Diario de Mallorca

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Entrevista

Biel Barceló: "Que El Pi nos haya tenido que salvar la papeleta con la ecotasa no es un buen mensaje"

"Si hay nuevas elecciones tendremos que reabrir el debate sobre si Més concurre con Podemos" - "El debate sobre el reparto de la recaudación por islas ha convertido la ecotasa en una subasta y no debería serlo" - "Queremos crear un distrito de innovación en el entorno de la fachada marítima de Palma y el edificio de Gesa"

"Estoy seguro de que la ecotasa nunca estuvo en riesgo (por el rechazo de Podemos al proyecto del Govern). Estoy convencido de que se trataba en realidad de la búsqueda de titulares" Manu Mielniezuk

¿Qué le diría a Podemos a día de hoy? ¿Les volvería a gritar en el Parlament?

—No. No quiero gritar a nadie, al contrario. Está claro que hay una mayoría de 34 diputados, progresista, como nunca la había habido en el Parlament. Los ciudadanos votaron cambio y a partir de aquí hay que responder a estas expectartivas. Se están haciendo muchísimas cosas y se podrán hacer muchas más en los tres años y medio que quedan. Eso requiere cohesión y mucho diálogo.

¿Qué ha fallado, la cohesión o el diálogo?

—Creo que una buena parte de lo que está pasando es producto de posiciones estratégicas de los partidos. No ha fallado horas de diálogo, porque se han puesto todas las que han hecho falta y se pondrán todas las que hagan falta y más. Evidentemente hay cuestiones en los que unos pueden tener una visión y otros, otra. Y creo que la situación en estos momentos a nivel del Estado español de negociación del Gobierno español está creando más nervios de los que seguramente debería crear. Hasta que no esté solucionada esa situación, probablemente el traslado, sobre todos en los partidos de ámbito estatal, de estas posiciones de fortaleza no cambiarán.

Eso se entendería si el foco de la tensión estuviera en los dos partidos estatales del Pacto, PSOE y Podemos. Pero el mayor enfrentamiento, o al menos el que más se escenifica, es entre Podemos y Més.

—Bueno, a lo mejor lo que pasa es que Fina [Santiago, consellera de Asuntos Sociales] y yo somos más viscerales y vivimos más las cosas.

¿O que Podemos le come terreno y votantes a Més?

—No creo que venga por aquí. Es otra cuestión. Es evidente que sí que es cierto que en un momento dado Podemos reprochó a Més el hecho de entrar en el Govern como si hubiera supuesto que Més fuera hacia el PSOE, cuando no es así. Lo que visualizamos es precisamente que la distorsión es que haya un partido que haya quedado fuera [del Govern]. Es una distorsión con la que hemos de aprender a convivir todos. Insisto en que creo que posiciones que están adoptando en estos momentos distintos partidos, en este caso Podemos, son producto también de una estrategia relacionada con las negociaciones que se produjeron en su momento a nivel autonómico y que ahora se están produciendo a nivel español.

¿El que David Abril, procedente de InciativaVerds y no del PSM, pueda coger en marzo las riendas de Més es una manera de potenciar el rostro más de izquierdas de la coalición como una manera de hacer frente al empuje de Podemos?

—Tiene poco que ver. Més es un proyecto que incluye gente soberanista y gente claramente de izquierdas. Abril, siendo el portavoz parlamentario, es una persona que tiene todo el respaldo en Més y con el que nos sentimos absolutamente identificados y cómodos. No tiene que ver con una estrategia de posicionamientos respecto a otros partidos.

¿Será Abril el nuevo coordinador de Més?

—Eso todavía esta por decidir. Yo lo que sí dije es que no me presentaría para continuar como coordinador, pero Biel Barceló no dejará de estar en primera línea no sólo en el Govern sino también dentro de Més. Habrá unos portavoces coordinadores que llevarán la parte del partido y unos institucionales, que lo lógico es que seamos Fina Santiago y yo mismo. Por lo tanto, habrá una responsabilidad compartida, como la ha habido siempre. Més no ha sido un proyecto unipersonal, liderado por una sola persona, aunque se haya visualizado más en mí. Con las personas que se decida entre toda la asamblea de la coalición, seguiré coliderando este proyecto que ha de seguir durante mucho tiempo.

