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Entrevista

Gabriel Barceló Milta: "Hay que limitar todas las plazas, no solo las hoteleras. Todo el alquiler no podrá regularizarse "

"Los hoteles están a tope. El turista tiene que llevarse un buen recuerdo, y si ve masificación no es bueno"

Barceló, en su despacho de conseller de Turismo. Guillem Bosch

-El aeropuerto se prepara para mover 26,4 millones de pasajeros esta temporada alta, con crecimientos sobre máximos históricos del 16,5% de media y avances de hasta el 21% en mercados tan grandes como el alemán. Esas cifras nunca vistas hablan a la vez de éxito turístico y de saturación de las islas. ¿Qué le dicen al vicepresidente y conseller de Turismo?

-Sabíamos que iba a ser así. Teníamos datos que apuntaban a que con los británicos iba a ir muy bien. Del mercado alemán en cambio no se esperaba tal aumento en temporada alta, aunque las temporadas media y baja están siendo buenas. Y es lo que nos preocupa reforzar, porque el verano ya es imposible que haya más gente, aunque la va a haber. La previsión que tenemos es que los hoteles van a estar a tope y además muchísima gente recurrirá a alquiler vacacional, tanto dentro de la oferta legal como de la ilegal o alegal.

-La gran amenaza parece el exceso, el hecho de que se alcance un punto de saturación tal que ni los turistas queden satisfechos ni los residentes lo soporten. De cara a años venideros, ¿qué medidas se plantean para frenar una expansión cuantitativa que pone en cuestión la sostenibilidad del turismo?

-Esta temporada es muy difícil hacer algo, está claro. Pero a medio y largo plazo, ¿qué planteamos? Para empezar, hay que regular de forma global el alquiler turístico. Global, es decir, también para edificios de vivienda plurifamiliar, en los que habrá que definir qué condiciones deberá reunir el piso que se alquile a turistas, dónde se podría hacer y dónde no, con los objetivos de que haya unas mismas reglas del juego para todos y de que haya garantías para el cliente. Pero está claro que no todo el alquiler a turistas va a poder regularizarse. Habrá zonas en las que no se podrá, aunque eso depende de ayuntamientos y consells, que tendrán que decir qué se hace. Y por mucho que regulemos habrá una parte que no se puede controlar, porque está afectada por la Ley de Arrendamientos Urbanos. La clave es qué se puede hacer y qué no. ¿Manga ancha en todas partes, con las implicaciones sociales y demográficas que tiene? No parece la vía. Además hay un regulación, no nuestra, sino de hace 20 años, el decreto Cladera, que limita las plazas turísticas. El problema es que luego se han establecido excepciones a ese límite [alude a que se autorizan más plazas en hoteles urbanos, y que se consideran como tales, por ejemplo, los de Platja de Palma]. Sobran excepciones y hay que plantearse cuales de ellas hay que limitar. Y otra cuestión es: si hay una limitación de plazas, ¿no tendrá que ser de todas las plazas y no solo de las hoteleras? Creo que hay que regular todas las plazas, no solo las hoteleras.

- Se habla de fijar un techo de turistas que entran en la isla, cuando la legislación europea prohibe ese tipo de límites. Pero hay otras opciones. El exceso de demanda en julio y agosto da una oportunidad de elegir qué tipo de demanda se quiere. ¿Podría apostarse en Balears por ejemplo por restringir el todo incluido de poca calidad o por limitar la oferta de alquiler a unos estándares de calidad?

-Entrar en qué tipo de ofertas hace el empresario es muy complicado desde el punto de vista legal. Alguna regulación habrá de todo incluido, eso seguro. Sabemos que no nos interesa saturar el verano, no tiene sentido con cifras de turistas como las que estamos viendo. Se trata pues de atemperar el verano y mejorar otoño y primavera. ¿Cómo incidir? Por una parte la ley, regulación, como hablábamos. y a medio plazo a través de los Planes de Intervención en Ámbitos Turísticos, que son de los consells, y van a estudiar la presión sobre cada territorio, las consecuencias y límites. El de Mallorca ha empezado a andar y tiene que estar antes de dos años y medio. Pero claro, son dos años aún...

-Viendo el overbooking que se espera en julio y agosto, y la saturación a la que apuntan los datos del aeropuerto, ¿no se habrán quedado cortos con el importe del nuevo impuesto turístico en julio y agosto?

-Los precios son estos y no se van a tocar. Luego vía presupuestos de la comunidad se pueden revisar año a año, pero los que hay ahora son los que se aplicarán este verano.

- Como responsable de la imagen turística, ¿le asusta la posibilidad de que la saturación perjudique la imagen de la islas?

-Las cifras dan un poco de respeto, pero asustar no asustan. Da respeto conseguir que todo vaya bien, eso sí. El turista tiene que llevarse un buen recuerdo y si ve una masificación no es bueno. Y julio y agosto están como están de reservas. Una parte importante se distribuye por todo el territorio, parte de lo del aeropuerto son viajeros de paso hacia cruceros, pero va a ser un verano récord.

-Parte del turista se distribuye, parte está de paso a un crucero, dice, pero la inmensa mayoría van a acabar visitando los mismos sitios: la Seu, es Trenc, sa Calobra... Usted mismo lo dijo: habrá que acostumbrarse a restricciones para acceder a playas y puntos turísticos.

-No es que yo quiera ponerlas, es que hay lugares en los que ya las hay, lugares con cuellos de botella. Por lo que una vez dentro del territorio, una vez que el turista ya está aquí, parece que también hay que poner limitaciones. Por ejemplo, la Conselleria de Medio Ambiente ha trazado un plan que limita a 1.500 las plazas de aparcamiento en es Trenc. El Ayuntamiento dice que son pocas, y no,no es así: es Trenc puede que soportar lo que puede soportar. Tenemos que asumir que hay limitaciones.

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