Hace una semana lo leían en estas páginas: la patronal del alquiler de apartamentos turísticos, la asociación APTUR, aconseja a los propietarios de pisos que se estén arrendando a viajeros que no paguen a partir de mayo el nuevo Impuesto de Turismo Sostenible, la renacida ecotasa. El argumento era sencillo: el Govern les pide un impuesto turístico a los mismos apartamentos a los que niega el derecho a la explotación turística. Por ello, y hasta que se regularicen las plazas y quede claro en qué casos se puede arrendar a turistas, la asociación que agrupa a los dueños de apartamentos insta a no pagar el impuesto de un euro por viajero y día, algo así como una insumisión fiscal.
La contundencia del llamamiento sorprende a los hoteleros, quienes más han peleado para que el Impuesto de Turismo Sostenible, si se crea, sea para todos los que ofrecen alojamiento, ya sean hoteles o apartamentos. "Las organizaciones empresariales deben impulsar el cumplimento de las leyes", recalca Inma de Benito, presidenta de la Federación Hotelera, que insiste en que ellos consideran que el impuesto "es un error que lastrará la competitividad de Balears", pero aún así cumplirán la ley, si es que finalmente el tributo ve la luz, como parece.
"Nos sorprende que haya organizaciones que no ayuden a cumplir la ley", continúa la presidenta del lobby hotelero mallorquín, que entiende que "una vez que entre en vigor" el impuesto turístico "todo el mundo cumplirá con sus obligaciones". Aunque eso parece mucho entender: en las reuniones que mantiene con sus asociados, APTUR insiste en que no se pague el tributo hasta que se les permita el uso turístico.
