Segunda jornada de huelga de controladores aéreos franceses y segunda entrega del mismo caos europeo, que golpea a España y a Balears donde más les duele: en su turismo. Mallorca ha dejado de recibir en solo dos días de movilización a casi 4.000 viajeros, la mayoría procedentes de las islas británicas, Escandinavia y Centroeuropa, mientras otros tantos pasajeros se quedaban sin poder salir de la isla por la suspensión de su viaje. A la veintena de cancelaciones del domingo se sumaron ayer otras treinta. Casi todas, tanto en vuelos que llegaban como en operaciones que partían de Palma, afectaron a las dos compañías que más aprovechan los aviones (Ryanair y EasyJet) y más o menos a los mismos destinos: los rutas mallorquinas más castigadas son las que sobrevuelan Francia, con lo que la huelga comprometió el domingo y ayer la conexión de la isla con sus principales clientes, Reino Unido, Alemania, Holanda, Irlanda, Suiza y los países nórdicos. Las cancelaciones frustraron enlaces de Ryanair e EasyJet con Liverpoll, Londres, Hahn, Bornemouth, Dublín, Hamburgo, Colonia, Billund, Dusseldorf, o Memmingen, al tiempo que las demoras llegaban a ser hasta de cuatro horas.

La movilización empezó a notarse ayer desde primera hora de la mañana, con cancelaciones ya a las siete de la mañana. Aunque los problemas se agravaron sobre todo a media mañana, cuando a los enlaces cancelados por problemas de las compañías para hacer llegar sus aviones a las cabeceras de ruta, se unían los retrasos crecientes en toda la red europea. La operativa se ralentizaba originalmente en Francia, pero la demora se contagiaba poco a poco a todas las rutas. Así a las 9 de la mañana los retrasos eran de media de 70 minutos en París-Orly, de 40 minutos en Marsella, de 60 minutos en Lyon, Burdeos y Toulouse y de hasta 80 minutos en otros puntos de Francia, pero el efecto inmediato es que a media mañana los principales aeropuertos de Europa documentaban demoras similares en sus vuelos europeos.

Palma no se libraba, claro. Un ejemplo: a las 13.35 horas de ayer despegaba de Son Sant Joan un avión de Ryanair con destino Bruselas que estaba programado para las diez de la mañana. Fue el primer gran retraso. Hubo muchos más. Entre las 10 y las 17.00 horas las demoras llegaron a alcanzar las cuatro horas y superaron las tres en más de cincuenta conexiones con ciudades como Berlín, Dusseldorf, Suttgart, Leicester, Colonia, Londres, Basilea, Frankfurt, Glasgow, Hamburgo.

El contagio de los problemas provocaba tambien retrasos menores en algunos vuelos nacionales, sobre todo en las conexiones con Madrid y Bacelona. En total, la red aeroportuaria española sufrió 192 cancelaciones ayer.

Los dos días de huelga de controladores franceses se cierran así con casi 300 enlaces mallorquines retrasados y más de 50 vuelos cancelados. La normalidad volverá a los cielos europeos hoy, mientras Son Sant Joan acelera como consecuencia de una Semana Santa durante la que el aeropuerto mallorquín dará servicio a casi 700.000 viajeros.