Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Toros

La última ganadería de lidia de Mallorca sobrevive

La afición por el toro de Ángel Galdón y su hijo les anima a seguir con su explotación, pese a las prohibiciones - El jueves probaron sus vaquillas en un tentadero

La última ganadería de lidia de Mallorca sobrevive

Mallorca no es tierra con una arraigada tradición del toro bravo. Sin embargo, sobrevive como puede una ganadería de lidia en la isla con unas 50 vacas en producción y dos sementales situada en Son Ferriol, justo al lado de las pistas del aeropuerto de Son Sant Joan. Los intrépidos vacunos de lidia pastan a escasos metros de donde los aviones despegan y toman tierra.

La afición de Ángel Galdón y su hijo Sergio por la cría de toros bravos les ha mantenido firmes a mantener su explotación en funcionamiento durante años. Este ganadero lleva 32 años en el negocio que es su verdadera pasión. Su debilidad es ver nacer y crecer a los ejemplares de esta peculiar raza, incluso más que su afición por la fiesta y las corridas de toros, lo suyo es la cría. Piensan seguir adelante con sus reses bravas, pese a las "prohibiciones" institucionales que prepara el Parlament para declarar las islas antitaurinas.

El pasado jueves la ganadería El Onsareño que regenta la familia Galdón celebró un tentadero con el objetivo de probar si sus vaquillas dan la talla para convertirse en madres de futuros toros de lidia. Si el animal embiste y repite con celo ante la muleta tiene muchas posibilidades de que sus hijos también lo hagan y por ello se dejarán para que se conviertan en reproductoras de los futuros toros bravos, los que participarán en las corridas o en los festejos populares de pueblos y ciudades de España.

Si por el contrario, alguna de las vaquillas tentadas demuestran una actitud excesivamente mansa, tiene muchas posibilidades de terminar en el matadero para convertirse en sabrosos solomillos. Lo más probable es que a sus hijos les falte bravura para saltar al ruedo de las plazas de toros. Es otro de los rituales de la tauromaquia en el que habitualmente se invita a toreros locales y aficionados que hacen sus pinitos con el capote y la muleta ante los pitones de los jóvenes ejemplares vacunos que son tentados.

El caballo y el picador son la pieza fundamental para calibrar la bravura de las futuras madres de toros bravos. Para ello se le coloca al equino un amplio y grueso peto para amortiguar los golpes de las cornamentas. Asimismo, se le tapan los ojos para evitar que el caballo vea cómo la vaquilla va hacia él y salga corriendo para esquivarla.

Este tipo de acciones con los animales son las que han hecho levantar la voz de alarma de las asociaciones animalistas contra la fiesta del toro y algunas instituciones, como es el caso de las isleñas, que están impulsando iniciativas para prohibir su celebración, así como los actos donde se pueda hacer daño a los animales. Es el caso del famoso correbou del municipio de Fornalutx.

"Se está poniendo muy difícil poder seguir con la ganadería, ya que lo único que quieren es prohibir y prohibir sin tener mucho conocimiento de lo que representa esta tradición". Son palabras de Ángel Galdón justo antes de probar sus vaquillas en el tentadero. "Lo mío -prosigue el ganadero- es vocacional. Yo me desvivo por mis animales, soy tan animalista como el que más. Llevo 32 años de ganadero y nunca se me ocurriría hacer daño a los animales".

Galdón también se queja de que se estén vertiendo afirmaciones que a su entender son del todo falsas: "Se han llegado a decir verdaderas barbaridades, como que se embadurnan los ojos de los toros para que no vean y eso es del todo falso. La fiesta sigue todo un ritual ancestral y las ganaderías pasamos controles muy rigurosos durante todo el año".

