­La sede de la Presidencia del Govern balear reunió ayer a 27 empresarios, sindicalistas y políticos en el acto de firma y constitución del llamado "Pacto por la Competitividad, la Ocupación de Calidad y el Progreso Social", un acuerdo que de momento solo implica que todos los presentes se comprometen a hablar entre ellos. Según explicó tras la firma la presidenta balear, Francina Armengol, el foro de diálogo debería a partir de ahora servir para "transformar el crecimiento económico actual en bienestar para una sociedad más inclusiva que ha sufrido una crisis económica durísima", con el horizonte de construir entre todos "la islas del año 2030".

¿Se concreta en algo todo eso? Pues no. Por ahora, se han comprometido únicamente a empezar a hablar, que es lo que firmaron ayer los 27 asistentes a la cita del Consolat, como reconocía la propia presidenta. "Hoy no tengo capacidad de explicar nada más concreto, porque no se ha hablado en esta mesa. Todo dependerá de los acuerdos que se trabajarán a partir de ahora", decía Armengol, que recalcaba en cualquier caso que ayer era "un día importante para la comunidad", porque empresarios, trabajadores, políticos y especialistas de distintas ramas de la sociedad unirán su conocimiento para "sentar las bases de la competitividad, la ocupación de calidad y el progreso social", justo lo que da nombre al documento firmado como apertura del diálogo.

Dos mesas

A partir de ahora, ese diálogo se articulará en dos mesas distintas. Una, centrada en la competitividad y en impulsar "un nuevo modelo productivo", estará liderada por el Vicepresident de Innovación, Investigación y Turismo, Biel Barceló. La otra, que dirigirá su atención a la formación y la calidad del empleo, estará coordinada por el Conseller de Trabajo, Comercio e industria, Iago Negueruela. En ambas participarán los empresarios, representados por las patronales CAEB y PIMEM, y los sindicatos, que son la gran novedad respecto a una etapa anterior, la presidida por José Ramón Bauzá (PP), en la que los representantes de los trabajadores estuvieron vetados en la sede de Presidencia, como recordaba ayer Francina Armengol. Esto en sí, decía la presidenta, es toda una novedad.

Probablemente la única, toda vez que pactos y mesas por la competitividad o similares se han formado y firmado en casi todas las legislaturas precedentes. El último precedente es la Fundación Impulsa, un invento del Govern Bauzá en el que estaban los políticos y los empresarios (no los sindicatos). El organismo, creado en2015, sigue vivo con el Govern del Pacte, desde el que explican que no tiene nada que ver con el marco de diálogo creado ayer, toda vez que Impulsa solo sirve para "promover informes y estudios". Preguntada la presidenta por la novedad que supone su acuerdo de ayer respecto a versiones anteriores de tiempos de los presidentes Bauzá, Antich o Matas, Francina Armengol decía que esta vez el diálogo es si cabe más importante, porque las islas vienen de "una época de mucha crispación".

"Es el comienzo del trabajo conjunto. En los próximos meses habrá reuniones concretas más eficaces", en las que se buscarán "soluciones valientes" que den respuesta a necesidades muy distintas. La presidenta exponía que son conscientes de que la situación de crisis obligó a muchos empresarios a luchar por subsistir sin poder así crear ocupación, y que, al tiempo, muchos trabajadores se ven afectados por empleo precario. "Los empresarios solos no pueden, los trabajadores solos no pueden. Tenemos que buscar soluciones inclusivas", zanjaba la presidenta.

La batalla de la reforma laboral

Tomaban después la palabra los representantes de las patronales CAIB y PIMEM y de los sindicatos UGT y CC.OO., que destacaban en todos los casos la importancia de hablar, sin que se citase nada más concreto que ese diálogo. Al menos hasta que habló el secretario general de UGT, Alejandro Texías, que apuntaba a un objetivo muy claro: la derogación de la reforma laboral. "Vamos a apostar por que los trabajadores tengan empleo y salarios más dignos, y por que se derogue la reforma laboral. Una vez derogada habrá que empezar a pensar en recuperar lo que hemos perdido en los pasados cuatro años", decía García.

¿Estaban de acuerdo el resto? Pues la presidenta de la patronal CAEB, Carmen Planas, explicaba que esa reforma laboral depende de otro ámbito de competencias (será decisión del nuevo Gobierno que se constituya en el Estado) y que en Balears habrá que trabajar "en asuntos propios", que "hay mucho paro", por lo que "hay que ayudar a los empresarios a que creen empleo estable y de calidad". Alfonso Rojo, el líder de la patronal PIMEM, recordaba a su vez que en la pequeña y mediana empresa tampoco acaba de gustar una reforma laboral que detrae salarios a los trabajadores y reduce el consumo, por lo que entienden que fue solo "una solución de emergencia" y que ahora a todos los agentes sociales les toca hablar para volver a entenderse. Y la propia presidenta Armengol, que se declaraba claramente favorable a la derogación de la reforma laboral del PP con la que se abarató el despido, explica que el acuerdo de ayer busca un diálogo efectivo. Eso, según ella, pasa por ser "generosos y valientes, para avanzar en lo que estamos de acuerdo" y no caer en el bloqueo por la falta de consenso en algún punto (como la reforma laboral). "Habrá que dejar atrás cuestiones que nos atrasen" en esa lucha contra la precariedad y para mejorar la competitividad, añadía. Dicho de otro modo, no le gusta la reforma laboral, defenderá su derogación ante el nuevo Gobierno del Estado, pero ni es competencia del Govern, ni esa idea suya puede detener el diálogo en otras materias relacionadas con la economía.

¿Y se puede luchar contra la precariedad con el actual marco laboral de despido barato y derechos laborales a la baja? En el día del diálogo empezaba el desencuentro: al acabar el acto y las fotos, en los sindicatos tenían claro que sin derogar la reforma laboral no es posible el empleo de calidad, algo que comparte gran parte del Govern, pero no ven los directivos de la patronal CAEB. "Decir que vamos a hablar no soluciona nada, está claro, pero al menos hablamos", concedía fuera de micro un alto cargo del Govern, que cree que habrá frutos del diálogo "muy pronto".