Antoni Riera advierte del riesgo que conlleva simplificar los mensajes políticos y de la necesidad de reclamar una mejor financiación para las islas pero orientando adecuadamente los nuevos recursos.
-¿Las reformas estructurales que se han hecho han sido las adecuadas? Pienso en la laboral.
-Se puede ganar productividad de forma fácil, mediante devaluaciones salariales. Esto a corto plazo puede tener su razón de ser, pero el problema es si solo se hace eso y no va seguido de algo más. La economía pudo necesitar de esa devaluación en un momento determinado, pero no lo hemos aprovechado, y ya no hay margen para bajar más las retribuciones. Ahora toca mejorar salarios, pero para eso hace falta elevar el PIB per cápita.
-Aparecen partidos nuevos y propuestas nuevas. ¿Estas últimas le tranquilizan o le preocupan?
-Me preocupan mucho, y muchas noches me voy a casa muy triste. Y no porque sean políticos nuevos, sino porque el debate es el de siempre. Damos respuestas demasiado simples a problemas muy complejos. Sobran curanderos y faltan médicos.
-¿La política económica se diseña en España o nos la diseñan desde fuera?
-La política económica se debería diseñar desde las islas, porque en un mundo cada vez más global lo que hay que hacer es diseñar palancas regionales y no nacionales. Es cierto que la estabilidad macroeconómica depende de España y la monetaria de Europa, pero la de innovación, la selección de los sectores... depende de Balears.
-¿La financiación balear es nuestra asignatura pendiente?
-Balears ha sido históricamente maltratada y debe reclamar una mejor financiación. Pero sería erróneo pensar que nuestros problemas se van a arreglar si mejora esa financiación, porque si nos llegan más recursos y los distribuimos mal, no mejoraremos nada.