El tentadero de las vaquillas

Para el tentadero de las vaquillas los responsables de El Onsareño han invitado al matador mallorquín José Barceló (Campanilla) y al novillero Gabriel Pericás. Sale a la plaza móvil de la finca de Son Ferriol la primera vaquilla. Un ejemplar que rápidamente encandila a los cerca de 50 incondicionales del mundo de la lidia que se han acercado hasta la explotación de los Galdón para vivir su pasión. Su bravura no deja lugar a dudas, incluso para los profanos en la materia. Cuando ve al caballo se lanza como una exhalación sobre el peto que protege al equino de sus dos pitones. El picador hace su trabajo y el maestro Campanilla sale con el capote a dar los primeros pases con la colaboración de la vivaz vaquilla. Después saca la muleta con el estoque para culminar su faena. Era el entrenamiento perfecto para el festival taurino promovido por él mismo que tenía que celebrarse ayer. Vaticinaba que asistirían muchos aficionados para apoyar al mundo del toro contra las medidas antitaurinas que quieren imponer las instituciones, pero las lluvias del viernes afectaron a la plaza de Muro y ayer se decidió suspender el evento, que quizá se celebre el 17 de abril.

"En el año 1995 me encerré en el coliseo Balear con cinco toros bravos. Soy torero y he vuelto a Mallorca porque tengo interés por la cultura del toro y porque me siento español". Así se expresaba José Barceló (Campanilla), en tono irónico y en clara referencia a las intenciones de eliminar los actos con toros bravos en Balears.

Los orígenes de El Onsareño

Ángel Galdón tiene en su ganadería dos de las líneas con prestigio en el toro de lidia español. Un encaste de Juan Pedro Domecq y el otro de Salvador Domecq. Dos sementales que fueron indultados en las plazas cubren cada año el medio centenar de vacas para la producción. En estos momentos, la mayoría de las vacas que crían la finca son vendidas en la Península, ya que el mercado en Mallorca ha descendido de forma importante en los últimos años.

Pese a ello, los Galdón están satisfechos con la calidad de sus novillos. La segunda vaquilla que sale a la pequeña plaza de la finca El Onsareño para ser tentada no tiene la bravura de su compañera anterior. No obstante, se muestra fuerte y con potencia realiza algunas embestidas de consideración al caballo colocado junto a uno de los burladeros. El novillero Pericás saca la muleta para tentarla y rápidamente se da cuenta de que no es de la misma calidad que su antecesora. La primera protagonista del tentadero se convertirá en un futuro en una de las reproductoras estrella de la ganadería.

Pericás lleva 30 novilladas en su carrera. Asegura que debe salir de Mallorca para desarrollar su afición, pese a que ayer en Muro debía participar en una corrida junto al maestro Campanilla. El novillero está convencido de que en Mallorca existe una importante afición a los toros.

El picador, cuando las vaquillas embisten al caballo, les da una punzada que agudiza la bravura de las jóvenes reses. Es justo en este momento cuando los expertos pueden comprobar si la vaquilla tanteada será una buena madre.

"Este tentadero me cuesta dinero", señala Ángel Galdón. De hecho, la actividad principal de la ganadería es la ovina. "Yo me gano la vida como ganadero, lo que significa que mi trabajo es cuidar a los animales. No soy ningún asesino", aseveró el responsable de la única explotación destinada a la cría del toro bravo enMallorca.

Galdón habla de "desconocimiento" de los animalistas y de las instituciones: "A la mayoría de las reses de ganado bravo les dan la posibilidad de seguir viviendo. En cambio, al resto de ganado la única opción que les dan es el matadero". Todos los presentes en el tentadero no esconden su enfado con las intenciones de los partidos del Pacto de Izquierdas de declarar Mallorca antitaurina. Incluso, alguno de ellos se enfundaron camisas con la estampa de los toros bravos para reivindicar su afición. Utilizan el argumento del desconocimiento del ritual de la lidia y del proceso de cría de los toros bravos. Mantienen que las instituciones se han puesto del lado de los animalistas y han iniciado una campaña de "acoso" contra ellos.

Compartir el artículo

stats