Iñaki Urdangarin volverá a afrontar el interrogatorio que esta mañana reanudará el fiscal Pedro Horrach, que se inició el pasado viernes. El marido de la infanta Cristina intentará, como ya lo pretendió en la jornada anterior, defender su gestión, tanto en el Instituto Nóos, como en la empresa familiar Aizoon, que tiene a medidas con su esposa, la Infanta.

El interrogatorio de Urdangarin se prevé largo, pero no tanto como el que protagonizó su exsocio, Diego Torres. El exprofesor de Esade aguantó durante tres días un intenso interrogatorio, en el que defendió en todo momento su gestión al frente del Instituto Nóos, los negocios que se llevaron a cabo y, sobre todo, señalando que todas las decisiones fueron supervisadas por altos cargos de la Casa Real.

Urdangarin, sin embargo, en las primeras preguntas ya reconoció que se habían cometido irregularidades en su empresa familiar. Dijo que, en efecto, se habían contratado a empleados que ni siquiera él conocía. Una situación irregular cuya responsabilidad en ningún momento la asumió. La dirigió hacia sus asesores, en concreto, hacia los hermanos Tejeiro, que eran su contable y su asesor fiscal.

La línea de defensa de Iñaki Urdangarin está muy clara. Intenta desmarcarse de todas las decisiones económicas que se adoptaron en el Instituto Nóos, sobre todo en cuanto a falsificación de facturas y a las maniobras que se realizaron para sacar el dinero hacia cuentas abiertas en el extranjero. "Yo no me dedicaba a esa cosas", señaló el viernes el exduque de Palma, intentando demostrar que lo que realmente hacía al frente de Nóos era contactar con las altas personalidades públicas, sobre todo políticos, para ofrecerles los proyectos que organizaba el instituto.

En la primera parte de este interrogatorio, en el que apenas se entró en el fondo del caso, el cuñado del Rey se mostró muy poco convicente, siguiendo una línea marcada desde el principio, en el que quedaba muy claro que él no iba a asumir una sola irregularidad de las muchas que se han descubierto en la instrucción del caso Nóos. Quiso presentarse incluso como una víctima, al que sus colaboradores han engañado.

Pero otro de los objetivos que tiene muy claro Iñaki Urdangarin es que todas sus respuestas, cuando se le pregunte sobre su gestión al frente de Aizoon, es demostrar que su esposa, aunque era socia de esta sociedad familiar, nunca se encargó de la gestión de la empresa.

Mientras declare Iñaki Urdangarin, que el viernes solo se apoyó en una libreta con notas manuscritas, su mujer continuará sentada en la última fila del banquillo de los acusados. La infanta Cristina lleva sentada desde que se iniciara el juicio hace ya casi un mes. Ha tenido que estar presente durante el interrogatorio de todos los acusados. Su nombre apenas se ha nombrado, salvo el pasado jueves cuando Manos Limpias preguntó a Diego Torres cuál fue el papel que desempeñó al frente de Nóos. Torres, en cualquier caso, la exculpó y sobre todo la apartó de cualquier decisión ejecutiva. Aunque no se sabe la fecha exacta, ya que depende del interrogatorio de Urdangarin, posiblemente la infanta Cristina declare a final de esta semana, seguramente el viernes. No se calcula que la declaración de la hermana del Rey, que está acusada de colaboradora de dos delitos fiscales, se prolongue mucho. No contestará a ninguna pregunta que le formule la abogada de Manos Limpias, que es la única que la acusa de estos delitos.