Iñaki Urdangarin desvinculó ayer totalmente a su esposa la infanta Cristina de los gastos de decenas de miles de euros personales que fueron cargados a su empresa Aizoon y que le sirvieron para pagar menos impuestos y de la gestión de su empresa Aizoon. El principal acusado también rechazó que su suegro, el rey Juan Carlos, hubiese interferido en sus negocios y en los de su esposa.

Urdangarin señaló que su mujer nunca dispuso de su tarjeta visa de Aizoon y atribuyó a empleados suyos de confianza gastos como peluquerías, supermercados o libros.

"Mi señora no realizaba acciones para Aizoon", respondió con rotundidad Urdangarin a Virginia López Negrete, abogada del sindicato Manos Limpias y que trató de acreditar que doña Cristina estaba al tanto de los negocios de su marido y usó Aizoon como caja única para pagar las facturas familiares.

"Creé Aizoon para canalizar mi trabajo profesional. La intención de poner como socia al 50% a doña Cristina responde a un tema personal de confianza, no responde a nada más. Ella no ha hecho gestión, era para que conociese mi trabajo. Ella sabía vagamente que yo prestaba servicios de consultoría. Sabía lo normal a título informativo, por ejemplo, la idea de comprar pisos en Palma y Terrasa la decidía yo y se lo comentaba. Ella confíaba en lo que yo decía porque yo estaba asesorado", exculpó el declarante.

El exduque de Palma admitió que las juntas de accionistas de Aizoon no se celebraron, pese a que las actas dan fe de las reuniones. "Las juntas nunca se celebraron presencialmente, ella (la Infanta) no acudió; nuestros asesores nos preparaban las actas de las juntas y yo se las daba a firmar a ella".

"Yo era el administrador único y estaba pendiente de la facturación; mi esposa nunca intervino en la sociedad", insistió el exduque de Palma.

"Teníamos gastos personales y yo tenía gastos profesionales. Yo le daba todos los tickes a mi secretaria y ella, y mi asesor contable, Marco Tejeiro, dictaminaban qué gastos eran de Aizoon y cuáles personales", explicó el declarante.