Coincidencia en los desafíos turísticos del futuro, disparidad en las soluciones. La nueva oferta por internet, cada día más emergente, plantea a su vez la cuestión de cómo debe abordarla la Administración. Bajo el lema El futuro de Balears ¿A qué retos se enfrenta la economía balear?, cinco de los últimos consellers de Turismo debatieron ayer desde sus distintas ópticas políticas. Hay consenso en que el Govern no puede dar la espalda a este fenómeno; sobre cómo debe hacerlo ya hay más discrepancia.

En la mesa redonda participaron Jaume Cladera (PP), que fue conseller del ramo con el Govern de Gabriel Cañellas, y Celestí Alomar, el primer responsable político en la materia del PSOE e impulsor de la primera ecotasa. También asistieron Joan Flaquer (PP), conseller en dos mandatos; Jaime Martínez (PP), que estuvo al frente de la Conselleria en la pasada legislatura, y el actual vicepresidente del Govern y responsable de la cartera, Biel Barceló (Més).

Moderó el debate José Marcial Rodríguez, consejero delegado y gerente del Consorcio de Turismo de Cala Millor y miembro de la mesa de Turismo senior y Silver Economy de la Comisión Europea, quien celebró poder aunar "treinta años de Turismo" de la Comunidad en un mismo escenario.

Marcial planteó a los consellers "cómo planificarían el futuro ante el problema de saturación importante provocado por una tendencia de crecimiento constante".

"Si se tratara de las visitas a un monumento, se limita el número y ya está", apuntó la fácil solución Cladera. Pero "hablar de poner topes" a los turistas que vienen abre una mayor complejidad, recalcó acto seguido. "Se puede saber el número de casas que hay, de hoteles, de plazas... y el número de habitantes que pueden caber en ellas", recordó el exconseller echando mano de los registros y planeamientos urbanísticos municipales. A su juicio, lo adecuado es "no exceder" a estos últimos, que por algo son las herramientas de planificación del crecimiento.

Debilidad de los competidores

"¿Queremos aprovechar la debilidad de nuestros competidores porque el turismo no puede ir allí por sus crisis políticas, o romper la tendencia e ir a un segmento superior?", terció en el debate Celestí Alomar. Para el exconseller socialista, "es importante presionar sobre las puntas de estacionalidad", hasta lograr que descienda. Alomar fue el más atrevido de sus colegas, al plantear que "se debe hacer pagar esta estacionalidad a las empresas que facturan menos de seis meses". "La única punta donde podemos incidir [como Administración] es en la estacionalidad", abundó Joan Flaquer, sin entrar en la propuesta de Alomar.

"¿Qué es saturación? ¿dónde hay saturación? El 70% de las plazas están en cuatro municipios", sostuvo su compañero de partido Jaime Martínez. Es un problema "que no viene de ahora, llevamos veinte años", remachó el exconseller, quien también lamentó que en este periodo la mayoría de las infraestructuras "no se han mejorado".

El actual conseller de Turismo abogó por afrontar "el tema de la saturación, para saber hasta dónde podemos llegar". Biel Barceló incidió en que es "una sensación subjetiva", pero "no nos podemos permitir que un residente se ponga en contra del turista" -por agobio-, ni tampoco a la inversa, opinó. "Sostenibilidad" es el concepto clave que debe presidir las políticas turísticas del futuro más inmediato, según el número dos del Govern.

Ante el cambio de modelo empresarial que provoca la llamada economía colaborativa o participativa, con el acceso directo de los productos a través de internet, ¿cuál debe ser el rol de las Administraciones?, preguntó el moderador. "Velar por el patrimonio público", tuvo claro Celestí Alomar, que se opone a "legalizar la oferta 'a granel', tiene que estar controlada".

Ya pasó con el 'todo incluido'

Su antecesor Joan Flaquer recordó experiencias similares ante el fenómeno del todo incluido', cuando como todo "era una demanda del mercado". Para el exconseller popular, lo que urge es evitar "que estas empresas puedan competir deslealmente, tienen que tributar a Hacienda y la Administración proteger al usuario". Para Flaquer, "ponerse delante de la manifestación es como dejar que te arrolle", lo prioritario es que "esta economía debe de dejar de estar sumergida".

"Defender el interés general por encima de todo. Perseguir el intrusismo y la ilegalidad", deben ser las prioridades de las instituciones. En caso contrario, "vendrán los taxis 'pirata', los comedores particulares... y podremos llegar a una situación" que diste con "un modelo turístico de éxito" y calidad, advirtió el exconseller.

"¿Qué demanda la gente? Nos guste o no esto ya está aquí", afirmó rotundo Biel Barceló, que destacó que "el turismo que más se ha incrementado ha sido el residencial" y "se está implantando en toda Europa.

Hay "dos maneras posibles" de afrontar esta nueva realidad que atañen a Balears, y al mismo tiempo un desafío: "El 'sálvese quien pueda', o que la Administración defienda el interés general". Esto último "no significa prohibir", dejo claro el vicepresidente, pero sí "poner requisitos y garantías para la persona que utilice estos servicios". "Es el gran reto, uno de los debates más importantes a los que estamos asistiendo", hizo hincapié Barceló.

"Mallorca tiene un fondo de comercio formidable", enfatizó Jaime Cladera. Este fondo "es propiedad de todos los residentes de la isla", abundó, por lo que "cualquier ciudadano tiene derecho a intentar un modelo turístico de alojamiento, aunque todavía no se haya regulado". Y hay que hacerlo, sentenció, "pensando en los pros y los contras".

Cladera señaló que esta nueva economía emergente, "ha permitido complementar las rentas familiares". Eso sí, "no crea ni un solo puesto de trabajo", recalcó. Insistió en la necesaria regulación, porque "estamos hablando de 100.000 personas diarias, solo en IVA estamos hablando de cantidades importantes", ilustró.

Al hilo de esto los exconsellers y el vicepresidente abordaron el alquiler de viviendas vacacionales, "una realidad" que viene para quedarse, admitió Joan Flaquer, partidario de que hay que "regular" esta oferta y hacerlo de la forma más "sencilla" posible.

"Tiene que estar regulado, lo que implica dar servicio las 24 horas, cambiar la lencería, limpiar... [Estos alojamientos] tienen que dar servicios turísticos", se mostró exigente Jaime Martínez. El exconseller explicó que hace tres años en Cataluña se hizo la regularización, y solo ha aflorado "el 20% de toda la oferta", lo que implica que "no se está exigiendo la calidad" que correspondería, aseveró.

Celestí Alomar alertó de "la presión brutal" sobre el territorio que puede ejercer esta modalidad, que si bien "tiene cobertura legal y constitucional", en su opinión "debe estar en un registro de Hacienda". "Tengo mucho miedo a que esta cantidad de oferta entre por los cauces normales", espetó el exconseller del PSOE.

"Es el gran reto que tenemos para resolver", reiteró Biel Barceló, esgrimiendo que "Defensa de la Competencia acaba de decir en un informe que no hay que poner límites" a este alquiler. "Lo regulamos o dejamos que cada uno campe a sus anchas? ¿Qué modelo defendemos?", planteó el actual conseller del Pacto. "No es fácil", añadió, replicando a Cladera que esta oferta "sí crea empleos indirectos", desde la restauración a los comercios que se ven beneficiados por esta clase de turismo residencial. Barceló instó a "tener en cuenta" la problemática generada en Vila (Eivissa) y el centro de Palma, donde llegue a provocarse "la expulsión del residente" y la dificultad de alquiler para el no turista.