolat de Mar les recordaron que el nombramiento de miembros del Consell de Govern es una atribución única y exclusiva de la presidenta del Govern, Francina Armengol, y que quien debe realizar anuncios sobre las conselleries es el Ejecutivo, no un partido. Enviaron un segundo comunicado rectificando a medias. Además, todas las declaraciones realizadas durante el fin de semana desde Menorca estaban en la misma línea de que el nuevo conseller o consellera debía ser menorquín y escogido por ellos.

Fuentes de los partidos del pacto, pese a las declaraciones de Busquets aseverando que no hay tirantez con los menorquines, indican que están con la mosca detrás de la oreja con la formación que lidera el diputado Nel Martí. Recuerdan que Més per Menorca estuvo a punto de romper el pacto alcanzado por la izquierda después de intensas negociaciones durante el mes de agosto. Exigían la presidencia del Consell de Menorca para ellos y la obtuvieron.

Hasta la fecha se había atribuido a Podemos el papel de "toca narices" del Pacto por la ecotasa o la facultad de Medicina. Pero hay que recordar que el partido de Alberto Jarabo consiguió 62.868 votos y solo tiene la presidencia del Parlament. Més per Menorca, con la crisis de Esperança Camps, ha superado con creces a los morados a la hora de ponerse "gallito", reflexionan en el seno del Pacto de Izquierdas.

Ayer se visualizó la crisis que ha desencadenado la filial menorquina de Més. Fue en la entrega del premio Cornelius Atticus donde por primera vez en su historia no estuvo presente el conseller de Cultura y Deportes. Fue el director general Carles Gonyalons, quien asumió la representación de la Conselleria.

El conseller más barato

Ni en tiempos de UM unos votos resultaron tan valiosos como los de los nacionalistas menorquines. Més per Mallorca cosechó 59.069 sufragios, lo que significa que cada uno de sus tres consellers, Fina Santiago, Vicenç Vidal y Biel Barceló, les cuestan nada más y nada menos que unos 20.000 votos. Si miramos el coste en sufragios de los socialistas, con la presidenta y cinco consellers, la cifra nos da 13.500 votos por cada uno de los altos cargos máximos, más del doble de los que necesitan los de Més per Menorca.

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