¿Cuál es la principal discrepancia de peso sobre la ecotasa entre el Govern y Podemos?

—Es que ese es el tema, que seguramente no la hay. Por eso digo que visualizo más el problema con el posicionamiento estratégico para conseguir desmarcarse, lo cual es bastante delicado porque es una dinámica que al final puede romper expectativas. Se llegó incluso a plantear que el impuesto turístico no saliera adelante, algo muy grave. Que al final nos haya tenido que salvar la papeleta la abstención de El Pi, no es un buen mensaje.

¿Por qué ese rechazo al reparto de los fondos de la ecotasa con porcentajes por islas para garantizar que Eivissa, Menorca y Formentera tendrán inversiones, como pide Podemos?

—Entiendo que desde Menorca y Eivissa exista una prevención hacia un reparto que visualizan que se hace desde Mallorca porque históricamente ha habido un perjuicio y un centralismo. Pero establecer unos porcentajes implica en primer lugar encorsetarnos. A lo mejor un proyecto será buenísimo en Eivissa y merecerá la pena que se le dedique más que el porcentaje fijado. Además, si se fija por islas, ¿por qué no también los municipios? Al final el problema es que este debate ha convertido la ecotasa en una subasta y no debería serlo. Lo que tenemos que ver es qué proyecto de impuesto necesitamos para conseguir lo que queremos, que es turismo sostenible y protección de medioambiente. Si se está de acuerdo con estos dos aspectos, no hacen falta debates absurdos.

Precisamente una de las críticas de Podemos es que a esta ecotasa le falta peso ecológico. Que es tasa, pero no eco.

—Eso es otro mantra que repiten y que no es cierto. Hay que recordar que Podemos propuso un 33% para medioambiente. Con ese porcentaje Podemos se queda corto. Cuando yo digo que el destino de los fondos será prioritariamente medioambiental, significa que debe ser casi todo, no un 33% sólo. Podemos proponía en su programa que fuese un impuesto medioambiental, social y para innovación. El proyecto que plantea el Govern cumple perfectamente con eso. Si se ha de mejorar el redactado para que quede más claro, hay suficientes enmiendas sobre la mesa para hacerlo.

Pero sí es cierto que contempla muchos ámbitos de posible actuación. ¿No corre el riesgo de ser un cajón de sastre?

—Es cierto que se abre mucho a distintas opciones y puede dar esa impresión. Pero el impuesto turístico tiene como finalidad compensar todo lo que el turismo puede provocar en nuestro territorio. Todos los puntos que hemos puesto están justificados porque tienen el denominador común de que estos impactos los provoca el turismo.

¿Ha hablado desde el martes con los dirigentes de Podemos?

—El mismo martes tuve varios momentos de conversación con Alberto Jarabo. La voluntad es seguir dialogando todo lo necesario y aclarar malos entendidos. Creo que todos nos hemos de confabular, porque las posibilidades que tenemos de llevar a cabo acciones valientes y decididas hacia el cambio son enormes. Este martes aprobaremos la toma en consideración de la Ley LGTBI y de la Ley de Fosas. Hemos aprobado hace poco cuestiones de maltrato animal, de recuperación de derechos para los trabajadores públicos... Hemos avanzado tanto que creo que no lo valoramos lo suficiente porque los ruidos de estas polémicas, a mi juicio un poco artificiales, están apagando y matando los logros.

Si las tensiones entre PSOE, Més y Podemos tienen que ver con las negociaciones en Madrid para formar gobierno, como usted dice, ¿qué ocurrirá con el Pacto si Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no cierran un acuerdo?

—Si llegan a un acuerdo y Podemos entra en el Gobierno, veremos que sí puede gobernar con un presidente socialista, algo que aquí decían que no era posible. El que gobernaran en España podría hacer entender en Balears la necesidad de que caminemos juntos. De todos modos parece que con el que más está avanzando Pedro Sánchez es con Ciudadanos, lo que podría afectar al Pacto, evidentemente. El papel de Més es ver qué compromisos asumirá ese nuevo Gobierno de PSOE hacia Balears y hacia el cambio, con o sin Podemos.

Otro posible escenario es el de unas nuevas elecciones generales. En las anteriores ustedes no fueron con Podemos y se quedaron sin diputado.

