La mezcla todavía de la novatada y la tensión por lo que estaba en juego dio lugar el martes a una comisión parlamentaria con situaciones algo surrealistas. Desde los dos diputados de Més votando cada uno por su lado -aunque por una cuestión menor-, a los varios recesos que solicitaron los grupos para aclararse con tanto lío de enmiendas.
La comisión duró unas tres horas y sirvió para dictaminar el texto de la nueva ley del impuesto turístico, que aprobará finalmente el pleno. Durante la misma se visualizó el fuerte desencuentro entre los tres partidos del Pacto por el veto firme de Podemos a que se destinen los fondos recaudados también a paliar el déficit de residencias de ancianos y otros dependientes.
Los podemistas votaron junto al PP, El Pi y Ciudadanos, lo que tumbó la balanza a favor de que se suprimiera del proyecto de ley aprobado por el Govern de PSOE y Més el punto que permitía las "inversiones de servicios públicos esenciales" con cargo a la llamada ecotasa. El resultado fue de 8 a 5, y una vez más el Govern quedó en minoría en esta legislatura.
En un momento dado, el diputado de Més Antoni Reus hizo un voto particular para permitir esa finalidad del impuesto hasta el pleno. Se procedió a la votación, y en medio de la misma interrumpió el diputado de Podemos Salva Aguilera: "¿Qué es lo que estamos votando?" El presidente de la comisión, el popular Vicent Serra, tuvo que explicárselo. Aguilera inquirió entonces "qué supone" la aprobación de dicho voto, y tras ser informado, no lo secundó. Otro momento insólito se produjo cuando el diputado de Més per Menorca Josep Castells se quedó solo en una enmienda que exigía mayor concreción para el reparto por islas de los fondos. Sentado a su lado, su compañero de Més per Mallorca Reus votó en contra.
"Mucha suerte", deseó irónico Álvaro Gijón (PP) al Pacto en la gestión de la ecotasa. Visto lo visto, la comisión que decidirá los proyectos "será ingobernable", vaticinó.
