Hace cinco años que Diego Torres dedica todo su tiempo a estudiar el sumario del caso Nóos. Y ayer lo demostró. Su estrategia estaba clara. Defender su gestión y en el primer momento que pudiera implicar a la Zarzuela. Y aunque no viniera a cuento cuando pudo sacó el nombre del Rey, de Hacienda y de Corinna, la amiga especial del monarca emérito. Quiso que su mensaje quedará bien claro desde el principio. "El Rey, el abogado de la Casa Real y un alto cargo de Hacienda supervisaban periódicamente las actividades de Nóos y les daban su aprobación". El emisario del monarca no se reunía con él, lo hacía con su cuñado, Miguel Tejeiro, al que implicó directamente en la creación de lo que se ha denominado la trama extranjera de Nóos. Sobre Corinna afirmó que les propuso crear una sociedad opaca en Londres para camuflar unos ingresos, pero se negó a ello. "Así se lo dije al Rey", afirmó.

El fiscal intentó al principio sorprender a Diego Torres, pero poco le duró, porque el acusado fue sintiéndose más cómodo a medida que avanzaba el interrogatorio. Pedro Horrach no inició sus preguntas para conocer el origen de Nóos y la entrada de Urdangarin. Empezó preguntando sobre las maniobras que se hicieron para sacar los beneficios obtenidos en el instituto al extranjero. Fue el único momento que Torres se sintió algo incómodo, pero de inmediato lanzó las culpas hacia su cuñado Miguel Tejeiro, su abogado y asesor fiscal. Quiso que al tribunal le quedara claro que de los temas económicos él no se encargaba, lo hacia su cuñado y que él se fiaba de su criterio. "Debido a que cada vez estábamos realizando más trabajos en el extranjero me propuso que creáramos una empresa para gestionar estos proyectos". Torres se mostró sorprendido de que Miguel Tejeiro no estuviera "aquí sentado para dar explicaciones", ya que afirmó que fue su cuñado quien se encargó de buscar una sociedad en el extranjero y realizar las transferencias de fondos económicos a esta empresa. "Fue una forma de ahorrarnos costes y a mí me pareció lógico", insistió Torres, que explicó que Nóos estuvo trabajando durante mucho tiempo en un proyecto que uniera a las grandes ciudades. Horrach intentó de nuevo atacar a Torres donde más le dolía. Le preguntó sobre la cuenta bancaria, a su nombre y al de su esposa, que fue localizada en un banco de Luxemburgo, donde había ingresado 900.000 euros. Torres esperaba la pregunta. Quiso dejar claro que este dinero "no lo había ganado en Nóos. Lo gané en unos trabajos de asesoramiento a unas empresas de Andorra". En vez de cobrar el dinero lo dejó en un banco de Andorra. Años después, coincidiendo con la crisis financiera, "decidía buscar un lugar más seguro". Por ello abrió una cuenta en un banco de Luxemburgo. "No es un paraíso fiscal, no hay nada ilegal en ello", insistió. Horrach fue estructurando su interrogatorio guiándose por los documentos de la causa. Y así entró en el tema de los trabajadores ficticios, que fueron dados de alta en empresas relacionadas con Nóos. Torres también justificó una respuesta. Dijo que se había comprometido a establecer una plantilla por un compromiso con Hacienda para obtener unos beneficios fiscales a favor de su empresa. Por ello, les convenía más mantener de alta a una serie de empleados, aunque no hicieran nada temporalmente, que a despedirlos. Aún así insistió, en que la mayoría de estos empleados se dedicaron a "realizar encuestas" y por tanto "trabajaron". De esta forma lanzó un ataque hacia su otro cuñado, Marcos Tejeiro, que aseguró que estas contrataciones eran ficticias. "El 95% de lo que dijo este señor era ciencia ficción", señaló Torres.

"¿Tenía usted dinero debajo de alguna baldosa de su domicilio?", le preguntó Horrach, recordándole que en su casa se había encontrado un papel en el que aparecía escrito la letra "b". Torres contestó que nunca utilizó dinero negro, ni tampoco pagó trabajadores con fondos opacos. "La letra b corresponde a mi banco, el Barclays, que es el que me dio el préstamo de mi casa", insistió el acusado.

Los Juegos Europeos

Torres también negó que en algún momento hubiera emitido facturas falsas. Al contrario, todas las facturas "responden a mi trabajo". Así entró Horrach en el polémico asunto de los Juegos Europeos, un proyecto frustrado por el que el instituto Nóos llegó a cobrar casi 400.000 euros, pero que nunca se realizó. Torres, sin embargo, quiso defender una interpretación muy distinta de este proyecto. Tras alabar la idea, sobre todo con la intención de que Valencia organizara esta competición, en cierta forma llegó a compararlos con los juegos olímpicos. "Todas las facturas que se presentaron respondían al trabajo que hicimos durante meses". Torres reconoció que la idea no era suya, sino de un empresario de Valencia, que les contrató para que realizaran un estudio de viabilidad. Afirmó que Urdangarin se implicó en este asunto, por su condición de experto en temas deportivos, si bien eran otras personas las que trabajaron más intensamente en el proyecto y que él nunca mantuvo ningún contacto con los políticos de Valencia.

Diego Torres se mostró muy cómodo en las explicaciones largas y hubo un momento en el que dio la impresión de que parecía que él dominaba el interrogatorio, en vez de hacerlo el fiscal. Fue capaz incluso de sugerir que le mostraran una serie de documentos mientras se enfrentaba a Horrach. Por la tarde el clima de tensión fue en aumento y hubo un momento que el fiscal no pudo controlarse y levantó su tono de voz. "¿Sabe o no sabe? Lleva todo el día diciendo que no sabe nada, pero después da explicaciones muy detalladas". La presidenta tuvo que pedirles varias veces a ambos que se calmaran. Hoy continuará el interrogatorio.