El exprior del santuario de Lluc, el sacerdote Antoni Vallespir, declarará ante la juez en calidad de investigado por otro posible caso de abusos y agresiones sexuales a un menor. El religioso, que fue apartado de su cargo por el Obispado de forma cautelar por otra denuncia, ya ha recibido el correspondiente auto en el que se le informa de que está siendo investigado y que será llamado a declarar, si bien aún no hay fecha fijada.

La magistrada del juzgado de instrucción número 3 de Inca escuchará primero el relato de la víctima, un antiguo blauet, y de su familia, como testigos, y después le tocará declarar al religioso, como investigado; hecho que ya le ha sido notificado oficialmente.

Hechos recientes

Los hechos que se están investigando habrían tenido lugar en las dependencias del santuario religioso y serían relativamente recientes, de hace cuatro o cinco años. La víctima era miembro de la escolanía de niños cantores de Lluc, y según la denuncia presentada fue objeto de abuso y agresión sexual por parte del que entonces era prior del monasterio.

La Guardia Civil ha hecho unas pesquisas previas y la magistrada de Inca ha admitido a trámite la denuncia y ha abierto diligencias.

De confirmarse los abusos, este caso no habría prescrito, a diferencia de la primera denuncia que presentó el año pasado otro antiguo blauet contra el religioso. Esta denuncia se refería a hechos sucedidos en los años 90 y fue archivada por el juzgado de instrucción 5 de Palma ya que, según se argumentó, los abusos y tocamientos estarían prescritos. La defensa del denunciante recurrió ante la Audiencia de Palma, que el pasado 13 de enero revocó el auto de sobreseimiento y ordenó a la instructora que se ampliaran las diligencias.

La abogada de este antiguo blauet, que hoy tiene 36 años y vive en Barcelona, sostiene que hubo violencia e intimidación por parte del sacerdote hacia su defendido, que por entonces era menor de edad, y que el caso no prescribe hasta 2018.

No obstante, la Audiencia de Palma ha reabierto el caso por una cuestión meramente procedimental y lo más probable es que una vez solventada se vuelva a cerrar el expediente.

Por este caso, el Obispado de Mallorca que dirige Javier Salinas apartó cautelarmente de su cargo al sacerdote Antoni Vallespir el año pasado, cuando aún no habían pasado 24 horas desde que llegó la denuncia al tribunal eclesiástico sobre estos hechos, que supuestamente tuvieron lugar en la década de los 90 en Lluc y en el monasterio palmesano de la Real.

El exprior tuvo que abandonar su residencia en Lluc, si bien posteriormente el obispo Salinas le permitió regresar, con la condición de llevar una vida discreta en el recinto y no oficiar misa en público ni realizar actividad pastoral alguna. La Iglesia aún no se ha pronunciado sobre la resolución de este caso.

En este segundo caso, los hechos habrían acaecido presuntamente hace cuatro o cinco años, con lo que no habrían prescrito.

Respecto al primer caso, esta denuncia tiene el agravante de que no solo se trata de abuso sexual -tocamientos-, sino que también incluye una posible agresión sexual, lo que implicaría que hubo acceso carnal.