­A medida que el suflé baja, la ecotasa sigue su rumbo. El retorno al sosiego en el seno del Pacto logra que el impuesto turístico supere su segundo trámite parlamentario. PSOE y Més han consensuado con Podemos algunas de sus principales demandas. El acuerdo -no exento de unos minutos de dura bronca- se cerró ayer a primera hora de la mañana y se traducirá en un gravamen más participativo y medioambiental, como exigían los podemistas.

Pese a ello, quedan aún por desbloquear las cuestiones más candentes, como el reparto de los fondos por islas, la composición de la comisión que aprobará las inversiones o el veto de Podemos a que se utilice la recaudación para levantar residencias de ancianos, como reivindica Més. El tripartito se afana y hoy mismo proseguirá con las negociaciones para salvar estos y otros escollos pendientes.

Políticamente hablando, lo importante para el Pacto es que ayer se evitó que en la ponencia parlamentaria para abordar la ley el PP y Podemos hicieran pinza y aprobaran enmiendas en las que todavía no hay acuerdo con el Govern; hubieran tenido que incorporarse automáticamente al articulado, desbaratando los planes de la conselleria de Turismo, en manos de Més.

Podemos constata el avance

Alberto Jarabo, líder de Podemos, celebró el "avance" en dos temas para su partido trascendentales, la participación y el carácter medioambiental del impuesto. Los tres partidos acordaron que un tercio de los proyectos a financiar que presentarán las instituciones en los próximos tres años deberán haber sido sometidos previamente a procesos de participación ciudadana para su selección.

En cuanto al segundo punto, "hemos conseguido que en la ley quede claro que los proyectos medioambientales tienen prioridad por encima de otras destinaciones" del dinero, señaló Jarabo. La cesión de Podemos sobre sus pretensiones iniciales -exigía que el 100% de las finalidades de la ecotasa fueran para medio ambiente- permitió llegar finalmente al consenso.

"Queda por hablar y concretar la territorialización, que seguiremos acordando a partir de mañana [por hoy]. El Govern está de acuerdo pero falta establecer la fórmula" para que el reparto entre las cuatro islas de lo recaudado "sea justo y equitativo", abundó el secretario general de Podemos.

Donde continúan las posturas enfrentadas, sin el menor atisbo de acercamiento, es en la construcción de infraestructuras sociosanitarias. Los podemistas siguen negándose tajantemente a destinar el tributo a este objetivo reclamado por la consellera de Asuntos sociales, Fina Santiago. También se mantienen las discrepancias por la composición del órgano que tendrá la última palabra sobre los proyectos. Podemos quiere que las entidades ecologistas tengan prioridad en su composición.

En la ponencia de ayer el Pacto aceptó las enmiendas del PP y de El Pi para que el medio rural y marino también se beneficien de las inversiones. También una del PSOE y Més para que todos los proyectos que se sufraguen con el tributo deberán justificar que son sostenibles ambiental, social y económicamente. Otro de los acuerdos fue incorporar la palabra "totalidad" en un artículo, de modo que ahora la recaudación íntegra tendrá que ir a las finalidades pactadas y el Govern no podrá usar los ingresos para fines ajenos. Entre las nuevas estará la lucha contra el cambio climático, al prosperar una enmienda en este sentido de Podemos.

Otra novedad de la futura ley es que finalmente los cruceros que hagan escala más de 12 horas estarán obligados a abonar el impuesto, algo que no preveía el texto actual. En la ponencia de ayer se produjeron momentos surrealistas, como cuando el PP y El Pi votaron a favor de una enmienda de Podemos por la que se prohibía sufragar con la ecotasa nuevas infraestructuras de cualquier índole en zonas turísticas. Ello obligó a Podemos a votar en contra de su propia propuesta, para impedir que saliera adelante. No fue la única, los diputados podemistas tuvieron que rechazar más enmiendas propias para mantenerlas ´vivas´ y seguir negociando una salida conjunta con sus socios.