El fiscal anticorrupción, Pedro Horrach, y la letrado de Manos Limpias, Virginia López Negrete, tildaron ayer de falso el testimonio de varios antiguos trabajadores de Aizoon, la consultoría de los exduques de Palma, que aseguraron ante la Audiencia de Palma que sí prestaron servicios laborales para esa empresa, propiedad de Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina. Entre los testigos tachados de mentirosos se hallan dos exempleados del servicio doméstico de los exduques de Palma en su palacete de Pedralbes, que aseguraron haber trabajado también para Aizoon.

Negrete adelantó que va a pedir que se investigue penalmente a los declarantes por falso testimonio en la fase final del juicio. La presidenta del tribunal le replicó, no obstante, que las sospechas de engaño de los testigos eran aprecianos subjetivas de las acusaciones.

Dos de los testigos que habrían mentido descaradamente en favor de Iñaki Urdangarin y la Infanta fueron el matrimonio formado por Lucian Catalin y María Nonalisa Nonosel, dos de los empleados del servicio doméstico de la Infanta desde 2006.

Según los Nonosel, a sus habituales quehaceres domésticos en la mansión de Pedralbes se unió la limpieza y mantenimiento de las dependencias de Aizoon, una sala de juntas y un despacho de entre 250 y 300 metros cuadrados. El cabeza de familia se ocupó también de "llevar al aeropuerto a clientes de Aizoon y del mantenimiento de las fotocopiadoras y otras máquinas del despacho". Su mujer afirmó que "en ocasiones" preparó cafés para clientes de la consultoría, aunque no supo dar más detalles.

Las acusaciones les preguntaron si antes de instalar Aizoon en el palacete esas dependencias no se limpiaban. María Nonalisa Nonosel, que fue contratada como auxiliar administrativa, manifestó que no sabía si antes del cambio esa parte de la casa se aseaba.

La mujer señaló que la idea de ser puestos en nómina en Aizoon partió de ellos, "dado que entonces queríamos comprar una casa y el banco nos dijo que era mejor que estuviésemos contratados por una empresa".

Las amigas de Julita

Otros que también supuestamente mintieron a la Audiencia fueron tres supuestas exempleadas de Aizoon, dos amigas y la hermana pequeña de Julita Cuquerella, la exsecretaria de Iñaki Urdangarin en Telefónica y citada hoy como testigo. Las declarantes sostuvieron que buscaron, desde sus casas, información en internet para Aizoon y que cada mes o dos o tres meses entregaron en mano los resultados a Jan Gui, sobrino de Urdangarin y testigo convocado para hoy. Gui les visitaba en sus domicilios, les daba instrucciones verbales o por escrito de Iñaki Urdangarin, recogía las búsquedas y les pagaba en sobres en metálico, unos 600-700 euros al mes.

Covadonga Mustienes trabajó tres años para Aizoon desde su casa de Sant Cugat. "Era amiga de Julita Cuquerella y me lo propuso ella, yo era ama de casa y madre de siete hijos de corta edad. Trabajé desde casa para buscar información en internet sobre telecomunicaciones y energía, no era un trabajo complicado", explicó la testigo.

Curiosamente ni Mustienes, ni Mónica Guzmán, otra amiga de Cuquerella, enviaron el resultado de sus búsquedas directamente a Iñaki Urdangarin por correo electrónico, y usaron a Jan Gui de mensajero.

"Jan Gui venía a mi casa y me daba la tarea y el dinero, no firmaba la nómina. No tuve vacaciones en esos tres años, era flexible, yo me iba de vacaciones con mis hijos en agosto. Julita me dijo que se acababa la relación laboral en diciembre del 2010. La empresa ya no me necesitaba", añadió Mustienes.

Olga Cuquerella afirmó que buscó desde Madrid una ingente información sobre fundaciones deportivas para Urdangarin, que entonces ya vivía en Estados Unidos. Los datos sí los mandaba por internet a Jan Gui, que iba cada tres meses a Madrid a pagarle en mano en una esquina próxima a su casa donde se citaban.

Otro testigo, Ignasi de Juan Creix, narró al tribunal cómo Urdangarin en 2006 intentó colar a la Generalitat de Catalunya un foro de un millón de euros sobre salud y sociedad, que no cuajó. De Juan aseguró que desde la Generalitat se les dijo que solo iban a dar como máximo 300.000 euros y que ignora por qué no salió adelante el congreso.