Con la primavera llegan también las alergias provocadas por las diferentes floraciones que afectan a aproximadamente un tercio de la población balear, estima Daniel Pujadas, alergólogo del hospital Quirónsalud Palmaplanas que matiza que, en la mayoría de los casos, "se manifiestan con una sintomatología leve".

"La alergia primaveral se manifiesta con molestias y picor en nariz y ojos, con estornudos y lagrimeos, mucosidad acuosa y otros síntomas respiratorios como tos, dificultad para respirar y sibilancias respiratorias (pitos)", enumera el especialista.

El doctor Pujadas revela que estos pólenes están presentes en la atmósfera desde mediados de marzo hasta mediados de junio, durante unos tres meses por término medio. "Los pólenes que provocan más problemas en las islas son el de la parietaria, el del olivo, el del ciprés, el polen de las gramíneas y el del plátano de sombra, presente en la rambla de Palma", concreta el alergólogo.

El facultativo señala al mes de mayo, cuando coinciden en la atmósfera el polen de las gramíneas con el del olivo, como el más complicado para los alérgicos y el periodo en el que a su consulta acuden más pacientes .

El doctor Pujadas señala como medidas para atenuar estos molestos picores, lagrimeos y estornudos evitar orear la casa y tender la colada a primera hora de la mañana y a última de la tarde ya que a estas horas son más altos los niveles de polen en el aire: "Y, si vas en coche y hace calor, cierra las ventanas y pon el aire acondicionado, que normalmente va dotado de filtros", recomienda.

El tratamiento sintomático pasa por la toma de antihistamínicos, colirios oculares, sprays nasales e inhaladores, aunque el especialista recuerda que hay tratamientos curativos como la dosificación de vacunas alergénicas y que, como todos estos medicamentos, basan su éxito en administrar al paciente el polen al que es más sensible para que su organismo acabe tolerándolo y reaccionando de manera menos aparatosa a su presencia. El doctor Pujadas revela por último que, en esta comunidad, la alergia a los ácaros es más frecuente que las primaverales, circunstancia que atribuye a la humedad por lo que esta reacción es habitual durante todo el año excepto en los más secos meses estivales.