—Si hay nuevas elecciones, tendremos que abrir de nuevo el debate. Yo ahora sería partidario de hacer una propuesta de coalición amplia de izquierdas. Ahí no incluyo al PSOE. Es un poco la propuesta que ya hicimos antes.

Con el deterioro de sus relaciones, ¿no es aún más difícil ahora que para el 20D una coalición con Podemos?

—Bueno, yo rebajaría mucho la realidad de estas tensiones. Es más en titulares que en la realidad.

Con lo ocurrido ¿está seguro de que la ecotasa saldrá adelante para cobrarla este año?

—Estoy convencido de que toda esta polémica es en realidad más de búsqueda de titulares que algo que realmente pueda poner en peligro el impuesto turístico. Estoy seguro de que no ha estado en riesgo en ningún momento. No hay ningún motivo, por ahora, para pensar que el calendario que nos hemos marcado vaya a cambiar.

El martes se votará una propuesta de El Pi en la que se emplaza al Govern a regular ya los alquileres vacacionales. ¿El Govern es poco ágil?

—El Govern ya está trabajando y tenemos borradores encima de la mesa. Andalucía y Canarias lo han hecho rápido, pero ahora tienen gravísimos problemas jurídicos. La rapidez no garantiza que salga bien.

¿Eso significa que no acelerarán este asunto como pide El Pi?

—Evidentemente si podemos tenerlo listo en tres meses no esperaremos a seis meses. Se calcula que puede haber unas 100.000 plazas en viviendas vacacionales. Para legalizarse tendrán que cumplir todos los requisitos y las garantías que exige ser un servicio turístico. Además, no todos querrán porque eso obliga a una serie de impuestos. A eso se añade que sigue existiendo la posibilidad del arrendamiento de temporada por la vía de la ley de arrendamientos urbanos estatal, que te permite alquilar tu casa por días y por semanas. Y siempre habrá plazas que se puedan escapar. La solución no es sencilla, aunque tiene que ser rápida y ya tenemos bastante avanzada la propuesta.

Esta cuestión se mezcla con el debate sobre la limitación de plazas turísticas.

—Sí. Un cambio de modelo no se hace ni en dos días ni con una sola acción. Se trata de un cúmulo de actuaciones que deben ir en esa línea y una de ellas es analizar cuál es nuestro límite de plazas turísticas. En la reforma de la Ley General Turística estudiamos limitar las plazas, no sólo las hoteleras sino las turísticas en todas sus modalidades. Supongo que al final se volverá al histórico plaza por plaza, es decir, para dar de alta una plaza, dar de baja otra. Eso ya existe, pero no con todas las modalidades.

Además de Turismo, está al frente de Innovación e Investigación, dos áreas que todos los gobiernos dicen siempre que quieren impulsar como vía para diversificar la economía balear y en las que después no se han visto grandes resultados.

—En innovación e investigación partimos de una situación en la que estamos prácticamente los últimos de España, que a su vez está en los últimos puestos de la UE. Hemos incrementado un 10% el presupuesto para este año. Es cierto que supone una cantidad pequeña, pero ya es un avance. Entre otras actuaciones, hemos empezado a hablar con el Ayuntamiento de Palma para crear el distrito de innovación en el entorno de la fachada marítima y Gesa. Se trataría de un distrito de innovación y tecnológico, con la UIB y Cort. Tendríamos un gran eje de innovación que sería UIB, Parc BIT y fachada marítima. Evidentemente hacen falta más recursos. Es algo que hay que planificar con tiempo y que requiere más financiación y esfuerzo inversor, tanto por parte pública como privada. La facultad de medicina puede jugar un papel muy importante en investigación.

Otro de los asuntos que Podemos no quiere.

—Es un tema clave. El retorno de esta inversión es muy superior a lo que se invertirá.

Pero es cierto que no estaba en los acuerdos de gobernabilidad y el Govern no lo ha consensuado con sus socios de Podemos.

—En eso ha habido una discrepancia desde el principio. Pero hablamos de no perder una oportunidad histórica. Honestamente, como responsable de Innovación e Investigación, creo que los motivos para defender los estudios de Medicina son más que suficientes.

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