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Boulevard

Y el Oscar se va a Leonardo DiCaprio por ´Bailando con osos´

La fallida escena de ´El renacido´ en que un magnífico ejemplar de osa no consigue acabar con Leonardo DiCaprio, para desconsuelo de los espectadores que se ven obligados a soportar otras dos horas y media de proyección con el presunto actor y seguro ganador del Oscar.

Ni Bailando con lobos hizo un actor de Kevin Costner, ni Bailando con osos rehabilitará a Leonardo DiCaprio. A cambio, esta noche diluviarán Oscars sobre El renacido, una siesta de tres horas entre jadeos de su protagonista. La historia del cine sería diferente si la osa hubiera devorado al presunto actor, en la única escena digerible de la película. Pese a tratarse de una creación virtual, el plantígrado posee un mayor repertorio de registros que su antagonista humano. Hoy nos entretendremos con el palmarés, en las diferentes categorías.

Oscar a la mejor película. Hollywood proclamará a la peor opción posible, El renacido. La mejor película nominada es la trepidante Mad Max. Vean Deadpool, su prolongación en 2016 con los mejores diálogos de la historia del cine. Le siguen por este orden El puente de los espías, Spotlight, La gran apuesta y Marte.

Mejor película en la que parece que los protagonistas van a fallecer a cada instante para consuelo de los espectadores. Para Un paseo por el bosque, con Robert Redford y Nick Nolte abordando una caminata incompatible con su presencia física.

Mejor director. De nuevo, para George Miller por Mad Max, con mención especial a Adam McKay por desgranar intrincados conceptos económicos en La gran apuesta.

Mejor esfuerzo físico improbable. Para Charlize Theron, que intenta desatascar un gigantesco camión en Mad Max empujando una rueda con su único brazo. Su Imperator Furiosa hubiera tenido más éxito mirándolo a los ojos.

Mejor actor. Roza el sarcasmo nominar un mismo año a Matt Damon y DiCaprio, que ganará. El premio debería ser para Michael Fassbender, por recrear a Steve Jobs sin el menor parecido físico entre ambos.

Mejor fotografía. No sé lo que es eso.

Mejor actriz. Sin duda, para Charlotte Rampling, bella sin edad en 45 años. Además, Cate Blanchett y Jennifer Lawrence muestran cierta desgana en los títulos con su nombre propio, Carol y Joy respectivamente.

Mejor imitación de un personaje real. De nuevo para Charlotte Rampling, por encarnar a la real Sofía de Grecia en 45 años.

Mejor actor secundario. Es difícil lograr que todas las nominaciones sean erróneas. El representante de La gran apuesta debió ser el arrollador Steve Carell en lugar del mustio Christian Bale, del mismo modo que Michael Keaton remata en Spotlight su primera interpretación cinematográfica. Se impone al cinético Mark Ruffalo, que ha visto una vez de más a Dustin Hoffman en Todos los hombres del presidente. Por fortuna, ganará Mark Rylance, con una de las mejores actuaciones de todos los tiempos en su recreación del agente ruso de El puente de los espías.

Mejor película que ha sustituido los diálogos por jadeos no pornográficos. Para el reparto completo de La guerra de las galaxias, con especial mención a un Harrison Ford sin aliento.

Mejor actriz secundaria. Complicado, porque Jennifer Jason Leigh es el único bálsamo de Los odiosos ocho, y Rooney Mara devora a Cate Blanchett en Carol. Sin embargo, no alcanzan la perfección hiperactiva de Kate Winslet en Steve Jobs.

Mejor banda sonora. La que no se oye.

Mejor documental. Otra injusticia, porque la biografía de Amy Winehouse supera a la suma de las películas de ficción nominadas. Una obra maestra imprescindible para entender el siglo XXI.

Mejor banda ruidosa. Para Macbeth.

Mejor película extranjera. Para El hijo de Saúl, la película húngara que contagia la sensación de encontrarse en un campo de concentración. Y recuerde que el malhadado cine español consideró que la marchita Loreak era el título adecuado, para competir con esta aproximación titánica al genocidio.

Mejor actor legendario que parodia sus anteriores películas. De nuevo a Robert Redford, y por partida doble. En La verdad adapta Todos los hombres del presidente a la galaxia televisiva. En Un paseo por el bosque, repite por dos veces la escena de Dos hombres y un destino en la que se lanza a un río junto a Paul Newman sin saber nadar.

Mejor guión original. Ya que no concursa Deadpool, los hermanos Ethan Coen y Joel Coen han escrito el mejor guión nominado para El puente de los espías, y el peor guion innombrable para su ¡Ave, César! Aquí incluso consiguen que George Clooney salga feo. También merece premio Alex Garland, por la asombrosa prospección científica de Ex-machina.

Mejor frase. Sin discusión, para la frase que repite el espía soviético Mark Rylance cuando su abogado Tom Hanks le reprocha que no esté nervioso: “¿Serviría de algo?” Tres palabras bastan para apuntalar una obra maestra, “would it help?”.

Mejor guión adaptado. Entre La gran apuesta y Marte, pero nunca para la insípida Carol.

Mejor frase erótica. La brasileña Morena Baccarin contempla el rostro desfigurado y rugoso de Ryan Reynolds, en la no sé si ya les dije que imprescindible Deadpool. Todos nos preguntamos con morbo si se atreverá a besarle, la bellísima prostituta salda la encrucijada con un rutilante “es una cara sobre la que me gustaría sentarme”.

Mejor explotación del dolor infantil que excitará a la Inquisición de twitter. Para la infravalorada Sicario, con mención a la pira familiar de Macbeth.

Reflexión dominical bombástica: “La mejor defensa es un halago desmedido”.

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