El director general del Ibsalut, Juli Fuster, sostuvo ayer en el Parlament que la puesta en marcha de la facultad de Medicina "es una oportunidad única" y que la inversión que se destinará a estos estudios no quitará "ni un euro" a los fondos destinados "a medicamentos ni a listas de espera" por parte de las arcas autonómicas. Fuster realizó estas declaraciones a preguntas de Marta Maicas, diputada de Podemos, en una comparecencia en la comisión parlamentaria de Salud. No obstante, el asunto que centró la atención no fue este sino su continuidad como director del Ibsalut, a pesar del acuerdo del Parlament en septiembre del pasado año por el que se instaba al Govern a destituirlo por ser pareja de la consellera de Salud, Patricia Gómez. Aquel acuerdo salió adelante al unir Podemos sus votos a los del PP, que ayer incidió en este asunto. La diputada popular Núria Riera, afirmó que no cuestionaba la "trayectoria profesional" de Fuster, sino que su nombramiento "no es ni ético ni estético" y que con su continuidad la presidenta Francina Armengol "incumple un mandato parlamentario". Fuster defendió de nuevo su "idoneidad" para el cargo basándose en su currículo profesional, al margen de que quien lo nombrara fuera su pareja. "Mi vida privada es mía y no voy a hablar de ella", zanjó el director general del Ibsalut.